Condenan a Berlusconi por evasor

La Corte de Apelaciones de Milán confirmó la pena de cuatro años de prisión por el caso Mediaset, que consistió en la compra de derechos televisivos a precios inflados sin pagar los correspondientes impuestos al Estado.

Todo hace pensar que Silvio Berlusconi –ahora con su renacimiento, gracias al nuevo gobierno de Enrico Letta, del que su gente participa– no se lo esperaba. Algunos dicen que cuando supo de la sentencia se encerró enfadado en su oficina, pidiendo que nadie lo molestara. Su abogado, Niccolo Ghedini, dice en cambio, con total naturalidad y sin preocupación, que se la esperaba. Pero en realidad es la primera vez que Berlusconi es condenado en un juicio de apelación y la tercera que recibe un veredicto de condena en los últimos seis meses. La condena por el caso Mediaset se conoció a última hora de ayer y fue como un hachazo para el líder del centroderecha, que está convencido de que existe una persecución contra su persona.

La Corte de Apelaciones de Milán, en efecto, confirmó la condena de primera instancia contra Silvio Berlusconi por el llamado caso Mediaset –compra de derechos televisivos a precios inflados sin pagar los correspondientes impuestos al Estado–, a cuatro años de prisión, aunque en realidad la pena ha sido reducida a un año por efecto de un indulto precedente. Y lo que Berlusconi y los suyos temen aún más es que, de ser confirmada en la tercera instancia de la Justicia italiana, es decir la Corte Suprema, la condena le prohibirá ocupar cargos públicos por cinco años y cargos en sus propias empresas por tres. En otras palabras, Berlusconi no podría ser más diputado como es ahora ni ocupar ningún otro cargo público, el de primer ministro por ejemplo. Aunque sí podrá conservar tal vez, casi como un premio consuelo, el de presidente de su partido, el Pueblo de la Libertad.

“Una sentencia fuera de toda lógica”, comentó su abogado Niccolo Ghedini. En efecto, la Corte de Apelaciones de Milán lo consideró culpable de fraude fiscal –por valor de siete millones de euros– realizado entre 2002 y 2003, gracias a la ayuda del productor estadounidense Frank Agrama, también condenado a tres años de prisión. Berlusconi deberá pagar, si la sentencia se confirma, diez millones de euros al ente que recauda los impuestos en Italia. Fue absuelto en cambio el presidente de Mediaset, Fedele Confaloniere.

La condena provocó la reacción de toda la plana mayor de los berlusconianos, que atacaron a los jueces de Milán como vienen haciendo desde hace años, al considerarlos parciales y declaradamente intencionados a destruir al gran líder. “Estamos frente a un verdadero escándalo judicial. No creo que queden más dudas sobre el hecho de que en Milán no reside la Justicia sino un pelotón de ejecución cuyo objetivo es la eliminación de Silvio Berlusconi como hombre, como empresario y como político. Los italianos saben muy bien dónde está la verdad y no creo que ahora sea suficiente la indignación”, declaró amenazadoramente la senadora del partido de Berlusconi Alessandra Mussolini, nieta, por lo demás, del dictador fascista Benito Mussolini.

En las motivaciones de la sentencia, los jueces de Milán dijeron que Berlusconi era el “señor indiscutido” de todo, dando a entender que él era el verdadero responsable y no podía justificarse diciendo que no sabía nada. El proceso tuvo varias interrupciones en estos años, debido a los llamados “impedimentos políticos” que Il Cavaliere argumentaba para no presentarse en las audiencias, que eran así postergadas. Con este juego, que ha usado en otros juicios, Berlusconi ha logrado postergar los procesos y, en ciertos casos, hacerlos caer en prescripción.

El sistema de los derechos televisivos inflados, por lo que se hacía aparecer un precio mucho más elevado del que en realidad se pagó, tenía un doble fin. Por una parte, la evasión fiscal, y por la otra, crear un fondo negro en un banco extranjero, para los fines que Il Cavaliere decidiera, llámese otras inversiones o corrupción. En qué se usaron esos fondos negros está todavía por verificarse. “Pese a la condena a cuatro años por fraude fiscal, confirmada en el juicio de apelación, a personajes como Berlusconi se confía en Italia la tarea de sanear las cuentas del Estado, que sería como confiar a un ladrón el control de un banco”, comentó por su lado el ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro. Y ante el hecho de que tal vez quede inhabilitado para la función pública, el crítico Beppe Grillo comentó: “Y entonces lo convertirán en senador vitalicio”, dando a entender que, de todas maneras, Berlusconi se las rebuscará para seguir teniendo influencia en el Parlamento italiano.

Algunos de los seguidores de Berlusconi dicen que el proceso de pacificación iniciado con el gobierno de Letta se ha visto interrumpido. Pero otros aseguran que este veredicto no influirá sobre la marcha del gobierno, porque ellos se sienten responsables del futuro del país. El domingo, de todas maneras, Berlusconi volverá a la televisión –a su televisión– para hablar del llamado proceso Ruby, en el que está acusado de abuso de poder y de prostitución de menores, ya que para mediados de mes se espera la sentencia de primera instancia y él no quiere que sus electores tengan sólo la versión de la Justicia.

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