Desempleo mundial, drama sin fin

En Oslo, capital de Noruega, en una reunión conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización del Trabajo (OIT) se dieron a conocer cifras escalofriantes sobre la evolución del empleo a escala mundial. Muy pocos medios de prensa se hicieron eco de tales datos, porque ellos cuestionan la tan mentada superación de la crisis económica. Los casos más críticos no corresponden a países pobres o de la periferia. No. Esta vez la cuestión está centrada en los países más desarrollados, aquellos que ocupan el centro de la economía capitalista mundial. En los países asiáticos, fundamentalmente Indonesia y Corea del Sur, la baja del empleo se produjo unos años atrás. De modo tal que la crisis actual encontró a esas economías con un alto grado de desocupación.
El total de desempleados es de 212 millones, el máximo histórico de todos los tiempos. Ello es aún más dramático si tenemos en cuenta que más de 80 millones de ellos son jóvenes. Comparando los datos del 2007 y 2009 se observa que los desempleados crecieron en más de 30 millones. La mayor destrucción de empleos se ha producido en Estados Unidos con 7,5 millones y España con 2,7 millones. En Estados Unidos el crecimiento del desempleo va de la mano con la recuperación económica vivida el año pasado, es decir que se da la paradoja de crecimiento económico con pérdidas de empleo. En España el desempleo en los jóvenes trepa al 40%. En el mundo, después de los jóvenes los otros sectores más débiles son los inmigrantes, trabajadores temporarios y mujeres.
Otra de las características señaladas en la mencionada reunión de Oslo es que se trata de desempleos de larga duración. 
Dos cuestiones más completan este poco alentador panorama. Más del 75% de la población mundial está fuera de cualquier sistema de protección social. Un 40% de la fuerza de trabajo, a escala mundial, tiene un salario que no le permite superar el nivel de pobreza, estimado mundialmente en unos dos dólares diarios.

Juan Guahán