Copia feliz del Edén —las espinas corren por cuenta de la casa

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“Incendiar casas de gente honesta y humilde nos parece simplemente un acto asesino y criminal”, expresó Hinzpeter al culminar el encuentro que algunos llamaron «cumbre de seguridad» en La Moneda. No, no fue una reunión para proteger a la cudadanía de las farmacias, de los supermercados, de las AFP, de los bancos; se trataba del «control de la cuestión mapuche». Entretanto, otra vez, niños heridos por disparos policiales. | LAGOS NILSSON.

 

El ministro del Interior —a «esas terribles cinco de la tarde», que no hora del te en el Chile que (casi todavía) se cree británico— fue enfático al pronunciar la frase que citamos en la apertura de este artículo; no se refería, como es natural, a los destrozos que las razzias policiales causan en las —sí que humildes— viviendas de los agricultores mapuche.

 

Son gente honesta y humilde, gente trabajadora, los señores que dirigen las empresas forestales de cultivos innobles que depredaron los bosques nativos, empresas instaladas sobre tierras apropiadas mediante birladuras legales, antaño con la fuerza de las armas, tierras en suma malhabidas —como malhabidas son la mayoría de las que conforman fundos o feudos de supuestos colonos que «dieron vida» a la Araucanía.

 

Mientras, de riguroso saco y corbata los cumbreros en La Moneda cambiaban ideas (es un decir) e intercambiaban el diseño de rigores para terminar con el «conflicto mapuche», pudo saber el país que otros dos niños mapuche fueron valientemente heridos a lo que es perdigonazo por elementos de Carabineros de Chile que, cumpliendo órdenes, procedían a exigir silencio frente al Hospital de Collipulli (una ciudad sureña).

 

 

Según el vocero de la Alianza Territorial Mapuche “estos graves hechos demuestran la irracionalidad del gobierno y seguramente provocarán reacciones en otros territorios mapuche”.

 

Otra es la visión del delegado del Poder Ejecutivo en la zona; el intendente de la región de La Araucanía, Andrés Molina, sostuvo que si para buscar mayor tranquilidad entre los vecinos de las zonas del conflicto mapuche es necesario aumentar la dotación de carabineros, que así se haga para garantizar la vida cotidiana de vecinos, estudiantes y agricultores (se reitera, las comunidades mapuche no son de agricultores, al contrario y por si, como suele suceder, algunos indios se arrancan de la policía), el intendente precisó:

 

“Como gobierno y a través del presidente se han puesto los recursos que sean necesarios para que las policías puedan hacer su trabajo”. Tiene razón, es menester acabar con 400 y más años de resistencia mapuche. Quizá por eso se dispara a los niños.

 

Las medidas de la «cumbre»[1]

 

Incremento de dotaciones regionales por parte de la Carabineros y la PDI para quedar en “en condiciones para brindar una respuesta adecuada” al clima de conflictos.
Traslado y uso de tecnología última generación, de vehículos “debidamente habilitados” y de equipamiento “adecuado” para que haya mayor coordinación y una mejor táctica operativa.
Fortalecimiento del trabajo de los grupos de inteligencia de Carabineros y la PDI.
Instalación de una subcomisaria en la localidad de Pidima, comuna de Ercilla, y un retén en las cercanías de dicha localidad.
Formación de una Unidad Permanente y Especializada de abogados para el seguimiento de las querellas criminales.
Elaboración de una estrategia para corroborar que las distintas medidas cautelares ya dictadas se cumplan.
El envío por parte del Ministerio del Interior un quipo multidisciplinario a la zona para evaluar una asistencia a víctimas de los atentados. No se descarta ayuda económica.
Se acelerará la conformación del Área de Desarrollo Indígena en las localidades de Ercilla y Collipulli.
Se convocará una comisión de alto nivel, transversal y especializada para que asesore al Ministerio de Interior en la evaluación de enmiendas legales que permitan brindar eficacia concreta a la institución del testigo protegido, en un marco de “completo respeto al debido proceso”.

 

Según explicó Hinzpeter, todas las medidas, salvo la última, se implementarán en un plazo de 30 días.

 

¿Lo entenderán Fernanda Marillan, de 12 años y Fabián Llanca, de 16 años, los menores mapuches heridos? ¿Lo entenderán otros tres niños internados en el Hospital de Collipulli? ¿Lo entenderán las mujeres, algunas en estado de gravidez, y las ancianas y ancianos pateados por carabineros? ¿Pudiera entenderlo el niño mapuche «desaparecido» de un vehículo de Investigaciones?

 

¿Lo entiende usted, lector?
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1] No está de más considerar que una cumbre no es sno un abismo mirado al revés.

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