Fracasa golpe en Ecuador: Bajo presión nada, dice Correa

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surysur, La Jornada. agencias
"Jamás cedimos, jamás aceptamos negociar nada, bajo presión nada, con el diálogo todo", afirmó la noche del jueves el presidente ecuatoriano Rafael Correa al relatar ante miles de ciudadanos los momentos más críticos del secuestro al que fue sometido hoy por un grupo de oficiales que le "exigió revocar" la Ley Orgánica del Servicio Público, aprobada este miércoles por la Asamblea Nacional.

Minutos antes, cuando eran las nueve de la noche en Quito (igual horario que en la ciudad de México), varios comandos militares terrestres se abrieron paso al hospital de la policía nacional con disparos de fusiles para rescatar al mandatario y llevarlo en un automóvil rodeado de vehículos militares hasta la sede del Poder Ejecutivo, el Palacio de Carondelet, donde fue recibido entre vítores y cantos patrióticos por militantes de Alianza País, el partido que lo llevó al poder en 2006 y que respalda la "revolución ciudadana".

"Gran culpa de todo esto la tienen los conspiradores de siempre, los que no lograron ganar en las urnas", dijo Correa vestido con el mismo traje que vistió en la mañana cuando se presentó ante los policías del Regimiento Quito número 1 a tratar de convencerlos de que desistieran de su sublevación en rechazo a la nueva legislación, que forma parte de una serie de reformas legales en las que se ha sumergido Ecuador desde que en 2008 fue aprobada la nueva Constitución.

En respuesta, los policías agredieron al mandatario, lo insultaron y lanzaron gases lacrimógenos e intentaron quitarle la máscara antigas que llevaba y casi lo asfixian, por lo cual fue llevado al hospital contiguo.

Desde la sede presidencial, hacia la una de la tarde, un contingente se dirigió hacia el hospital encabezado por miembros del gabinete y otros funcionarios para demandar la liberación de Correa, pero después de una hora de marcha, los uniformados –muchos de ellos miembros de escuadrones de motociclistas– recibieron a la gente con gases lacrimógenos, piedras y golpes. Estos enfretamientos se repitieron a lo largo de la jornada.

A esa hora, los pronunciamientos políticos de legisladores y magistrados eran en favor de la defensa de las instituciones que Ecuador trata de reconstruir después de una década caracterizada por la inestabilidad y los cambios presidenciales. La oposición guardó silencio la mayor parte del día hasta que desde Brasilia, Gutiérrez habló a los medios para rechazar su involucramiento, al tiempo que sugirió la disolución del Congreso y la anticipación de comicios presidenciales.

El alzamiento de los uniformados se extendió en varias ciudades. Riobamba, Latacunga, Guaranda, Ambato, Cuenca, Loja, Santo Domingo, Ibarra, Machala y Manta.

Aunque se habló en general de que militares participaron en el intento de asonada, el único cuerpo claramente identificado fue el de la fuerza aérea, que ocupó el aeropuerto internacional de Quito para obligar a la cancelación de operaciones, las cuales fueron reabiertas al anochecer, según la autoridad local de aeronáutica civil.

El mando militar y policial manifestó su pleno respaldo al presidente Correa, pero el jefe del Comando Conjunto de las fuerzas armadas, general Ernesto González, declaró que "no estamos condicionando, estamos solicitando que la mencionada ley (que elimina bonificaciones a los uniformados) sea revisada y si es el caso en las instancias correspondiente, sea derogada".

Uno de los más evidentes pulsos entre Correa y los medios se ha dado con Teleamazonas, de Fidel Egas, presidente del Banco Pichincha, que junto con otras empresas mediáticas trató de impedir la convocatoria del gobernante, del partido Alianza País, a una Asamblea Constituyente en la que el mandatario llevaría al papel los proyectos de la llamada "revolución ciudadana".

Dos años después de haber vencido en las urnas al magnate bananero Álvaro Noboa, la nueva Carta Magna estableció en el artículo 312 que las entidades o grupos financieros no pueden poseer participaciones permanentes, totales o parciales, en empresas ajenas a la actividad bancaria y fiduciaria, lo que incluyó a los medios de comunicación.

Por tanto, las autoridades pusieron el 20 de octubre como plazo para que los banqueros (y sus familiares hasta en cuarto grado de consanguineidad y segundo de afinidad) vendieran la mayoría de sus acciones en las empresas mediáticas.

El partido en el gobierno, mayoría en el Legislativo, ha impulsado la redacción de una ley que garantiza la repartición equitativa y plurinacional de las frecuencias de radio y televisión, prohíbe los "testaferros" y crea la defensoría del público. La legislación está en debate parlamentario.

Correa –economista educado en la Universidad de Illinois y ex funcionario del Banco Mundial– promovió y consiguió la aprobación de un paquete de reformas que redujo los costos de las operaciones bancarias y de los créditos.

En la crisis política de este jueves los medios audiovisuales se convirtieron en blanco de los policías insubordinados, pero antes de que los agentes pudieran tomar control, el gobierno nacional, tras decretar el estado de excepción, impuso una cadena nacional de radio y televisión. Los uniformados trataron en varias ocasiones y lugares de cortar la señal y la energía de las emisoras, pero al final, la difusión de los hechos no fue interrumpida y Correa –octavo presidente de Ecuador desde 1997 y el único de cuatro que logró librar un golpe de Estado– pudo hacer declaraciones en al menos dos ocasiones. Sus antecesores, Abdalá Bucaram, en 1997; Jamil Mahuad, en 2000, y Lucio Gutiérrez, en 2005, no pudieron superar las protestas populares.
 

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