Gobernar la Inteligencia Artificial, una ética ausente en las normas laborales

La IA y el trabajo

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Un nuevo estudio de Daniel Samaan, Economista sénior de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revisa 245 marcos éticos sobre IA a nivel mundial y examina cómo abordan cuestiones relacionadas con el trabajo y los derechos laborales, explorando en qué medida los enfoques  actuales vinculan la gobernanza de la IA con el trabajo decente y los principios y derechos fundamentales.

La inteligencia artificial (IA) está cada vez más integrada en nuestra vida profesional y social, con herramientas de IA generativa, grandes modelos de lenguaje (LLM) y sistemas de toma de decisiones algorítmicos que transforman las organizaciones, las tareas de las personas trabajadoras y los procesos de decisión. Sin embargo, a medida que avanza la tecnología, los marcos de gobernanza integrales diseñados para garantizar un uso ético y socialmente responsable de la IA siguen fragmentados.Los 4 roles esenciales para gobernar la adopción de la inteligencia ...

La gobernanza de la IA tiende a apoyarse en mecanismos de “soft law”, como directrices voluntarias, estrategias nacionales o iniciativas internacionales. Las empresas, los gobiernos y los colegios profesionales han adoptado sus propios principios y códigos de conducta, mientras que las organizaciones sin fines de lucro han emitido declaraciones bajo las banderas de la “IA ética” y la “IA responsable”.

Según el experto de la OIT, esto plantea preguntas cruciales sobre cómo conciliar la innovación y adopción de la IA con el trabajo decente, la equidad y los derechos fundamentales, y si los marcos éticos globales existentes ofrecen salvaguardias adecuadas para las personas trabajadoras y las empresas.

Una nueva revisión global de las directrices éticas sobre IA

El interés por la IA ética —entendida como un conjunto de principios normativos que orientan su desarrollo, implementación y gobernanza— ha crecido significativamente. Elaborar directrices éticas sobre IA es un esfuerzo multidisciplinario que reúne perspectivas de la economía, el derecho, la ética, la informática y otras áreas. No obstante, la participación de múltiples actores —cada uno con normas, valores y expectativas diferentes sobre la IA y sus implicaciones éticas— añade complejidad.

Estas perspectivas diversas mInteligencia artificial ética: Principios y uso de IAoldean, y a veces entran en tensión con, los esfuerzos por establecer una comprensión compartida de la IA ética, especialmente en el contexto del trabajo y de las organizaciones.

Un estudio reciente ofrece uno de los análisis más exhaustivos hasta la fecha de los marcos éticos sobre IA. Mediante procesamiento del lenguaje natural (PLN) y LLM, los autores examinaron sistemáticamente 245 documentos de ética de la IA publicados en todo el mundo por organismos gubernamentales, actores del sector privado, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil.

El estudio explora en qué medida las directrices éticas sobre IA abordan cuestiones pertinentes para el mundo del trabajo —incluidas las normas internacionales del trabajo, en particular los principios y derechos fundamentales en el trabajo (PRFET). Sus resultados ponen de relieve tanto cierto grado de convergencia en torno a principios éticos como vacíos notables a la horade vincular la ética de la IA con la regulación laboral y del empleo.

Evolución de las directrices éticas sobre IA

El análisis muestra un fuerte aumento en el número de documentos de ética de la IA emitidos desde 2017. El repunte coincide con la aceleración del aprendizaje profundo y los primeros grandes debates públicos sobre sesgo algorítmico, privacidad y transparencia. La mayoría de las directrices se originan en economías avanzadas, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, con un número creciente procedente de organizaciones internacionales y organismos regionales.

UNESCO: Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificialAproximadamente el 40 por ciento de las directrices han sido emitidas por actores del sector privado, lo que subraya el papel central que desempeñan hoy las empresas en la configuración del panorama ético global de la
IA. El periodo inicial entre 2017 y 2019 marca la “fase fundacional” de la ética de la IA. Durante ese tiempo, numerosas empresas tecnológicas, grupos académicos y gobiernos publicaron sus primeras cartas éticas.

Desde entonces, el ritmo se ha desacelerado ligeramente, pero el alcance geográfico se ha ampliado, con contribuciones crecientes de Asia, América Latina y África. Los datos indican una transición de las declaraciones abstractas de intenciones hacia orientaciones más operativas, aunque el grado de exigibilidad sigue siendo limitado.

 

Temas y principios dominantes

Mediante modelización de temas y agrupación textual, el mismo estudio identifica siete grandes conjuntos temáticos en el corpus de documentos: Ética de los sistemas autónomos, Política de IA, Protección de datos y privacidad de datos como derechos humanos, IA en el sector financiero, IA responsable, Ética de la IA en la atención sanitaria y Gobernanza de la inteligencia artificial.

Llama la atención que el mundo del trabajo no aparezca como un conjunto temático diferenciado, lo que sugiere que las preocupaciones laborales aún no ocupan un lugar central en el discurso ético global sobre la IA.

En el conjunto de documentos, cinco principios éticos se repiten con mayor frecuencia: beneficencia, no maleficencia, justicia, autonomía y explicabilidad . La no maleficencia, la evitación del daño y el perjuicio, aparece en aproximadamente el 80 por ciento de las directrices, seguida de la beneficencia —la promoción del bienestar— y la explicabilidad.

La justicia, vinculada a la equidad y la no discriminación, se menciona en alrededor del 60 por ciento de los documentos, mientras que la autonomía, el principio más estrechamente asociado a la agencia humana, aparece en aproximadamente un tercio. Estos patrones reflejan la arquitectura ética esbozada por primera vez por Floridi y Cowls (2019), lo que muestra una amplia alineación internacional en torno a referentes morales compartidos.

El mundo del trabajo y el vínculo ausente con las normas laborales

El análisis revela que, si bien muchas directrices éticas sobre IA abordan asuntos directamente relevantes para el mundo del trabajo, pocas hacen referencia explícita a la Organización Internacional del Trabajo o a sus instrumentos normativos.

El futuro del trabajo: ¿será la inteligencia artificial la nueva fuerza ...Las referencias al empleo, el trabajo o los contextos laborales aparecen relativamente con frecuencia en el corpus, lo que indica que las implicaciones de la IA para el trabajo son ampliamente reconocidas. Sin embargo, son raras las
menciones explícitas a la OIT, a las normas internacionales del trabajo, incluidos los principios y derechos fundamentales en el trabajo (PRFET). En la mayoría de los casos, la conexión permanece implícita, reflejada en el tratamiento de principios éticos más amplios como la justicia, la equidad o la dignidad humana, más que en una alineación normativa directa con las normas laborales.

El marco normativo de la OIT —arraigado en la Declaración de Filadelfia y en los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo— ofrece una base ética y jurídica bien establecida para comprender los derechos en el lugar de trabajo. Sin embargo, estos principios están en gran medida ausentes de los marcos éticos sobre IA.

Esta brecha deja cuestiones como la gestión algorítmica, la vigilancia de las personas trabajadoras, la contratación o el desplazamiento derivado de la automatización sin un anclaje ético claro. Cerrarla requeriría esfuerzos deliberados para integrar los derechos laborales en el debate ético global sobre la IA. La gobernanza ética no puede separarse delas cuestiones de justicia y diálogo social en el trabajo.

Vincular la ética de la IA con las NIT podría proporcionar una referencia normativa concreta para las políticas nacionales y los mecanismos de rendición de cuentas empresariales.

El desarrollo de la IA entre luces y sombras

El desarrollo de la IA interpela a gobiernos y dirigentes; luces y sombras de alerta surgen a lo largo y ancho del Planeta por la creciente desigualdad social. En realidad, la implantación de sistemas de IA que sustituya a los seres humanos en diversas tareas reducirá como es lógico, la demanda de la mano de obra para esas tareas. Pero este auge de la era de las maquinas interpela, y nos condiciona.Unesco y UNAM presentan “Recomendación sobre Ética de la Inteligencia ...

Si fuéramos capaces de crear una inteligencia artificial equiparable a la humana, se desencadenaría un cambio radical para la humanidad. Al otro lado de este punto de inflexión, conocido como singularidad, nos esperaría un futuro dominado por maquinas ultra inteligentes. Cabría preguntarnos ¿cuál es la evidencia de esta hipótesis? ¿Cuál sería nuestro rol como especie en esta nueva era?

En la “Era de la IA”, la clase social que controle la propiedad y uso de esta tecnología determinará si su utilización puede constituir una bendición para la Humanidad o que, por el contrario, sus beneficios queden limitados tan solo al disfrute de unos pocos.

Carlos Marx, testigo directo de la Revolución Industrial en el siglo XIX, describió con gran detalle cómo, con ese proceso, las máquinas comenzaron a realizar el trabajo de los hombres, creando un nuevo sistema productivo en el que los trabajadores fueron sustituidos o convertidos en partes de un sistema automatizado. Marx insistió reiteradamente en el argumento de que quien controla los medios de producción, – entre los que se incluye la tecnología-, determina igualmente cómo esta se utiliza y quiénes se beneficia de ella.

Aplicaciones de Inteligencia Artificial en ProducciónEn realidad, la generalización del uso de la IA dentro de los marcos del sistema productivo capitalista tiene en esencia dos objetivos principales e inocultables multiplicar los beneficios y ampliar el control sobre los procesos productivos.

Podemos pensar que el debate global sobre la ética de la IA refleja una creciente conciencia de que la innovación tecnológica debe guiarse por valores humanos compartidos. No obstante, la convergencia ética en torno a ciertos principios es solo un primer paso. Sin un vínculo con marcos jurídicos e institucionales consolidados —incluidas las normas internacionales del trabajo—, estos principios corren el riesgo de ser demasiado abstractos para incidir en resultados concretos.

A medida que la IA continúa transformando la organización del trabajo, la necesidad de coherencia entre ética, gobernanza y derechos probablemente se intensificará en los próximos años. Las iniciativas futuras podrían centrarse en desarrollar herramientas prácticas para evaluar sistemas de IA en entornos laborales, incorporar las normas laborales en los esquemas de clasificación de riesgos de la IA y apoyar el fortalecimiento de capacidades de los interlocutores sociales.

Debate en la OIT: IA y el mundo del trabajo

Sin dudas que este estudio del especialista de la OIT D. Samaan proporcionan una base empírica importante para este empeño, ofreciendo evidencia de que, si bien el vocabulario ético de la IA se está ampliando, su conexión con el mundo del trabajo sigue siendo débil, cuando no ausente. Los marcos éticos son valiosos como orientación, pero sin mecanismos institucionales de implementación, seguimiento y cumplimiento, corren el riesgo de quedarse en aspiraciones.

La OIT y sus mandantes —gobiernos y organizaciones de empleadores y de trabajadores— pueden desempeñar un papel decisivo para salvar esta brecha promoviendo enfoques basados en derechos para la gobernanza de la IA.
El capitalismo y su ideología legitimadora, el liberalismo, han impregnado todo tipo de relaciones humanas subordinando todo hacer social y todo pensamiento a la racionalidad económica. De esta forma la economía se ha convertido en el emblema del mundo moderno y no hay nada, ni pensamiento, ni sentimiento que no quede sometido al cálculo económico, a la rentabilidad que se convierte en nutriente de la acumulación.

*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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