Ernesto Samper: Campanazo de alerta para que el gobierno se ponga a recomponer el Acuerdo de Paz
Uno de los principales dirigentes de lo que fueran la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Iván Márquez, ha informado que retoma las armas y anunció una “nueva etapa de lucha armada”. Márquez difundió un video vestido con uniforme militar donde realizó el anuncio.
Según el comunicado difundido, la paz acordada en La Habana en agosto de 2016, con el entonces presidente Juan Manuel Santos, ha sido traicionada por el actual gobierno del presidente Iván Duque. Para comprender el alcance de lo comunicado por Márquez y las perspectivas respecto de la paz NODAL dialogó con Ernesto Samper, presidente de Colombia entre 1994 y 1998 y secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) entre 2014 y 2017
-¿Existe hoy algún mecanismo que pueda abrir nuevamente una puerta para la paz e incorporar a estos sectores liderados por Iván Márquez de manera conjunta con las FARC como partido que está en el Parlamento y el gobierno?
-Este es un tema que ya lleva varios años. Al interior de las negociaciones de la Habana que duraron cerca de 3 o 4 años siempre se manifestó la presencia de dos sectores con posiciones diferentes. Uno que lideraba Iván Márquez, que era partidario de entregar las armas de manera gradual como se hizo en Irlanda, y el otro que fue el que finalmente triunfó que lideraba el actual presidente del partido de las FARC, Rodrigo Londoño “Timochenko”, que aceptaba que la entrega de armas se hiciera de una sola vez para poder comenzar inmediatamente con el proceso de constitución del partido y la participación en las elecciones para obtener curules en el Congreso.
Sin embargo, esa división se fue profundizando más aún, cuando hubo la decisión del Gobierno a través de una trampa que le tendieron al señor Jesús Santrich de involucrarlo en casos de narcotráfico para no cumplir con lo acordado en La Habana, en el sentido de que los comandantes de las FARC estarían protegidos con una seguridad de no extradición sobre aquellos delitos que hubieran cometido antes de la firma del Acuerdo.
El tema de la extradición de Santrich independientemente de cualquier consideración jurídica o de su responsabilidad, fue mal manejado en términos políticos porque hubo amenazas inclusive del Presidente, de que lo extraditaría de todas formas. Lo capturaron, lo dejaron en libertad, hubo una huelga de hambre, y esto sembró mucho miedo en las personas que tenían la responsabilidad de apoyar a Santrich o que estaban dentro del grupo de Santrich.
Pero, quizás lo que hay detrás de esto, el telón de fondo, es que el cambio de gobierno no ha sido bueno para la sostenibilidad de los Acuerdos de la paz. El gobierno del Presidente Iván Duque que ha estado inspirado por el expresidente Álvaro Uribe, ha incumplido aspectos fundamentales de la paz, como por ejemplo la protección y la garantía de vida de los líderes sociales porque ya han asesinado a más de 400 líderes sociales; la garantía de vida de los desmovilizados de las FARC porque se han asesinado a más de 130 desmovilizados. Además, se han paralizado programas fundamentales como el de la sustitución social de cultivos, que tienen que ver con la asignación de tierras que fueron fundamentales en las negociaciones.
La verdad es que el gobierno ha fallado en el cumplimiento de algunos temas que eran fundamentales en los Acuerdos de la Habana.
-¿De qué manera se podría destrabar esta nueva situación creada para retomar el sendero de la paz?
Esta es la parte propositiva del tema. Pienso que la columna vertebral de los Acuerdos de La Habana, que eran los que permitían que las personas que estaban involucradas en la guerra incluidos los militares, a cambio de la verdad, obtuvieran unas condiciones generosas, incluida su propia libertad, han venido funcionado.
Está funcionando una Comisión de la Verdad, que es la que preside el Padre Francisco de Roux que está encargada de establecer la verdad histórica; está igualmente funcionado el Tribunal para la Paz, al cual se han sometido casi 2000 militares, oficiales y personas de las Fuerzas Armadas. Y, por supuesto, todos los comandantes guerrilleros no quieren volver a la guerra; ya más de 12.000 combatientes tomaron el camino de la reincorporación. Sin duda ésta columna vertebral, este puente de transición, es un puente que está funcionando y eso es una buena noticia.
Lo otro es que el presidente Duque todavía tendría la posibilidad de desmarcarse del Presidente Uribe y convocar a todos los sectores políticos, y las organizaciones sociales y civiles del país para un gran acuerdo que permita la sostenibilidad de los Acuerdos de la Habana, y reactivar las negociaciones con el ELN. Ese es un punto fundamental, porque es lo que le faltaba al proceso con las FARC para que fuera realmente un proceso que abarcara a todos los actores armados, por supuesto aquellos que estaban de manera legítima buscando reivindicaciones políticas.
En síntesis es una noticia grave para el proceso de paz, que de alguna manera se puede interpretar como un campanazo de alerta para que el gobierno se ponga en la tarea de recomponer el Acuerdo de Paz, de cumplir los compromisos fundamentales con las víctimas, con las tierras, con los cocaleros, y por supuesto adelantar o reactivar el proceso de negociación con el Ejército de Liberación Nacional.
*Director de nodal.am