En la nómina hay una sola mujer, un alcalde de izquierda y otro de derecha, quienes encabezan las encuestas, mientras se desarrollan campañas virtuales debido a la pandemia. Las promesas electorales ya desatan controversias, a solo cinco meses de las presidenciales en las que los ciudadanos elegirán al sucesor de Sebastián Piñera, sumido en una crisis de popularidad, ya que alrededor del 80 % reprueba su gestión.
Las y los ciudadanos tuvieron gimnasia electoral este año. El 15 y 16 de mayo participaron en la elección en la que definieron a los 155 convencionales que redactarán una nueva Constitución, además de alcaldes, concejales y gobernadores regionales. El 13 de junio, además, se realizó la segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales.
Y el 18 de julio se llevarán a cabo las primarias para definir las candidaturas presidenciales de dos grandes bloques de derecha y de izquierda. Por un lado está Chile Vamos, la conservadora alianza en la que se enfrentarán Joaquín Lavín (de la Unión Demócrata Independiente), Ignacio Briones (de Evolución Política), Sebastián Sichel (Independiente) y Mario Desbordes (de Renovación Nacional).
En la izquierda, en la lista Apruebo Dignidad, competirán Gabriel Boric Font (de Convergencia Social) y Daniel Jadue (del Partido Comunista).
Por fuera de las primarias, ya confirmaron sus precandidaturas el derechista José Antonio Kast (del Partido Republicano), Eduardo Artes (de Unión Patriótica), Carlos Maldonado (del Partido Radical) y Paula Narváez, del antes poderoso Partido Socialista, la única mujer en la lista de postulantes.
La derecha
En el pacto derechista Chile Vamos, quien aparece con mayores posibilidadesde quedarse con la candidatura es Joaquín Lavin, de 68 años, alcalde de Las Condes, una de las comunas de mayor poder adquisitivo de Santiago, quien además fue ministro de Educación, Planificación y Desarrollo Social durante el primer gobierno de Piñera.
La intención de voto en su favor oscila entre el 11 % y el 17 %, pero todavía debe atravesar la prueba de las primarias y vencer a sus otros tres contrincantes, además de sacarse de encima el lastre que representa el apoyo de Piñera.
Lavín presentó un programa de Gobierno de 17 puntos, entre los que sobresalen propuestas que apuntan a convencer a los feminismos, como el otorgamiento de un Ingreso Básico Universal a las jefas de hogar y a las mujeres embarazadas menores de 30 años. También propuso reforzar programas de seguridad pública y reformar el sistema de justicia penal para incorporar juicios por jurados.
Los candidatos de la izquierda
En la izquierda, el comunista Daniel Jadue, de 53 años y alcalde por tercera vez de la santiaguina Recoleta, asoma como el precandidato presidencial más fuerte, con una intención de voto de entre el 13 % y el 23 %. Es un arquitecto y sociólogo nieto de migrantes palestinos que en 1993 se incorporó al Partido Comunista, que tiene su peso electoral, ya que sus integrantes ganan elecciones locales, diputaciones, senadurías y múltiples cargos de elección popular.
Sus promesas son las más disruptivas y radicales con respecto a los modelos económicos y sociales, como la posibilidad de que los ciudadanos retiren todos sus ahorros previsionales, lo que transformaría por completo el modelo privado de pensiones.
Jadue también prometió que las políticas públicas se diseñarán con perspectiva de género y propuso un impuesto permanente a las grandes fortunas, además de la creación del Ministerio de Información, que la derecha aupada por los medios concentrados, denunciaron como intento de censura, lo que el candidato rechazó.
El debate de las coincidencias entre Boric y Jadue
El debate televisivo que protagonizaron el martes 22 de junio los candidatos de la primaria presidencial del pacto de izquierda Apruebo Dignidad, Daniel Jadue y Gabriel Boric, tuvo mucho de coincidencias y las pocas diferencias se vistieron más bien de matices.
“Si alguien quería vernos pelear no lo va a lograr. Espero que no lo logren, porque esta es una campaña para escoger el liderazgo que la gente decida que es el que mejor representa un programa de transformaciones profundas; no tiene que ver con un ansia de poder que hemos visto en otros conglomerados”, aseguró Jadue.
“Como izquierda estamos demasiados acostumbrados a dividirnos permanente. Y que hoy podamos tener un espacio de convergencia de fuerzas políticas que hoy quieren transformaciones culturales y que, además, estemos bien aspectados para ganar la presidencial, es algo que tenemos que cuidar y que no se puede destruir tratando de forzar diferencias que no son”, reforzó Boric.
Boric cuestionó en duros términos al presidente Sebastián Piñera porque no escucha a nadie, y por su tozudez, que se ejemplifica en que el Colegio Médico todavía no le puede presentar su plan para combatir la pandemia. “A quienes sean responsable de violación a los derechos humanos, los vamos a perseguir nacional e internacionalmente, con todas las vías de la ley. Así que, señor Piñera, está avisado”, dijo Boric.
Las propuestas en materia de pensiones mostraron sus coincidencias: terminar con el rol actual de las pensiones privadas AFP -en términos de captar y administrar las cotizaciones de los trabajadores- y que los fondos individuales pasen a ser gestionados por un ente público sin fines de lucro.
En materia económica, Jadue aseguró que sus distintas propuestas económicas (reforma tributaria para subir impuestos, royalty sobre las ventas mineras con tasa efectiva del 10%, fin de exenciones tributarias, plan antievasión y antielusión, impuesto permanente al patrimonio de los más ricos, aumento del sueldo mínimo y reducción de la jornada de trabajo, entre otras) no deberían tener impactos negativos ni afectar la inversión.
Quizás el tema que generó mayor distancia fue el de las relaciones internacionales. Jadue dijo que su posición es siempre optar por el multilateralismo, el respeto irrestricto a los derechos humanos y la política de no injerencia en los asuntos internos. Y dijo que son los venezolanos quienes deben definir el futuro de su país, sin que la Organización de Estados Americanos (OEA) o Estados Unidos se inmiscuyan en esa realidad.
Boric, a su turno, tuvo una crítica explícita y meridiana contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y sumó también al de Daniel Ortega en Nicaragua
En los temas educacional y de seguridad pública se marcaron ciertas diferencias. Jadue dijo que no se opone a la provisión privada de educación, pero que los fondos estatales deben tener como prioridad el fortalecer la educación pública. Boric defendió la prohibición de la selección y el lucro en los colegios particulares, al tiempo que abogó porque las escuelas deben ser las primeras en abrirse y las últimas en cerrarse en este tiempo de pandemia.
Tanto Jadue como Boric hablaron de “refundar” para referirse a la modernización de Carabineros. El primero enfatizó que se debe desmilitarizar a la policía uniformada y generar medidas concretas para su subordinación al poder civil. Afirmó que los estallidos sociales se evitan con un país digno y no con una fuerza policial que viole los derechos humanos. Boric planteó que se debe impulsar la relegitimación de la policía y que el foco del control del orden no debe ser la criminalización de la protesta.
* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)