Las llaman los “4×4 del salón”: se trata de los televisores gigantes de plasma, cuya pantalla plana de al menos 50 pulgadas ocupa toda, o casi toda una pared.
Ahora estas mega-teles están en el punto de mira de los ecologistas: consumen demasiada energía, cuatro veces más que un televisor tradicional y más del doble de uno de las mismas dimensiones de cristal líquido.
Por ello, el gobierno laborista de Gordon Brown ha decidido prohibirlos como medida contra el cambio climático, según adelantaron ayer fuentes oficiales al periódico The Independent.
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