EL CALEUCHE NAVEGA EN BRUSELAS
El nombre de la isla y del archipiélago viene de la palabra indígena chilhué, que significa lugar de gaviotas. Habitada en un principio por comunidades indígenas de cuncos, huilliches y chonos, la isla fue descubierta por los españoles el ocho de noviembre de 1553, quienes lograron controlarla luego de las guerras de la Independencia hasta 1826. Ese año se crea la Provincia de Chiloé, incorporada a la República de Chile, designándose como capital la ciudad de Castro.
El fotógrafo Rodrigo Muñoz escogió su oficio para darle un sentido a su existencia. Su formación profesional en Conservación de Colecciones Fotográficas Patrimoniales, el Premio de Fotografía Concurso Regional de Artes Visuales 2003 y el apoyo del FONDART Nacional y Regional, permiten descubrir –a través del lente de la fotografía documental –, nuevos “oficios viejos”. Oficios ancestrales y desconocidos para la mayor parte de los habitantes del continente, nuevos “oficios viejos” para los habitantes del resto del mundo.
La técnica brillante del artista –con gelatinas y emulsiones cuidadosamente seleccionadas–, descubre un mundo donde aún es posible la vida a escala humana. Donde las manos de las tejedoras de telares, y las de luthiers de instrumentos típicos, recrean la magia de las historias de encantamiento con las que la isla –y el archipiélago– se ha hecho famosa en el continente.
Pero Chiloé no es sólo historias de mar
Durante los siglos XVII y XVIII nacieron, de los recursos que entrega la naturaleza, de la mano hábil de los indígenas y de las enseñanzas de los misioneros jesuitas, las iglesias de Chiloé.
Arquitecturas que soportaron el duro clima del sur, hasta terminar por convertirse en la muestra de un rico diálogo intercultural y de un profundo mestizaje. Actualmente, existen en Chiloé unos 60 templos que corresponden a la tipología denominada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, y que sus habitantes exhiben orgullosos, gracias a la lucha que dieron por proteger este símbolo de una cultura ancestral, ya sasumido –a fines del año 2000– como Patrimonio de la Humanidad bajo protección de la UNESCO.
El hombre del sur, el chilote, el fotógrafo mismo se descubre a través del enfoque de una lente que revela la humanidad y poesía de las gentes de la zona. Rodrigo Muñoz, ajeno al ritmo acelerado de las grandes urbes, llega a Bruselas para dar a conocer un pedacito de Chile.
Con ritmo de chilote, disfruta de la conversa, del encuentro, del descubrimiento de la multiculturalidad bruselense –y de las preguntas curiosas que abren la puerta de entrada a la Patagonia, la puerta a la magia del sur del continente americano–.
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* Periodista chilena.
Rodrigo Muñoz Carreño ha publicado:
– Chiloé: Relatos de un Mirador / Chiloé : the Onlooker’s Tales, Ediciones Tácitas, 2005 –imagen de apertura–.
– Chiloé: El libro de los oficios / Chiloé : Le livre des métiers / The book of crafts, Consejo nacional de la Cultura y las Artes, FONDART, 2004 –izquierda–.
Correo electrónico: genomuñoz@surnet.cl