El divorcio sin retorno de Evo y Arce ahonda la crisis boliviana

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Evo Morales y Luis Arce, los máximos dirigentes de las dos vertientes del Movimiento Al Socialismo (MAS), viven una divorcio sin retorno, encaramados en sus egos, mientras el expresidente y cientos de sus partidarios iniciaron este martes una marcha en contra del actual mandatario por una ruta de 190 kilómetros hasta La Paz.

Morales y Arce están distanciados desde fines de 2021 por diferencias en la administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la dirección nacional del MAS. Los partidarios de Morales lo proclamaron varias veces como «candidato único» para los comicios de 2025, mientras que el bloque leal a Arce insiste en renovar la dirección del MAS.

La marcha busca denunciar al gobierno de Arce, al que acusan de usar los tres poderes para frenar la candidatura de Morales para las elecciones de agosto de 2025. El gobierno acusó  a Morales de promover una «marcha de la muerte» con la que busca dar un «golpe de Estado».  El gobierno sostiene que Morales está inhabilitado, ya que la Constitución no permite la reelección más allá de dos gestiones continuas.

Arce acusó este martes a Morales de iniciar la marcha y apoyar un bloqueo indígena como parte de un «intento de golpe de Estado». «Destruir, amenazar, bloquear y sembrar odio siempre será más fácil para quienes no creen en la democracia, para quienes se creen salvadores de escenarios de incertidumbre que ellos mismos buscan promover. Pero el pueblo boliviano es sabio y estamos seguros que no se dejará engañar», escribió el mandatario en sus redes sociales.

“En las Fuerzas Armadas hubo un desacato a la intervención, a la represión a la marcha. Saludo a algunos comandantes, rechazaron cualquier intervención a la marcha (…) pido a las fuerzas Armadas y a la Policía estar con su pueblo y no reprimiendo. Imagínense, después del golpe cómo han sido visto los policías, saben ustedes. ¿Quieren esa mala imagen del pueblo?”, cuestionó Morales en la ruta Caracollo- La Paz.

Arce y Morales, antes del divorcio

“Detrás del discurso de Evo Morales sobre una supuesta reivindicación y “falsa propuesta se esconde el capricho de un ser ambicioso. No le importa la incertidumbre del pueblo boliviano y es capaz de pasar por encima del dolor del mismo con tal de reproducir el poder. Esa es la talla de quien pretende volver a ser presidente a toda costa”, reprochó el ministro de Justicia, Iván Lima.

El ministro criticó que «detrás de la marcha y los bloqueos que asedian al país» desde el lunes «hay un plan maquiavélico» para que el presidente del Senado, el evista Andrónico Rodríguez, llegue a la presidencia boliviana «y desde allí forzar la candidatura ilegal e inconstitucional de Morales».

Poco antes, un abogado del expresidente, Orlando Ceballos había señalado  que ante la «crisis generalizada» hay que «empezar a imaginar la sucesión presidencial establecida en la Constitución» y que llegue «hasta el presidente del Senado».“La salida a este punto de inflexión pasa por la sucesión presidencial”, dijo en un video difundido por la red RPOs.

Morales dijo que «lamentablemente nos abandonó el presidente (Arce) y el vicepresidente (David Choquehuanca), nos traicionó, de paso hay mala gestión y corrupción». Sostuvo que «el pueblo se moviliza cuando hay una injusticia, cuando hay desigualdad» y aseguró que es una marcha «para salvar Bolivia» y «por las futuras generaciones».

Por su parte el dirigente campesino Ponciano Santos indicó: «Cuatro años hemos aguantado y resistido a Luis Arce. Ahora estamos en Caracollo para empezar la marcha nacional para salvar a Bolivia a la cabeza de nuestro comandante Evo». Santos acusó a Arce de ser un «traidor», «dictador» y también un «títere del imperio», y lo amenazó con iniciar un bloqueo de caminos nacional a fin de mes si en los siete días que tomará la caminata hasta La Paz no los convocan a dialogar sobre sus demandas.

Organizaciones evistas y grupos afines al gobierno se cruzaron en la localidad de Vila Vila y se enfrentaron con piedras, petardos y presuntamente dinamita. Según informó el diario digital Erbol, un grupo de afines a Arce esperaban a los manifestantes evistas en los cerros.

La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) emitió un comunicado en el que «hace un llamado a las autoridades públicas y a todos los que ejercen medidas de presión a apostar por el diálogo franco y sincero en aras de solucionar la compleja situación social que vive» el país. La CEB también consideró que los bloqueos de caminos «no son la solución más acertada» a la «preocupante situación política, económica y social» por la que atraviesa Bolivia.

La imagen del gobierno

Los analistas coinciden en que la incertidumbre económica ha destruido la imagen del gobierno, que ha perdido su capital más importante: la estabilidad económica: hay escasez de dólares, de diésel y se incrementaron de los precios de la canasta familiar. Se ha perdido la confianza en el gobierno y se ha extinguido su capacidad hegemónica.

 El malestar contra el gobierno se acumula: ni el llamado a referéndum ni las reuniones con empresarios han calmado la bronca. Está en marcha una articulación de varios sectores, que van ensayando demandas cada vez más osadas: las federaciones más combativas del Norte Potosí, las 20 provincias de La Paz y  del Chapare, artesanos, magisterio, transportistas, van planteando la demanda de adelanto de elecciones.

La obsesión por proscribir a Evo debilitó al gobierno e hizo crecer más al expresidente. Arce perdió el control del Parlamento desde que se pelea con Evo. El ataque frontal contra Evo y el hecho de culparle de todos los males del gobierno, solo posicionaron más a Evo en el escenario político. Hasta ahora el gobierno no logra proscribirlo, pero lo que sí ha logrado es convertirlo en el principal opositor, lo que en el actual contexto se puede convertir en el mayor capital político que el líder cocalero pueda tener.

La disputa entre Arce y Evo no deja de ser una disputa interna al MAS, por tanto el fracaso de la gestión económica del gobierno es también el fracaso del modelo económico propuesto por el MAS, lo que hace más complejo el panorama político, ya que muchos sectores, sobre todo los llamados «indecisos», están buscando alternativas opuestas al MAS con mucha mayor convicción que en el pasado.

Hoy el descontento de los sectores populares contra el gobierno no es canalizado solo por la derecha o por algún outsider, sino por Evo, lo que hace que el antimasismo no logre expandirse o por lo menos evita que la transferencia de legitimidad pase directamente a la derecha antimasista.

 

*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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