Huelga general y multitudinarias manifestaciones contra Netanyahu
Cientos de miles de personas tomaron las calles de las principales ciudades de Israel para exigir al primer ministro, Benjamín Netanyahu, un acuerdo para la liberación de los rehenes que retienen las milicias palestinas de Hamás en la Franja de Gaza, protesta avivada por el hallazgo de los cadáveres de seis secuestrados en el sur del enclave.
La principal central sindical de Israel, Histadrut, convocó a una huelga general y los servicios municipales de varios distritos israelíes se vieron interrumpidos este lunes. La medida desató también masivas protestas en las calles que se iniciaron en la noche del domingo y continúan este lunes en diversas ciudades, aunque fue ignorada en algunas zonas, entre ellas Jerusalén.
En el país estallaron grandes protestas después de que el ejército israelí recuperara los cadáveres de seis rehenes muertos en Gaza este fin de semana. Los manifestantes afirman que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no ha hecho lo suficiente para proteger a los rehenes, lo que se suma a la creciente presión sobre el mandatario para que garantice un acuerdo de alto el fuego con Hamás.
La huelga
El objetivo de la huelga, la primera desde el comienzo de la guerra, es cerrar o interrumpir los principales sectores de la economía, como la banca, la sanidad y el principal aeropuerto del país. Las compañías aéreas del principal aeropuerto internacional de Israel, el Ben-Gurion, interrumpieron los vuelos de salida entre las 8.00 y las 10.00 horas.
Según la Autoridad Aeroportuaria de Israel, algunos municipios, entre ellos Jerusalén, no participaron en la huelga, algo que pone de manifiesto las profundas divisiones que se han abierto en Israel en torno al enfoque de Netanyahu para garantizar un acuerdo de alto el fuego.
A pesar de las presiones de su propio ministro de Defensa, así como de altos generales y oficiales de inteligencia, Netanyahu ha insistido en mantener tropas israelíes en puntos clave de la Franja de Gaza tras un eventual alto el fuego.
Hamás rechaza cualquier presencia israelí y, a pesar de los esfuerzos de los diplomáticos egipcios y qataríes y de las repetidas visitas a la región de altos cargos estadounidenses instando a llegar a un acuerdo, no ha habido señales de avance en las conversaciones para detener los combates y traer a los rehenes a casa.
De los 251 rehenes secuestrados durante el ataque del 7 de octubre, sólo ocho han sido rescatados con vida por las fuerzas israelíes, pero decenas fueron liberados durante una tregua de una semana en noviembre, la única hasta ahora. Desde entonces, los esfuerzos de mediación liderados por Estados Unidos, Qatar y Egipto se han estancado en repetidas ocasiones, en especial por la intransigencia de Netanyahu.
Se esperaba que tres de los rehenes muertos en Gaza -incluído el estadounidense de origen israelí Hersh Goldberg Polin- fueran liberados en un acuerdo de alto el fuego, según funcionarios estadounidenses e israelíes. Y, la noticia del hallazgo de los cadáveres de seis de los jóvenes secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre ha provocado en Israel una ola de indignación no vista en meses.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, pidió este lunes perdón a la familia del rehén estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin por «haber fracasado» en traerlo a casa con vida. En un panegírico pronunciado en su funeral, Herzog dijo en hebreo: «Pido perdón en nombre de Israel… por no haberte devuelto a casa en paz. Siento que el Estado al que emigraste cuando tenías 7 años… no consiguiera mantenerte a salvo».
Los rehenes y la indignación popular
Desde el fin de semana decenas de miles de personas han salido a las calles para protestar contra Netanyahu, a quien responsabilizan de las muertes por su negativa a lograr un acuerdo con la organización palestina que permita el regreso de los 97 plagiados que todavía permanecen en la Franja de Gaza. “¨¡Vivos, vivos, los queremos de vuelta vivos!», es la consigna coreadas por los manifestantes.
Las autoridades israelíes aseguran que los plagiados fueron ajusticiados por sus captores, entre 48 y 72 horas antes de que el ejército encontrara sus cuerpos en un túnel en Rafah, al sur de la Franja. Las explicaciones oficiales no han servido para aplacar el malestar ciudadano.
“Estamos recibiendo bolsas con cadáveres en lugar de un pacto (para liberar a los rehenes que todavía están vivos)”, criticó el sindicalista Arnon Bar-David, quien afirmó que el regreso de los plagiados “es lo más importante ahora”. «Destruir a Hamás es un objetivo importante, pero nunca se podrá alcanzar mientras los rehenes sigan allí”, afirmó a la prensa local Gil Dickmann, primo de la asesinada Carmel Gat.
Desde hace meses, Israel y Hamás han mantenido negociaciones para conseguir un alto al fuego y la vuelta de los capturados, con el auspicio de Egipto, de Qatar y de Estados Unidos, pero no han rendido frutos y ambas partes responsabilizan a la otra de eso. Una de las razones para que este fracaso son las pretensiones israelíes de mantener el control militar sobre el Corredor Filadelfia, en la frontera entre Gaza y Egipto, una vez que acabe la guerra.
*Analista francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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