En la astrofísica no hay cabida para los dioses… Pero, si no hay… ¿Por qué hay científicos que creen en la Divinidad? Si miramos la literatura de difusión científica no es raro encontrar títulos como “ Dios y los Astrónomos”, “La Física de la Inmortalidad: Cosmología Moderna, Dios y la Resurrección de los Muertos”, “ La Partícula de Dios”, “Dios y la Nueva Física”, “ La Mente de Dios”, etc. etc. Todos los autores son físicos y los libros, a pesar de ser de astrofísica, invitan al lector a darle un lugar a Dios en la conversación. Una industria bastante lucrativa si consideramos que muchos de estos autores son invitados a dar conferencias bien pagadas en los diversos grupos religiosos de Norte América. Y muchas fundaciones, como la “Templenton investment fund”, por ejemplo, se dedican a buscar la armonía y conciliación entre ciencia y religión y al patrocinio de talleres de trabajo y lecturas sobre el tema. Incluso, cada año premian generosamente a los científicos amigables con la misión.
No hay terreno común entre la investigación científica, tal y como se ha venido practicando en los últimos dos siglos, y la religión. La ciencia se basa en la verificación experimental, la religión en la fe. Dos aproximaciones al conocimiento totalmente irreconciliables, por mucho que se trate de negociar las partes. Desde Ptolomeo a Newton los investigadores del cosmos usaron todo su ingenio en el intento de deducir la naturaleza del universo a partir de los dichos y filosofías contenidas en los escritos religiosos. Newton incesantemente invoco las cronologías bíblicas para entender y predecir los eventos del mundo natural, sin ningún éxito. De haberlo tenido no estaríamos hoy día hablando de diferencias entre ciencia y religión.
Las afirmaciones y predicciones sacadas de la Biblia tuvieron un efecto retardatorio en el desarrollo de la ciencia. El ejemplo clásico es el juicio a Galileo cuya culpa fue mostrar que el universo es fundamentalmente diferente del que describía la Iglesia.
El modelo que coloca a la Tierra como centro del Universo tenia como base las enseñanzas e interpretaciones de la Biblia. La Tierra, según el argumento, es el centro de todo movimiento porque fue creada antes que el Sol y la Luna. Todo esto cambia con la invención del telescopio que revelo una realidad en conflicto con el Universo Divino que sacudió las bases mismas del mundo cristiano. Galileo, por tener el coraje de creerle al telescopio, fue condenado por hereje a un permanente arresto domiciliario. Un pelo de la cola, en todo caso, comparado con Giordano Bruno que termino en la hoguera.
Así como las predicciones y enseñanzas de la Biblia eran incorrectas, también investigadores siguiendo la observación y experimentación han llegado a conclusiones falsas. La diferencia es que el mismo método que puede llevar a caminos sin salida, promueve modelos, ideas y teorías que llevan a descubrimientos espectaculares. No ha habido otro ejercicio cognitivo en la historia humana tan exitoso en descifrar los misterios del Universo. El mismo escepticismo que los científicos aplican a la religión, la astrología, los fenómenos para normales o los discos voladores, aplican a los resultados de la investigaciones científicas. El estándar no es diferente. Si los resultados no pueden replicarse el trabajo es rechazado. Y la historia de la ciencia esta llena de estos rechazos.
El 22% de los físicos y astrónomos se declaran religiosos ¿Por qué, si consideramos que las investigaciones exitosas que ellos llevan a cabo no obtienen su información de las creencias religiosas? Cuando los científicos invocan a Dios generalmente lo hacen cuando llegan al borde del conocimiento en donde el asombro nos deja mudos. Es en este instante cuando un astrofísico puede invocar a Dios si se le pregunta de donde vienen las leyes físicas, que había antes del big bang o si el cosmos tiene limites. Esta es la frontera de los descubrimientos de la cosmología moderna. Lo que hay mas allá trasciende las respuestas que los datos y teorías disponibles pueden proporcionar. Pero, si recordamos, esta frontera no es fija. Siempre la ciencia la esta empujando un poco mas. Ahora mismo dos ideas interesantes empiezan a barajarse… la cosmología inflacionaria y la teoría de las cuerdas que pueden dar respuesta a estas incógnitas moviendo nuevamente la frontera del conocimiento… ¿No significa esto que lo desconocido es un lugar para explorar y no un misterio eterno controlado por la voluntad de Dios?
El Dios de los científicos religiosos es el Dios de los vacíos. Newton es uno de los mas grandes intelectos de la historia humana. Sus leyes del movimiento y de la gravitación universal dan cuenta de los fenómenos cósmicos que hasta ese momento los filósofos no habían podido explicar. Los planetas se atraen unos a otros y mientras mas planetas hayan mayor es la atracción y mas difícil es computar sus orbitas … ¿cómo, con todas estas diversas atracciones y perturbaciones, las orbitas de los planetas se pueden mantener en el sistema solar? De acuerdo con sus propias ecuaciones Newton creía que los planetas deberían haber caído en el sol o escapado al espacio sideral bastante tiempo atrás ¿Cómo, entonces, el sistema solar y el cosmos pueden mantener el orden y la durabilidad? Newton concluye en “The Principia” que Dios debe ocasionalmente intervenir para que las cosas mantengan su lugar. Según Newton las hipótesis metafísicas o físicas no tienen cabida en la filosofía experimental. Lo que queremos, dice, son datos inferidos directamente de los fenómenos físicos. Sin embargo, en la ausencia de estos datos Newton esta dispuesto a invocar a Dios.
Cien años mas tarde Laplace en “Traite de Mecanique Celeste” demostró que el sistema solar mantiene su estabilidad por periodos mucho mas largos que los que Newton predijo. Su teoría de la perturbación le permitió analizar los efectos acumulativos de una gran cantidad de pequeñas fuerzas que contribuyen a la estabilidad del sistema solar. Cuando le dio su tratado a Napoleón, según se cuenta, este le pregunto… ¿Y que papel juega Dios en la construcción y regulación de los cielos? Laplace respondió… “Señor, no tuve necesidad de esa hipótesis”.
Durante la mayor parte de la historia humana la esfera celestial fue considerada el dominio de la Divinidad porque nadie podía explicar como funcionaba. Todo esto empieza a transformarse a partir del siglo XVI con los trabajos y el genio de físicos como Copérnico, Kepler, Galileo, Tycho Brahe, Newton y mas tarde Maxwell, Heisenberg, Einstein y muchos otros que descubrieron las leyes fundamentales del mundo físico y proporcionaron explicaciones racionales de los fenómenos naturales. Hoy día, gracias a estos descubrimientos, el universo es objeto de los métodos e instrumentos de la ciencia que lo convierte en un lugar de conocimiento demostrable.
Para mantener su autoridad y poder, la Iglesia respondió con una sorprendente inversión filosófica… las leyes de la física son incontrovertibles y es la prueba de la sabiduría de Dios. El “universo de relojería” , una imagen bastante popular en el siglo XVII, es un universo ordenado, racional y predictible debido a los mecanismos confeccionados y dirigidos por Dios y sus leyes físicas. El problema es que a partir del siglo XIX los astrofísicos empezaron a desenmascarar el verdadero carácter del universo. El acceso a la luz invisible que los nuevos telescopios hace posible empieza a revelar un cosmos en donde abunda el caos. Monstruosos rayos gamma estallan, estrellan explotan, hoyos negros disturban el vecindario estelar, las galaxias chocan o se canibalizan unas a otras, orbitas planetarias o estelares inestables, etc. etc. Nuestro propio sistema solar esta expuesto a asteroides y cometas que chocan constantemente con los planetas. Uno de ellos casi barrio con la mayor parte de la flora y fauna de la Tierra. El Universo, en verdad, no funciona como un reloj y el orden que lo sostiene esta salpicado de destrucción, violencia y hostilidad. No muy hospitalario, que digamos.
La versión contemporánea del universo de relojería es el “diseño inteligente” que postula la idea de que una entidad poseedora de una capacidad mental inmensamente mayor que la nuestra creo el mundo físico y todas las cosas que no podemos explicar científicamente. El problema con esta creencia es que si este es un diseño inteligente… ¿donde encajamos todo lo que refleja falta de inteligencia? Diseños estúpidos, ensayos biológicos fracasados y organismos sin salida abundan en la naturaleza… ¿Como los explicamos sin caer en contradicción con esta Súper Inteligencia?
La ciencia es una filosofía de descubrimiento. El diseño inteligente, una filosofía estéril. Es imposible crear un programa de descubrimiento si de partida creemos que nadie es lo suficientemente inteligente para descifrar o responder a una incógnita… “No sabemos lo que es esto y no sabemos como funciona. Demasiado complicado para la inteligencia humana para descodificarlo. Tiene que ser el producto de una inteligencia superior…” Es cierto que la ciencia no posee todas las respuestas que el mundo plantea y lo mas probable es que haya un limite para lo que la mente humana pueda conocer… Pero, si no podemos resolver un problema ahora no significa que nadie lo pueda resolver. En un tiempo la gente creía que los rayos los enviaba Zeus. Hoy día nadie cree esto. Los rayos son parte de la tormenta y sabemos como, cuando y donde una tormenta comienza.
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