El homosexual

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En muchas partes del mundo el homosexual vive como sujeto oprimido, llevando una existencia que lo condena a vivir en un mundo subterráneo y clandestino, con su cultura censurada, silenciada, invisible y secreta. Lesbianas y gays han sido y continúan siendo victimas históricas de persecución, al igual que los perseguidos por razones étnicas, religiosas o políticas, sólo que, a diferencia de estos últimos, el homosexual es perseguido como individuo solitario y cuando la ley lo atrapa lo trata con una insidiosa crueldad.

La trasgresión de los límites que separan al hombre de la mujer ha sido universalmente considerada repugnante y, en defensa de “las buenas costumbres y la moral”, su visibilidad tiene que ser rechazada y excluida de todos los ámbitos sociales… Y, sin embargo, a pesar de toda esta persecusión y crueldad, la homosexualidad porfiadamente continúa existiendo. Según estudios recientes llevados a cabo por Laumann y sus asociados, el número de hombres que se declaran homosexuales es del 2,8% y solo 1% de mujeres declaran ser lesbianas. La homosexualidad masculina concentra el 85% de las nuevas infecciones por VIH

El sociobiologista O. Wilson, por su parte, estima que en cualquier población dada aproximadamente el 8-13% de hombres y el 5% de mujeres, tienen fuertes inclinaciones homosexuales y estas figuras porcentuales sorpresivamente se han matenido estables a través de la historia.

¿Cuáles son, entonces, las raíces de esta persistencia? El animal humano curiosamente es la única especie donde una pequeña proporción de individuos está exclusiva y consistentemente orientada hacia el mismo sexo. Biológicamente, ésto es un rompecabezas. Por supuesto los etólogos han identificado otras especies en donde sus miembros exhiben algunas conductas homosexuales. Las recientes investigaciones biológicas, por ejemplo, han identificados más de doscientas especies, desde insectos a mamíferos, que despliegan comportamientos homosexuales, pero estos son cualitaivamente diferentes de los que ocurren entre los humanos.

Perros, ovejas y chimpancés montan unos a otros, pero ninguno consuma el acto sexual y ninguno expresa orientación exclusiva por el mismo sexo.

Condenado por llamar a dos mujeres que acababan de casarse «lesbianas de mierda» y golpear a quien las defendió | IdealLa verdad de las cosas es que el hermafroditismo existe tanto en el mundo vegetal como en el animal. Algunas criaturas literalmente pueden cambiar de sexo dependiendo de las condiciones ambientales. El lagarto común de los desiertos del suroeste de Estados Unidos puede cambiar de macho a hembra y viceversa. Pero esta capacidad se detiene en los reptiles, las aves y los mamíferos. El lagarto común es un ejemplo de hermafroditismo secuencial, es decir, la criatura es un macho en una temporada y una hembra en la siguiente.

En el humano, en cambio, el hermafroditismo se manifiesta simultáneamente, en el sentido de que cada persona combina elementos de masculinidad y feminidad todo el tiempo. El imperativo de que cada mujer y cada hombre sean completamente hermafroditas, emocional y síquicamente, mezcla de lo femenino y lo masculino, fue un desarrollo evolutivo sin precedentes que resultó en una variación inusual que ha llevado a la persistente tendencia histórica a manifestar homosexualidad en ambos sexos. Desde los textos de Mesopotamia, los murales de Egipto, las cerámicas precolombinas del Perú hasta las pinturas en los jarrones griegos y romanos expresan, todos ellos, actos homosexuales. Los griegos no eran sodomitas. Las vasijas homo-eróticas (7-8)

Lo extraño de esto es que desde el punto de vista de la evolución biológica, la homosexualidad es una paradoja suprema. El investigador Dean Hamer y sus colaboradores informaron en 1993 que habían identificado un gen que juega un papel crítico en la determinacion del comportamiento homosexual. A pesar de que las investigaciones están todavía en su infancia, cada vez más los científicos ven la predisposición a la homosexualidad, en gran parte, como una conducta genéticamente determinada.

Pero, si suponemos que su origen es genético, rápidamente tendríamos que concluir entonces que el gen controlador garantiza la extinción del rasgo. De acuerdo con esto, un gen homosexual no podría sobrevivir si la persona que lo posee no desea o no puede reproducirlo. Como la genética ha demostrado, el “interés” primario de todo gen es reproducirse.

Un “gen desinteresado” que no se replique a sí mismo es un oxímoron. Teóricamente, ese gen desaparecería del genoma en unas pocas generaciones. Y, a pesar de las explicaciones neurológicas que ubican su determinación en la amígdala cerebral o en el hypotalamus, o las teorías que le asignan un papel principal a los factores psicológicos, ninguna de ellas ha sido capaz de proporcionar una teoría evolutiva convincente del por qué.

¿Cómo, entonces, se podrían explicar las presiones selectivas en la especie humana que han asegurado las conductas homosexuales en cada generación y en cada cultura?

El cirujano y escritor Leonard Shlain, basado en las últimas investigaciones biológicas y antropológicas, tiene una controversial idea. Agdistis, hermafrodita en la mitología griega | Absolut ViajesSegún la biología evolutiva es posible pensar que una hermana o hermano están más interesados en ayudar a los hijos de su hermana que en ayudar a niños no emparentados. Los sobrinos de un hombre tienen una cuarta parte de los mismos genes que él. Si él los ayuda y viven lo suficiente para reproducirse, entonces parte de su material genético pasa a la siguiente generación, incluso si el mismo no engendra descendencia.

E.O.Wilson piensa que el surgimiento de la homosexualidad humana aumentaba la probabilidad de que los hijos ancestrales sobrevivieran, especialmente en una era en que el cuidado de los pequeños constituía una pesada carga. Los homosexuales, al contribuir con una extra ayuda, gradualmente aumentaron la aptitud de la especie para conllevar la responsabilidad del cuidado de sus crías.

Desde la perspectiva antropológica se estima que el número aproximado de una banda de cazadores del Pleistoceno, incluyendo bebes, niños, adolescentes, mujeres, ancianos y enfermos, estaría entre 100 y 150 individuos. Dentro de cada banda, el grupo central de cazadores incluía de ocho a doce hombres en su mejor momento. Si uno de los doce  es homosexual y no tiene mujer ni hijos pequeños que alimentar, entonces una gran parte de la caza podría distribuirse entre las familias de los cazadores restantes. El suministro de carne disponible para mujeres y niños aumentaría aproximadamente en un 8%. La vida de los cazadores-recolectores del Paleolítico superior | MI OTRA CLASE DE HISTORIA

Por supuesto, hoy día la banda de cazadores ya no constituye el núcleo esencial de la sociedad, pero los homosexuales todavía contribuyen al bienestar general al desempeñar un papel similar en la mejora de la vida dentro de la cultura en general. Los homosexuales, dice Shlain, enriquecen la vida cultural al poseer, a lo menos en promedio, sensibilidades estéticas y habilidades creativas en una mayor proporción que la que se presenta en el promedio de la población.

La conexión entre la belleza, la creatividad y los hombres y mujeres abiertamente homosexuales es claramente evidente en el extraordinario florecimiento de los períodos históricos de la “Edad de Oro” de la Grecia clásica y el Renacimiento italiano, que tuvieron muchos contribuyentes homosexuales. A través de todas las edades históricas su representación en las artes y la literatura ha ennoblecido la cultura humana. No hay campo en donde los homosexuales no hayan dejado su marca: arquitectura, música, pintura, ciencia, matemáticas, academia, etc.

Sin su presencia la cultura humana sería menos suntuosa. Cuesta pensar en un mundo sin la existencia de Sócrates, Aristóteles, Platón, Tchaikovski, Leonardo, Newton, Miguel Ángel y cientos de otros que han ayudado a enriquecer nuestra vida.

El aumento de la sensibilidad estética y creatividad puede ser el resultado de diferencias en la organización del cerebro homosexual. El corpus callosum, la banda de fibras que une los dos hemisferios corticales, es aproximadamente un 15% más grande en los El Museo del Prado organiza una muestra de arte sobre homosexualidad - Vídeo Dailymotionhomosexuales, al igual que hay una menor especialización entre los dos lóbulos. El grado de diferencia entre el tamaño del corpus callosum y la especialización de los hemisferios en los homosexuales se encuentra a medio camino entre la variación presente entre el cerebro de un hombre heterosexual y el cerebro de una mujer heterosexual.

Como dice Shlain, recién estamos comenzando a comprender las sutilezas de cómo el cerebro funciona de manera diferente en estos subgrupos. Pero, todavía no sabemos con exactitud si estas diferencias en la organización del cerebro son responsables de lo que parece ser el espíritu estético y creativo de los homosexuales.

Obviamente no todos los homosexuales son más creativos y sensitivos que los heterosexuales. La idea es que, en general, ellos eligen con más frecuencia trabajos en las artes y otros campos que requieren una mayor apreciación de la belleza y la armonía. La homosexualidad, un rasgo que originalmente evolucionó para poner más carne en la boca de madres y bebés, curiosamente ha derivado en el mejoramiento de la calidad general de la cultura.

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