El triste caso de Mamá Oca y el terrible don Sebas o qué hacer con Bachelet antes de marzo

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OcaAlgo perverso suele desprenderse de la política, un miasma que trasciende incluso el apotegma enunciado por Lord Acton hacia 1887 que hace referencia a la corrupción; no es para desgañitarse, simplemente, ay, dan ganas de sentarse a solas tras un cono de sombra y llorar por la república que sin conocer su cénit sabe mucho de abismos. | LAGOS NILSSON.

 

El asunto es delicado y cuesta no adjetivar de la peor manera las informadas andanzas de un tipo formado en familia de ingresos medios, algo entrado en carnes (no un gordo de, pero bastante más que pícnico), de 34 años, que en menos de un lustro y solo en automóviles nuevos tendría inmovilizados la mayor parte del tiempo unos 140 millones de pesos. El tipo en cuestión fue concebido y nació en Alemania y se llama Sebastián Dávalos Bachelet; algunos íntimos le dicen Sebas (no por seboso, sino porque es un apócope familiar de Sebastián).

 

La historia para la mayor parte de «la gente» surge el 21 de diciembre de 2012; ese día la ex presidente de esta pobre república (esa vaca que tantos ordeñan y nadie custodia) decía a los representantes de la escuálida prensa chilena que recién en marzo próximo iba a hablar de política interna y —se sobreentendía— acerca de su volver a intentar llegar a La Moneda. La escueta cordialidad expresidencial dio paso al interés (y tal vez cierta envidia) de los periodistas cuando —apenas con un murmullo bien aceitado, un lujoso automóvil negro con asientos blancos se detuvo en la calle Bernestein.

 

El vehículo era un descapotable Lexus IS 250 cosecha del año. Costaba en EEUU alrededor de US$ 43.000. Lo conducía don Sebas con la prestancia de un títere de esos de García Lorca, pongamos don Cristobita. El crecido polluelo venía a ver (o salvar de micrófonos y cámaras) a su madre. Mamá Oca sonreía.

 

En el portal www.cosas.cl se pudo leer en su momento:

Oca-hijo«Por su sencillez y naturalidad no parece ser el hijo de una presidenta recién electa. Camina por las calles del centro como uno más y su participación en la campaña tuvo tan bajo perfil que los transeúntes no lo reconocen. Y eso es un aspecto que a este joven cientista político de 27 años le viene bien. Se siente a gusto siendo uno más del montón y asegura que su escasa visibilidad durante la contienda electoral tuvo que ver con privilegiar su trabajo en la Dirección Económica de la Cancillería, porque siente que es más difícil demostrar capacidad cuando se es hijo de la presidenta electa.
«Además, dice, le carga la figuración personal.»

 

Algo cambió desde entonces
Diversos medios (alternativos la mayoría) señalan —y citamos lo publicado en Qué pasa, fuente de la noticia:
«Según la información proporcionada por fuentes abiertas como el Diario Oficial, informes comerciales y el Conservador de Bienes Raíces, Dávalos y su esposa Natalia Compagnon (29) participan desde hace años en al menos seis sociedades comerciales que tienen entre sus giros la asesoría y representación de empresas nacionales y extranjeras. Y les ha ido bien.

Lex«Según Dicom, a través de la sociedad Caval Limitada que constituyeron el 3 de febrero de 2012, Compagnon y su socio Mauricio Valero Illanes no sólo compraron en junio el automóvil que conduce Dávalos, sino que otros tres Lexus, un New IS 250 y dos Station Wagon 4×4 modelo RX 350, cada uno avaluado en $ 30 millones.

«Ni el hijo ni la nuera de Bachelet quisieron referirse o entregar antecedentes sobre sus negocios, argumentando que es un tema de la esfera privada.

«En la reservada lista de clientes de sus sociedades se encuentra el empresario Gonzalo Vial Concha, controlador de Graneles de Chile e hijo del dueño de Agrosuper. El pasado 14 de octubre, Vial les facilitó su fundo Haras de Callanas en Paine, para que la pareja celebrara su fiesta de matrimonio, evento animado por la banda Chico Trujillo y en el que Dávalos lució un bastón y un vistoso gorro de copa.»

 

Todo bien.

 

Sin inquina, más bien con delicadeza, Tomás Moschiati, respetado periodista, director de Radio Bío Bío —una cadena de emisoras que abarca todo el país— hace referencia al pasado laboral inmediato de Dávalos Bachelet como funcionario de la Cancillería. Lo señalado por Moschiati puede escucharse y verse aquí.

 

La revista Qué Pasa, neoliberal-conservadora es propiedad del Grupo COPESA (Diario La Tercera), fundada en 1971 —se lee en Wikipedia—por Cristián Zegers, Gonzalo Vial Correa, Jaime Martínez Williams, Emilio Sanfuentes y Hermógenes Pérez de Arce, entre otros. El nombre de la revista fue sugerido por Jaime Guzmán. De acuerdo: no son buenos antecedentes para creerle todo, pero… ¿mentiría tanto para atajar el segundo vuelo de Mamá Oca?

 

Oca-1(Incidentalmente el apodo Mamá Oca le fue puesto a Bachelet —madre de Sebastián Dávalos— cuando ejercía la Presidencia por un periodista de la desaparecida revista Piel de Leopardo en razón de su apariencia maternal, carácter que se evidencia, por ejemplo, en el artículo Mamá Oca y los gansitos abandonados publicado allí luego de que explotara la «Revolución de los Pingüinos» bajo su gobierno. Otros artículos pueden encontrarse apelando al buscador de este portal).

 

De ser cierta a la información de Qué Pasa —y debe serlo para que la recoja, entre otros, un comunicador serio como Moschiati— parece obvio que sería un desastre (por lo menos una inmoralidad nacional) volver a tener a la señora Bachelet al frente del gobierno. Los hijos no son responsables de las trapacerías de sus progenitores, a menos que fueren sus cómplices, pero ¿y los padres respecto de las andanzas de sus hijos?

 

MEOSe espera a los aspirantes
Objetivamente —supuesta la veracidad de lo que publicó Qué Pasa— los negocios arlequinescos de don Sebas (por Arlequín, servidor de dos patrones, pieza teatral de Goldoni) conforman un capítulo más de la saga de pequeñas —y grandes— inmoralidades vinculadas al concertacionismo, primero, y al aliancismo ahora. Lo dijimos al comienzo: «Algo perverso suele desprenderse de la política…»; sin embargo…

 

Sin embargo en estas fechas en que todos los del mundillo político-farandulesco hacen fila para rascarse el ombligo convertido en ara para sacrificar a la honestidad más proba, y cantan a coro raras canciones de ética escondiendo el bolsillo donde se depositan los beneficios del interés propio, no estaría de más que con voz clara dijeran qué piensan sobre estas repugnancias.

 

Sin duda que la opinión pública escuchará con sumo interés a quienes fueron los superiores administrativos y ejecutivos de don Sebas en la Cancillería (al parecer renunció a mediados de 2012), también oirá a los actuales precandidatos, aspirantes a precandidatos y precandidatos «tapados» a la Presidencia y, sobre todo prestará orejas y tiempo al único declarado candidato presidencial, Marco Enríquez-Ominami, no porque suba en los sondeos sino porque ocupa el lugar complejo de irse convirtiendo en referente de una nuevo modo de entender la política.

 

OCA2Al fin y al cabo no se trata del esotérico Juego de la Oca. Es triste la verdad, solo que no tiene remedio, Serrat dixit.
La sociedad chilena está frente a una encrucijada y no se elegirá el mejor camino con bolitas de dulce. Ojalá alguien tenga algo que decir, y no sea «¡sálvese quien pueda!»

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