El pugilato constituía entre los helenos de la Edad Clásica, -época que corresponde al florecimiento de la cultura grecorromana en el siglo V a.C.-, uno de los principales atractivos de todos los concursos atléticos. Sus orígenes legendarios no cedían en celebridad ni en alcurnia a los de otros juegos. Nada menos que a Teseo, según afirma Píndaro, se debe su introducción en las palestras. Y que el divino Hércules lo aprendió de Harpalice, hijo de Hermes. De modo que, pese a su manifiesta e indiscutible brutalidad, el boxeo tiene noble abolengo.
El dióscuro Pólux y el rey de los bébrices, Amico, ventilaron sus diferencias, cual puede comprobarse en la fábula de los argonautas, a morrada limpia. Como ocurre en la actualidad, el púgil profesional griego y romano, era mimado y glorificado por sus coetáneos: las luchas se consideraba, generalmente, el clou de toda fiesta atlética, y hasta la ciencia médica le daba su sanción aprobatoria, afirmado que el pugilato era eficaz contra los mareos y jaquecas.
Los primeros registros del boxeo son de la Antigua Grecia. Se denominaba “pygmacha”, derivada del griego “puxos”, que significa puños. En el siglo IV, a.C. en la India antigua, Gautama Buda, hace referencia al boxeo en una de sus conversaciones con Manjusri, relatada en el Lotus Sutra. El poeta griego, Homero, Siglo VIII, a.C. llegó a relatar una pelea muy sangrienta en “La Ilíada”.
Es claro que habrá de ser difícil convencer a un boxeador de que un uppercut, un crochet, un corkscrew, un golpe en fin, de esos que se deciden con knock-out cualquier contienda, dejando fuera de combate a uno de los adversarios, es una verdadera panacea para el dolor de estómago o para la cefalalgia pertinaz. Por lo demás, estará perfectamente conforme el púgil de nuestros días con la alta opinión que merecía su arte a los remotos contemporáneos de Daretes y Alcidamas.
De acuerdo a libros de consulta, el primer registro de un combate de boxeo en tiempos modernos, aparece en Inglaterra en 1681 cuando el duque de Albermarle, organizó un combate entre su mayordomo y su carnicero.
El boxeo moderno se remonta oficialmente a 1.719, fecha en que reapareció en Inglaterra, e hizo su presentación James Figg, considerado como el “padre del boxeo”. El 6 de junio de 1727, se celebró en Londres un campeonato original. James Figg, -1695-1734-, “maestro del noble arte de la defensa personal” luchó contra Ned Sutton, el campeón de Kent, Gran Bretaña, consiguiendo el primero la victoria en los tres combates: con sable, con los puños desnudos y con bastón. Figg obtuvo así el primer título de campeón mundial de boxeo, que conservó durante once años
-Aunque estaba muy mal visto, no suponía violación de las reglas del boxeo establecidas por el reglamento -vigente desde 1743 hasta 1838, cuando se impusieron las London Prize Ring Rules- el que un boxeador agarrara por los cabellos a su antagonista. Según lo escrito, en 1954, por Nat Fleischer, en su libro “Los colosos del boxeo”, De ahí que muchos de los profesionales tomasen la precaución de cortarse la melena al rape, para evitar un “golpe” de esa naturaleza.
-En 1730, surgió el boxeador, Jack Broughton, -1704-1789-, que aportó la habilidad y la técnica. Se le conoce como el inventor de los guantes de boxeo moderno. Quien además, fue la primera persona en organizar un conjunto de reglas, para ser utilizadas en tales competencias.
-Jem Belcher, campeón de Inglaterra hacia el 1800, inició el uso de colocar un pañuelo de color distintivo en un poste del cuadrilátero, costumbre seguida después por los demás boxeadores en el momento de subir al ring.
-Con motivo de la coronación de Jorge IV de Inglaterra, -julio de 1821-, las autoridades de Londres solicitaron la cooperación de John Jackson, antiguo boxeador y campeón de Inglaterra, para que al frente de algunos profesionales de dicho deporte, contribuyeran al mantenimiento del orden. La reputación que seguía conservando Jackson y también la de los notables luchadores de que se rodeó para cumplir el cometido, fueron suficientes para que la ceremonia se desarrollara sin el menor incidente.
-Jim Braddock no puede ser considerado como una de las grandes figuras del boxeo, pero su carrera, es sin duda, una de las más extraordinarias en la historia del ring. Nació en 1905, en un suburbio de Nueva York, buscó en el boxeo la forma de combatir la miseria que le rodeaba. Sus principios no fueron demasiado felices y tras de siete años de victorias y derrotas, y después de haberse roto las muñecas al enfrentarse con Abe Feldman, -1933-, decidió apartarse del ring. Se puso a trabajar en los muelles, y volvió la miseria a rondar en torno suyo, con el agravante de que ahora tenía mujer y tres niños que mantener.
Requerido por un organizador de combates, y apremiado por su destrastrosa situación económica, decidió calzarse otra vez los guantes, y aquí viene lo inverosímil: en el transcurso de un año, el cargador de los muelles alcanzó el titulo de campeón de pesos pesados. Joe Louis le arrebato el título en 1937. Aunque económicamente ya no sentía preocupaciones, todavía siguió boxeando durante algo más de un año. Al fin lo dejó, acertó a participar en algunos buenos negocios y cuando Estados Unidos, intervino en la segunda Guerra Mundial sirvió a su patria como capitán, de una unidad de transporte.
-Durante la primera guerra mundial, Jack Munroe, sucesivamente minero, jugador de fútbol y boxeador, fue voluntario en el famoso regimiento canadiense Princess Pats, un cuerpo que tuvo que ser reorganizado tres veces antes de terminarse la contienda, debido a sus pérdidas. En este contingente de bravos guerreros, Munroe, armado con un hacha de leñador, era el terror de los enemigos en los combates cuerpo a cuerpo y en los asaltos con arma blanca de las trincheras. Una vez durante un asalto nocturno, salvó a un oficial mutilado, trasladándolo hasta un puesto de la Cruz Roja. Su heroísmo fue debidamente reconocido por el Gobierno de Canadá.
-El boxeador canadiense Tommy Burns, cuyo verdadero nombre era Noah Brusso, después de muchos años de gloria y haber conseguido una fortuna, poco después de cumplir los cuarenta años se retiró de la profesión y se ordenó sacerdote.
-Se oye hablar continuamente de las distintas categorías de los boxeadores. Y, sin embargo, casi nadie sabe en dónde empieza una y en donde termina la otra. Y cuando se sabe sorprende que los pesos límites estén contados hasta en gramos. Esto es debido a que el origen son medidas de peso inglesas que al pasar al sistema métrico decimal dan estos resultados:
-Minimosca 108 libras. -48.988 kg.
-Mosca 112 libras. -50.802 kg
-Súper mosca 115 libras. -52,163 kg.
-Gallo 118 libras. -53.524 kg.
-Súper gallo 122 libras. -55.338 kg.
-Pluma 126 libras. -57.153 kg.
-Súper pluma 130 libras. -58.967 kg.

-Ligero 135 libras. -61.235 kg.
-Súperligero 140 libras. -63.503 kg.
-Welter 147 libras -66.678 kg.
-Súper welter 154 libras -69.853 kg.
-Medio 160 libras. -72.575 kg.
-Súper medio 168 libras -76.293 kg.
-Semipesado 175 libras -79.379 kg.
-Crucero 190 libras -86.183 kg.
-Pesado más de 190 libras
-Jem Mace, cuyo nombre figura en la historia del ring como el de uno de los más hábiles boxeadores que jamás hayan aparecido en el cuadrilátero, antes de dedicarse a tan arriesgada profesión era violinista, que tocaba donde podía, generalmente en la vía pública. Se encontraba un día en Yarmoutt -Inglaterra-, tocando el violín en la puerta de una taberna, un pescador borracho le arrebató el instrumento y se lo destrozó. Jem se arrojó sobre su agresor, y le dio una soberana paliza. Un transeúnte que presenció la pelea puso una moneda en la mano de Mace, diciéndole: “Usted podría llegar a ser un boxeador profesional”. Mace no echó en saco roto la indicación. Se dedicó al boxeo y alcanzó gloria y fortuna. Murió en Liverpool el 30 de noviembre de 1910, a la edad de 80 años.
En 1921 se crea la Asociación Mundial de Boxeo. En 1963, el Consejo Mundial de Boxeo. En 1983 la Federación Internacional de Boxeo, y en 1988, la Organización Mundial de Boxeo.
Bibliografía consultada:
Nat Fleischer. “Los colosos del boxeo”. 1954
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