Eventos
-El teatro de Atenas tenía capacidad para 17.000 personas. Había 78 filas de asientos, a los cuales se subía por catorce escaleras. El precio de la entrada era de dos óbolos, pero en tiempos de Pericles, a los pobres se les pagó de los fondos públicos. Los considerables gastos que ocasionaban las representaciones eran financiadas por ricos ciudadanos como “liturgias”.
-El Zar, Pedro el Grande, en su deseo de educar a sus súbditos, apelo a todos los medios. Uno de ellos fue el de las representaciones teatrales. Para estimular a la población de Moscú para que asistiesen al teatro, los eximió del impuesto que tenían que pagar, cada vez que un habitante de la ciudad vieja salía de ella después de determinada hora.
Entre los actores alemanes que Pedro el Grande, hizo trasladar a Rusia para secundar sus proyectos culturales del pueblo ruso, figuraba Johann Kunst, no solo buen actor, sino autor de muchos dramas y comedias y que pronto gozo de gran predilección en Moscú. Para la compañía que actuaba, el Zar le mandó a construir un teatro.
El 1 de abril de 1704, Kunst se permitió una atrevida broma, que le hubo de costar su destino. Anunció la ejecución de una obra “completamente nueva y especial”, que “había tenido un éxito brillante en el extranjero”, y este cartel tuvo por consecuencia que el teatro se llenara, y que, hasta acudiera el Zar en persona. Pero cuando se levanto el telón, no apareció más que una tabla grande con la inscripción: “Hoy es primero de abril”. Una parte del público protesto y otra prorrumpió en carcajadas; mas el Zar montó en cólera, y lo dio a entender de tal manera, que Kunst se apresuro a huir de Rusia.
-El primero en utilizar la luz eléctrica en los escenarios y servirse de panoramas, fue Carlos Antonio Chambón, -1902-1875-, pintor y escenógrafo francés. En 1846 se traslado a Barcelona, España, trabajando para el Gran Teatro del Liceo, donde introdujo el estilo de la escuela romántica francesa.
-El escenario giratorio, creación de Carlos Lautenschlager, se usó por primera vez en Múnich, Alemania, el año 1896, para la representación de operas de Mozart en el Residenztheater
-Teófilo Efraín Lessing, siendo director del Teatro de Hamburgo, hacia 1767, fue quien difundió la palabra “dramaturgo” en la revista Hamburgische dramaturgie. Le dio el significado teorizante sobre arte escénico y director artístico del teatro. Al generalizarse, sirvió para designar al autor de obras dramáticas.
-La primera reunión sobre cuestiones publicitarias, se celebro en Berlín, Alemania, bajo el nombre de Congreso Mundial del Anuncio. La sesión inaugural tuvo lugar el 12 de agosto de 1929.
-Un escritor satírico francés. Max O’Hell, en la última década del siglo XIX, publicó un libro titulado John Bull y su isla, que alcanzó un éxito extraordinario, traduciéndose a todas las lenguas. Una de las cosas de Inglaterra que mayor asombro le causaron al autor fueron los excesos de la propaganda comercial, particularmente los hombres sándwiches, “esos desgraciados abandonados de Dios y de los hombres que, llevando carteles por delante y a la espalda –decía- transitaban por las calles de Londres”.
Estas y otras formas de propaganda le parecían el colmo de la crueldad, del absurdo y de la degradación humana: “Paseaba un día por Fleet Street -cuenta indignado-, cuando, con gran asombro mío, vi pasar un grupo de galeotes, con el pelo rapado, llevando el traje de los convictos. Iban acompañados de un capataz de presidiarios. Es vergonzoso, -dije yo a un amigo que estaba a mi lado- no transportar a esos desgraciados en coche. Iban unidos por una cadena y llevaban en la espalda el número 14. ¡Era el anuncio de un vodevil titulado “Catorce días de prisión,” que alcanzó un gran éxito en el Criterion-Theatre…!
Contados trucos de publicidad, han tenido éxito igual, al empleado en Nueva York, el año 1913 para el anuncio Setember Morn, oleo de Pablo Chabas, pintor francés -que logro renombre con sus desnudos femeninos sobre fondos… hidráulicos: ríos, lagos, y estanques- donde aparece una mujer desnuda bañándose en un lago, al amanecer. Una vez colocado el lienzo en el escaparate de la tienda en que debía exhibirse, el agente de publicidad telefoneó a Antonio Corustock para pedirle que acudiera sin demora a dicha tienda e hiciera retirar de la vitrina aquel cuadro “inmoral”.
Corustock, en su calidad de presidente de la Asociación neoyorquina para la supresión del vicio, le faltó tiempo, para personarse en el lugar. “Pegados” al aparador había media docena de jóvenes, contratados por el astuto agente de publicidad… Los denodados esfuerzos de Corustock a fin de que se prohibiera la exhibición y venta de Setember Morn, dieron tal fama al cuadro, que para la época pasaron de ocho millones de copias vendidas.
-John Wanamaker, hijo de un albañil, entró el año 1861 de socio de un cuñado suyo en el comercio llamado Oak Hall Clothing Bazaar, que era una tienda de paños y prendas de vestir para caballeros, de Filadelfia. Fue el primer publicista que publicó anuncios de una página entera en los periódicos y redactaba él mismo sus textos para las revistas de circulación nacional y para los grandes periódicos de Filadelfia y Nueva York.
-El soberbio San Mateo y el Ángel, de Caravaggio, una de sus obras maestras, acabó en el Museo de Berlín, Alemania, al ser rechazado por los sacerdotes de San Luis de los Franceses de Roma, simplemente porque el Santo, al cruzar las piernas ostentaba demasiado a la vista su grueso pie desnudo. Señala Ángel de Apraiz, en su libro “Como se mira una obra de arte”.
-Roma fue la primera gran ciudad que tuvo una serie de monumentales puentes de piedra arqueados.
-En el siglo XII había sobre el Támesis un solo puente de madera –entonces una de las maravillas del mundo-, que descansaba sobre veinte arcos tan estrechos que formaban presa y cascada u hacían la navegación muy peligrosa. El Puente de Londres, -se decía-, los sabios pasaban por encima y los locos por debajo. Hasta que fue construido el Puente de Westminster, en 1750, continuó siendo el único punto de unión entre las dos orillas del Támesis.
-En la Edad Media, Londres debía ser una ciudad de múltiples puentes y pontones, pues a través de sus callejas, corrían de norte a sur, para desembocar en el Támesis, cuatro o cinco riachuelos, de los cuales los más famosos son el Fleet y el Holborn, que dan hoy nombre a dos de las más típicas vías. Todos estos riachuelos fueron canalizados durante los siglos XVII y XVIII. Sus cursos circulan ahora bajo el asfalto del pavimento. En muchos casos, han dejado empero, su toponimia en la superficie. Así se puede atravesar hoy y sin el menor aspecto fluvial, que, sin embargo, se llama Knightsobridge. Esto es Puente de los Caballeros.
-En el año 1803, recibió Paris, su primer puente de hierro, el Puente de las Artes. Alemania tenía también uno desde 1796, año en que el conde Burghauss había hecho construir por ingenieros ingleses el puente de hierro de Lassan, Silesia, sobre el Striegau.