De perros, gatos y humanos

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En el mundo de Deleuze y Guattari a cualquiera que le guste el gato o el perro es un tonto. Cualquier animal que se precie de tal es siempre parte de una manada. Todos los demás son mascotas de la burguesía que simbolizan algún tipo divino. Haraway Donna tiene otra idea: ¿Quién y qué toco cuando toco a mi perro? El tacto, dice, da forma a la responsabilidad y al cuidado. En el tocar y el mirar dos mundos toman forma, dos cuerpos entran en contacto.

En el pasado la gente decía que los animales de compañía eran parte de la familia. Hoy día, continuando con la tradición, esta actitud se ha fortalecido inmensamente, especialmente en términos de dinero gastado en alimentos, juguetes, servicios, entrenamientos y cuidados veterinarios. La figura global de alimentos y cuidados para mascotas en el año 2002, por ejemplo, fue de 46.000 millones de dólares. En el mercado de capitales esto indica que los perros y los gatos han pasado a ser mercancías fundamentales y fuente de tremendas ganancias para el capitalismo agroindustrial.Comida para mascotas: historia de un alimento inspirado en las raciones de los marineros - Cucinare

Los que se preocupan por la subyugación de los animales ven su domesticación como un desastre histórico que continuamente se empeora con el tiempo. Considerándose a sí mismos como los únicos actores, los humanos reducen a otros seres vivos a materia prima o los convierten en herramientas útiles. La domesticación de animales, según esta narrativa, es una especie de pecado original que separa al animal humano del resto de la naturaleza, terminando en inmensas atrocidades como el complejo industrial de la carne y las frivolidades de los animales de compañía, accesorios de moda o generadores vivientes de amor incondicional.

En breve,  esclavos afectivos. En el fondo lo que aquí ocurre es que un ser se convierte en un medio para los propósitos y beneficios de otro. Solo los animales salvajes, tan separados como sea posible de la subyugación y dominación humana, pueden ser ellos mismos. Solo ellos pueden ser alguien y no algo. En este sentido, cualquier entrenamiento humano de otra criatura salvaje es evidencia de un excesivo control humano y signo de la degradación del animal doméstico. El entrenamiento, en buenas cuentas, es dominación antinatural.

Los perros (y gatos) son beneficiosos para las personas ¡comprobado! - www.doogweb.esHay, sin embargo, otras formas de pensar la domesticación que parecen ser más exactas y más poderosas para abordar las brutalidades del pasado y del presente y fomentar nuevas formas de convivencia con la multiplicidad de especies que habitan este mundo. La cuestión, entonces, sería cómo los perros o gatos y las personas aprenden unos de otros de tal manera que cambios ocurren en ambos.

El entrenamiento para la vida diaria y el deporte de mi perra Cayena, dice Haraway, trae algo inesperado, algo nuevo y libre, algo fuera de las reglas de funcionamiento y cálculo, algo no regido por la lógica de la reproducción de lo mismo. Ese, creo, es uno de los significados del entrenamiento. Su capacitación requiere cálculo, método, disciplina, ciencia y, sobre todo, la posibilidad de abrirse a algo no imaginado.

La interdependencia de las especies es un hecho bastante conocido en las ciencias biológicas, excepto cuando se trata de humanos. El pretendido excepcionalismo humano nos impide ver este simple hecho. Cegados por las historias que alaban o condenan el control de la naturaleza, presumimos que podemos remodelar a otros, de moléculas a ecosistemas, pero que nuestra propia naturaleza, no importa cuan variada culturalmente sea, es esencial o biológicamente constante.

Esta visión antropomórfica o narcisismo primario, como la describe el taciturno Freud, ha sufrido tres heridas históricas. La primera es la revolución copernicana que remueve a la tierra del centro del cosmos, lo que nos deja expuestos a un universo The rise of homo sapiens – I, Scienceinhumano, sin centro y sin fin en el espacio y en el tiempo. Las segunda herida la infringe Darwin que coloca al  homo sapiens firmemente en el mundo de las otras criaturas, todas tratando de ganarse la vida y evolucionar sin señales direccionales que culminen en el humano como ser privilegiado.

La tercera es la que provoca el mismo Freud que, al postular la existencia del inconsciente, socava la primacía de los procesos conscientes, incluyendo la razón, que es lo que tradicionalmente le daba al humano su posición excepcional en el mundo. Hoy día habría que agregar una cuarta herida, la informática o cyborgian, que fusiona lo orgánico y tecnológico, afectando la supuesta esencia humana.

A esta altura de la historia, entonces, lo menos que podríamos decir es que la naturaleza humana es también parte del enredo que conforma la multiplicidad de especies y cosas existentes. Las zonas de contacto cambian a los sujetos en formas sorprendentes. Tómese, por ejemplo, el simple caso del tejido intestinal humano que no puede desarrollarse normalmente sin la colonización de la flora bacteriana. Los habitantes de este planeta son bien oportunistas, lo que los biólogos llaman simbiogenéticos, siempre listos para unirse a socios improbables para crear algo nuevo. Las zonas de contacto o coevolución no son la excepción, sino la regla.

El Trochero: Film SACHA RUNA - Análisis y valoraciónEl antropólogo Eduardo Kohn explora estas zonas de contacto, en la región del Alto Amazonas de Ecuador, entre los runa de habla quechua y los diversos animales con los que ellos elaboran sus vidas y rastrea lo natural, lo cultural, lo político y lo ecológico junto con los ensambles semióticos que se dan en grupos de especies en donde los perros son actores centrales. Según Kohn, la personalidad amazónica, en gran medida, es producto, no sólo de la sujeción colonial, sino también de la interacción chamánica con los “diferentes yoes semióticos no humanos”.

Según el detallado análisis del etólogo francés Jean-Claude Berrey del entrenamiento equino, los movimientos involuntarios en la conducción del caballo muestran que los músculos homólogos tanto del caballo como los del jinete se contraen y disparan simultáneamente. Tanto uno como el otro están en sintonía. Los jinetes talentosos se comportan y se mueven como caballos.

Aquí los cuerpos humanos se han transformado en el cuerpo de un caballo. Quien influye y quien es influido no está claro en esta historia. Ambos, humanos y caballos, son causa y efecto de los movimientos del otro. Ambos inducen y son inducidos. Ambos afectan y son afectados. Cada uno encarna la mente del otro. La resonancia de la mente y la carne producen algo que no existía antes.

Y, siguiendo con esta línea, podríamos decir que la relación con los animales familiares, especialmente la que se ha venido Las mascotas del antiguo Egipto (Fotos)dando en la posmodernidad, es la más humanizada relación entre animal y humano que podamos notar desde la Edad Media. Y esto, tal vez, según algunos, se deba a que hemos perdido en gran medida la esperanza en una plena vida comunitaria o porque nuevos factores se han combinado para hacer que las relaciones cercanas entre adultos sean más inseguras, efímeras o transitorias.

Una relación más cercana, entonces, con nuestro perro o gato, se ve ahora como algo bueno para nosotros y perfectamente normal y aceptable. Ofrece compañía para el solitario, prolonga la vida para el enfermo y terapia para el desdichado. Mientras todo lo que es “sólido se disuelve en el aire”, las mascotas crean vínculos a largo plazo con sus compañeros humanos y rara vez se escapan con otro. Se alegran cuando su dueño regresa a casa y su amor es incondicional. Como alguien dijo, “mi mejor amigo es mi perro”. En buenas cuentas, digamos, un sustituto de relaciones humanas ausentes o perdidas.

Muchos críticos miran esta relación altamente individualizada y personal como una pobre sustitución patológica de las verdaderas y auténticas relaciones sociales. Y la pobre mascota, esterilizada, aislada y privada de contacto con otros animales es criatura del estilo de vida del amo. Es a ésto, probablemente, a lo que Guattari y Deleuze se refieren más que nada y no a la interdependencia de las especies, ámbito al que ellos mismos han aportado importantes análisis teóricos.

Pero, ¿es realmente sólo el aislamiento y atomismo social y la necesidad de soporte emocional lo que ha fomentado el cuidado y posesión de mascotas en los últimos años?

QUÉ HACER CON LAS MASCOTAS EN VACACIONES - Experta BlogSi bien es cierto que ellos están satisfaciendo roles humanos sustitutos, también pareciera ser que lo que está en juego aquí son nuevas actitudes hacia los animales, similares a las que operan en otros sitios de interacción entre animales y humanos. La idea de que las mascotas se antropomorfizan cada vez más puede que no sea del todo correcta.

Lo que aquí puede estar ocurriendo es que el amo, al considerar a su perro o su gato regalón como un animal con características y necesidades particulares, entra en un ejercicio de descentramiento, de intento de comprender las necesidades de los demás y darse cuenta de que las necesidades y los intereses de dos especies distintas no son mutuamente excluyentes, lo que abre el paso para explorar las posibilidades de mutualidad y dejar atrás el dictamen bíblico antropocéntrico de que todos los animales son categóricamente diferentes y están ahí para el uso práctico del humano.

No hay parte del mundo en donde los animales no sean socios plenos. El animal humano y las especies no humanas son compañeras en el duro tránsito de la vida y su mutuo florecimiento en la diferencia es parte esencial de la existencia, por transitoria que sea. Una relación cruel, indiferente, ignorante, explotativa, como también juguetona, inventiva y llena de gozo. En ella no hay celos ni paz final, sólo el impulso a existir.

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