Hersh destapa la olla: ¿Escuadrones de la muerte en la Casa Blanca?
Seymour Hersh el periodista que destapó la masacre de My Lai en Vietnam y los secretos de la guerra sucia de Henry Kissinger, denunció la existencia de un anillo ejecutivo de asesinatos que pasabe por encima de la CIA y respondía exclusivamente ante el ex vicepresidente Dick Cheney.
Seymour Hersh declaró ante una multitud en el estado de Minnesota que un comando de operaciones especiales conjuntas, supervisado desde la oficina del vicepresidente Dick Cheney, era utilizado como un virtual escuadrón de la muerte ejecutivo.
El informativo Pacífica, que realiza el colectivo de periodismo alternativo "Pueblos sin Fronteras" bajo la dirección de Fernando Velázquez, reportó este martes que el congresista demócrata Dennis Kucinich ha enviado una carta al líder del Comité de Reforma Gubernamental y supervisión de la Casa de Representantes, pidiendo una inmediata investigación sobre los comentarios hechos hace unos días por el periodista investigador Seymour Hersh.
Bajo la autoridad del presidente Bush, dijo Hersh, este grupo viajaba a otros países, y, sin comunicarse con el embajador o con el jefe de estación de la CIA en la Embajada, localizaba a las personas cuyos nombres llevaban en una lista, los ejecutaban y luego abandonaban el lugar. Eso ha estado ocurriendo en el nombre de todos nosotros, acotó el periodista.
El informativo Pacífica entrevistó a Wayne Madson, editor del Wayne Madson report: "Lo que relata Hersh ahora no es nada nuevo, yo he estado hablando del tema desde el 2004 y 2005". Madson subraya que Hersh está hablando particularmente de un escuadrón que operaba en Afganistán, pero años atrás, él reportó sobre un grupo que operaba en el Líbano, el cual fue responsable de los asesinatos de varios políticos, incluyendo un líder cristiano y el primer ministro Rafik Hariri. Estos escuadrones se movían desde la Casa Blanca, en los Estados Unidos, hasta Israel, donde visitaban la oficina del Primer Ministro, Ariel Sharon. En Washington el equipo encubierto tenía entre sus miembros al vicepresidente Dick Cheney, Karl Rove, el asesor del presidente Bush, y Elliot Abrams, de la sección de Medio Oriente en el Consejo de Seguridad Nacional.
Pacífica entrevistó a la vocera de la Asociación de Veteranos Americanos de la Guerra del Golfo, quien afirmó que no sabe con certeza cuán involucrada estaba la administració n Bush con el mencionado grupo, pero por largo tiempo se hablaba de la existencia de un escuadrón de la muerte. Ralies señala que la idea de que Estados Unidos pueda hacer cualquier cosa, y a cualquier hora ir a cualquier lugar a asesinar a cualquier persona, es algo que preocupa a mucha gente. Concluye diciendo que la petición del congresista Dennis Kucinich es acertada, y más personas deberían apoyarla, pues ya es tiempo de que se resuelva la cuestión de asesinatos perpetrados por su gobierno.
Los secuestros, tortura, encarcelamiento y muerte de disidentes políticos bajo la tristemente célebre Operación Cóndor en América Latina y las decenas de miles de vietnamitas que sufrieron la misma suerte bajo el Programa Fénix de la Central de Inteligencia norteamericana están de trasfondo a los crímenes reportados ahora por Seymour Hersh.
Wayne Madsen señala que lo que ocurre ahora no es nada nuevo, pero hay algunos que piensan que este escuadrón pudo haber sido utilizado en operaciones domésticas. Dice que hay que recordar que poco antes de que el avión del senador Paul Wellstone se estrellara en Minnesota en 2002, quitando la vida a su esposa, su hija y al resto de la tripulación, Dick Cheney había dicho que ellos iban a eliminar al senador. Madsen dice que no se sabe qué quiso decir con eso el vicepresidente, pero el hecho de que el periodista.
Seymour Hersh hiciera los comentarios sobre un escuadrón de la muerte durante su visita a Minnesotta, invita a la reflexión. Madsen subraya que no hay duda de que Hersh sabe de lo que está hablando, pues fue él quien reveló las atrocidades de Estados Unidos en Indochina, incluyendo la masacre de My Lai y el Proyecto Fénix.
Matthew Rothschild es editor de la revista "The Progressive". Dice que "lo increíble de Dick Cheney es su desdén por el proceso democrático, y su vehemente deseo de envolverse y envolver a otros en las prácticas más terribles contra la dignidad humana y contra la Convención de Ginebra. Para él, todo se vale en su guerra contra el terrorismo. Este hombre es un bruto, un criminal fuera de la ley, y él y Bush deberían haber sido enjuiciados y destituidos de sus cargos. Ahora es tarde para ello, pero todavía es tiempo de enjuiciarlos por sus crímenes".
Rothschild admite que la reciente orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional contra el presidente de Sudán, fue un acto de hipocresía, ya que se hace la vista gorda ante los crímenes de Bush y Cheney. Insiste en que eso tiene una explicación lógica. Dice que hay evidencia para enjuiciarlos, pero no la voluntad política, porque todo el mundo sabe que Estados Unidos es el vaquero más agresivo del oeste. Pienso que si el gobierno de un país tratara de arrestar al presidente de los Estados Unidos por crímenes cometidos, podría enfrentar como respuesta el congelamiento de relaciones comerciales y diplomáticas, o hasta una ofensiva militar.
Traducimos a continuación, la crónica que Erick Black escribió en el Minnesota Post sobre el conversatorio en el que se destapó el escándalo:
En un conversatorio organizado por la Universidad de Minnesota el pasado lunes, 9 de marzo, el legendario periodista de investigación Seymour Hersh levantó un escándalo cuando habló de nuevos casos de espionaje doméstico a cargo de la CIA, así como una operación militar encubierta en marcha, que denominó "un anillo ejecutivo de asesinatos". Hersh habló con gran convicción sobre estos descubrimientos de su investigación actual, que todavía no ha escrito.
Posteriormente, Hersh afirmó que sus afirmaciones fueron una respuesta honesta a una pregunta del moderador del evento, el politólogo Larry Jacobs, y "no algo sobre lo que quisiera recrearme en público".
Mondale dio la respuesta optimista: "El sistema se abre paso una y otra vez", dijo. Los presidentes siempre piensan que se saldrán con la suya, pero eventualmente reporteros como Hersh sacan las cosas a la luz, la opinión pública "comienza a olfatear el asunto", los tribunales y el Congreso se involucran. Los presidentes "siempre, a la larga, descubren que el sistema es más fuerte que ellos".
Hersh se mostró más preocupado por las repeticiones del patrón. "Lo hermoso de nuestro sistema" es que eventualmente nos hacemos con nuevos líderes. "Los diabólicos para algunos Cheney y Bush, se fueron", dijo Hersh. Pero también dijo que "es realmente asombroso que nos las arreglemos para conseguir un liderazgo tan malo, de una forma tan consistente".
Y añadió que tanto la prensa como la opinión pública bajaron la guardia con las secuelas del 11 de septiembre. "Los principales diarios se unieron al equipo de Bush", dijo Hersh. Los más altos editores pasaron el mensaje a los reporteros de investigación de que no hurgaran en lo que Bush estaba haciendo. Las violaciones a la Carta de Derechos ocurrieron a plena vista de la opinión pública. Y no solamente fue tolerado, sino que Bush fue reelegido.
Incluso Mondale admitió que uno de sus mayores éxitos, las leyes que reformaron la CIA y el FBI como secuela del Comité de la Iglesia, se suponía que debía arreglar el problema para que "nunca más tuviéramos estos problemas otra vez en la vida, pero por supuesto los tuvimos".
*Publicado en www.rebelión.org