I – EL GABINETE BACHELET: MINI TERREMOTO POLÍTICO

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Cada ministro recibió una carpeta para estudiar sus tareas durante las vacaciones del tórrido febrero y prepararse para los primeros 100 días del próximo gobierno que debe arrancar el 11 de marzo (ver la nómina del gabinete al final).

La primera pregunta es: ¿quién es quien en el gabinete?

Repercusiones

Los gremios empresariales mostraron satisfacción por el gabinete, el partido del derrotado Sebastián Piñera (Renovación Nacional) lamentó la presencia de la “mochila de los partidos”, en tanto la Unión Demócrata Independiente, la cara más dura de la derecha pinochetista, dijo que se pronunciará cuando los ministros comiencen a actuar.

El “mercado” también aprobó el gabinete. Según el diario La Segunda –de la cadena El Mercurio–, el alza en la Bolsa de Valores de Santiago refleja confianza en el gabinete económico. Vladimir Werning, jefe para Latinoamérica de JP Morgan, dijo en Nueva York que el nuevo ministro de Hacienda Andrés Velasco “va a darle continuidad a las políticas de (Nicolás) Eyzaguirre, sobre todo en la regla del superávit estructural y en su calidad de independiente ofrece una señal de debate objetivo y constructivo en los temas que generan intereses contrapuestos”.

“El modelo ha funcionado muy bien, permitiendo crecimientos sostenidos y bajas en la pobreza: es un modelo que concita el gran apoyo de la ciudadanía y por eso la Concertación ha sido reelecta”, dijo el futuro ministro de Hacienda Velasco y añadió: “El compromiso es profundizar esas políticas”.

“Tengo fe en que la Concertación tendrá la inteligencia que ha tenido hasta ahora”, indicó desde su yate en Achao, Chiloé, Nicolás Ibáñez, propietario de D&S, controladora de la gran cadena de supermercados Líder.

Las reprobaciones provinieron de partidos y políticos resentidos por no recibir lo deseado. Las primeras manifestaciones públicas del futuro equipo de gobierno reafirmaron que habrá una reforma al sistema previsional privado de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), “cambios revolucionarios” en el sistema educativo, una mejor distribución del ingreso, mejoramiento del sistema público de salud y regionalización del gasto en cultura, entre otros temas clave. Más gasto público social para mejorar la calidad de vida del pueblo, con cargo a los ingresos del cobre y, por tanto, sin aumentos de impuestos.

La clase empresarial parece resignada al cambio anunciado en los sistemas privados de AFP y salud –Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE)– que garantizan un ahorro forzado –cercano al 20%– que aportan los trabajadores al sistema financiero chileno. La rentabilidad de esta masa monetaria, estimada en US$ 70.000 millones –con un 30% invertido en el exterior– , genera grandes ganancias para las inversiones AFP que no inciden en mejores jubilaciones ni servicios justos para los ahorrantes forzados. Las ganancias tampoco incrementan directamente los ahorros de los afiliados capturados por este sistema único y obligatorio establecido por Augusto Pinochet en 1980.

Los lesionados

Concluyeron dos semanas de espera en que el mundo político mantuvo encendidos sus celulares día y noche. “Me habría gustado estar en el gabinete”, declaró Víctor Barrueto, presidente del PPD, diputado que no postuló a la reelección esperanzado en un ministerio. El ex ministro de Educación Sergio Bitar, quien se desempeñó como gerente de la campaña electoral, fue otro “ministeriable” creído seguro.

El senador PDC saliente Rafael Moreno era el ministro del Interior que hubiera querido el timonel del partido Adolfo Zaldívar, pero tampoco cumplió sus anhelos. Bachelet desestimó, además, a los PS Mario Marcel, dado por seguro en Hacienda; Ricardo Solari, que renunció al ministerio del Trabajo para dirigir su comando de campaña en la primera vuelta; y Luis Maira, quien dejó por unos días la embajada en Argentina para estar cerca de un llamado que nunca se produjo.

El PPD tendrá cinco ministros, pero casi ninguno es militante formal y ocuparán carteras de bajo perfil político, excepto la vocería gubernamental y Defensa. Ni el partido de Bachelet quedó contento por no obtener ministerios de primer nivel y, secundariamente, porque el titular de la cartera de Trabajo respondería más a la corriente de Camilo Escalona que al timonel partidario Ricardo Núñez en la “interna socialista”. El PS tiene en total cuatro carteras, la más relevante la Secretaría General de la Presidencia, cuya labor esencial consiste en coordinar tareas legislativas con el Congreso.

“El gabinete cojea en los equilibrios, que no están bien representados”, dijo José Antonio Gómez, senador, ex ministro de Justicia y timonel del PRSD, un partido que tiene un ministro (Justicia), siete diputados y tres senadores. “Con lo que no estoy de acuerdo es que los partidos no estén en el debate político porque éste no es un gobierno de extraterrestres, sino de coalición política en el cual los partidos son esenciales”.

En el PDC hay un cuadro parecido: con siete ministros, controlan las dos carteras más importantes (Interior y RREE), además de otras significativas, pero sólo dos secretarios de Estado (Sernam y Educación) son leales seguidores de la corriente del jefe del partido, Adolfo Zaldívar, que no apoyó a su hermano convertido ahora en jefe del gabinete. La mayoría de los ministros del PDC se inscribe en la corriente disidente que lideran Soledad Alvear y su cónyuge, Gutenberg Martínez, jefe máximo de la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA), quienes aspiran al control de la tienda.

¿Quién es el “Chico” Zaldívar?

La designación más polémica, y también la más anticipada, fue la del titular de la cartera más relevante del área política, el ministerio del Interior, adjudicado al senador saliente del PDC Andrés Zaldívar Larraín, 70 años. Llamado El Chico por sus amigos o El Enano por sus críticos y detractores, el futuro jefe del gabinete Bachelet contrarió a su hermano Adolfo –jefe del PDC– que hubiera preferido en el cargo a Rafael Moreno, de impronta más conservadora y confrontacional.

Moreno no fue postulado a la reelección senatorial, precisamente para dejarlo “libre” para un ministerio, en tanto Zaldívar simplemente perdió la contienda, pero después de su derrota se entregó por completo a la campaña de Bachelet en segunda vuelta, reparando eventuales trizaduras entre la abanderada y el PDC, el partido más fuerte de la coalición, cuyos líderes no ocultan su resentimiento ante un segundo gobierno PS. Con el período de cuatro años de Bachelet, la Concertación completará dos décadas de gobierno, sumando cuatro años de Patricio Aylwin, seis de Eduardo Frei Ruiz Tagle y seis de Ricardo Lagos.

Zaldívar fue subsecretario, ministro de Hacienda y biministro de Hacienda y Economía de Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Todavía se recuerda que siendo uno de los ministros más jóvenes de la historia política pronunció un memorable «discurso del terror», alocución por cadena nacional que provocó una masiva fuga de capitales cuando Salvador Allende ganó las elecciones el cuatro de septiembre de 1970.

Con los años, Zaldívar y el PDC cambiaron de postura respecto a la dictadura que al comienzo apoyaron. El ex biministro fue agredido por la tristemente célebre Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y debió marchar a un largo exilio. En las primeras elecciones después de 17 años de pinochetismo, derrotó a Lagos en 1989 como senador por Santiago, pero diez años más tarde perdió ante este mismo contendor las primarias que designaron al candidato presidencial de la Concertación en 1999.

Cuando Scotland Yard detuvo en Londres a Augusto Pinochet (octubre de 1998) por orden del juez español Baltasar Garzón, el entonces presidente del Senado Zaldívar emprendió una solitaria gira europea para conseguir sin éxito su libertad y traslado a Chile, liberación que sólo se produjo escasos días antes de que Lagos se instalara en La Moneda, no por un fallo de la justicia británica sino por prerrogativa administrativa del gobierno de Tony Blair.

En diciembre de 1998, Zaldívar abogó por el colega senador (designado) Pinochet ante el entonces ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes, del gobierno de José María Aznar, quien –según la prensa hispana– le prometió que «España estudiará la propuesta chilena para que sea una Corte Internacional de Justicia la que decida qué país y qué institución es competente para juzgar a Pinochet». El dictador, que entregó la banda presidencial en marzo de 1990, se mantuvo por casi una década influyendo las bambalinas del poder, primero como comandante en jefe del ejército, hasta marzo de 1998, y luego como senador vitalicio, en virtud de su condición –»constitucional»– de ex jefe de Estado.

El futuro canciller

La segunda designación clave del área política, Relaciones Exteriores, recayó en el también senador saliente PDC Alejandro Foxley Rioseco, 67 años, ministro de Hacienda durante todo el período de Patricio Aylwin (1990-1994). Al final de su mandato, Aylwin intentó ungirlo presidenciable, pero sólo obtuvo la presidencia del Partido Demócrata Cristiano (1994-1996). Ahora de nuevo surgieron voces que lo levantan como presidenciable del PDC para 2009.

Foxley ha sido gobernador del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (1990-1994), co-presidente del Directorio del Diálogo Interamericano, Wáshington (1994-1999), presidente del Comité de Desarrollo de los Gobernadores del Banco Mundial – Fondo Monetario Internacional (1991-1992), miembro del Comité Ejecutivo de la International Economic Association, IEA (1985-1988), y presidente de la Corporación de Investigaciones Económicas para Latinoamérica, CIEPLAN (1976-1990).

Además profesor de economía y desarrollo internacional del Instituto Helen Kellogg de la Universidad Notre Dame, EEUU (1982-1989); profesor visitante del Instituto de las Américas de la Universidad de California, San Diego (1985); de la Universidad de California Berkeley (1981); del Massachusetts Institute of Technology, MIT (1978); de la Universidad de Oxford, Inglaterra (1975); y del Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex, Inglaterra (1973).

Ocupará hasta marzo la presidencia de la Comisión de Hacienda del Senado. Y acompaña en solitario la aspiración de un sector exportador no cuprífero que solicita la intervención del Estado en el mercado monetario a fin de forzar una devaluación del signo monetario chileno. Es decir, la sobrevalorización artificial del dólar, a contrapelo de la doctrina de dejar hacer lo suyo a la mano libre e invisible del mercado, proponiendo que el Banco Central compre masivamente dólares para hacer subir su precio.

¿Hijo de tigre?

La Secretaría General de Gobierno estará a cargo de Ricardo Lagos Weber, 42 años, PPD, abogado y economista, miembro del comando de campaña de Bachelet, ex director de Asuntos Económicos Multilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería –e hijo del presidente saliente Ricardo Lagos Escobar–. Muchos dicen que, a despecho del síndrome chileno que encumbra a los apellidos presidenciales (Alessandri, Frei, Allende, Aylwin), Lagos Weber tendría méritos propios de capacidad y trabajo.

La Secretaría General de Gobierno tiene a su cargo las relaciones con la prensa y ejerce como portavoz gubernamental ante los medios de comunicación, precisamente el cargo que catapultó al actual ministro del Interior Vidal. Pero el desempeño de la vocería también puede convertirse en sepultura política, como ocurrió en la administración de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-1990) con el PPD Víctor Manuel Rebolledo González, quien ejerció el cargo sólo 6 meses, más tarde fue elegido diputado y terminó su vida política desaforado por corrupción en 2003 e imposibilitado para ejercer cargos públicos.

Mujer clave del gabinete político

La Secretaría General de la Presidencia quedó a cargo de la socialista Paulina Eliana Veloso Valenzuela, abogada y académica formada en la Universidad de Concepción, profesora de Derecho Civil de la Universidad de Chile. La primera mujer relevante en el “gabinete político” es abogada-consejera del Consejo de Defensa del Estado, fue miembro de la Comisión Nacional de Acreditación de la Educación Superior (2002) y autora del libro La Justicia frente a los Derechos Humanos de las Mujeres (Editorial Jurídica Conosur, Santiago, 2000).

Siendo jefa de gabinete de la Subsecretaría del Trabajo (1990-1994), Veloso se desempeñó también como jefa de División y subrogante legal del subsecretario (viceministro) del Trabajo, fue subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer, (1994-1997), y abogada integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago (2003 2005). En 2005 recibió el premio de la Asociación de Abogados de Chile a la profesional más destacada en Derecho Privado.

Paulina Veloso siempre militó en el partido Socialista, desde su juventud estudiantil en Concepción, pero contrajo matrimonio con un joven ligado al partido Comunista que desapareció en Argentina.

Entre las víctimas de la “Operación Cóndor”, rol 2.182-98, figura el cónyuge de la futura ministra, el ciudadano chileno-suizo Alexei Vladimir Jaccard Siegler, desaparecido tras su detención en Argentina en 1977. En la misma causa figuran otras víctimas chilenas desaparecidas en el vecino país, como Jorge Isaac Fuentes Alarcón, Juan Hernández Zazpe, Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, Manuel Tamayo Martínez, Edgardo Enríquez Espinoza, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Víctor Oliva Troncoso, Jean Claudet Fernández, Luis Enrique Elgueta, Ricardo Ramírez Herrera, Héctor Velásquez, Ruiter Correa, Hernán Soto Gálvez, José Luis de la Maza Asquet, Cristina Magdalena Carreño Araya, José Alejandro Campos Cifuentes y Luis Quinchavil Suárez.

La Corte de Apelaciones de Santiago ordenó el desafuero de Pinochet por estos delitos, el 5 de julio de 2004, con el voto en contra y la reserva de varios ministros, pero finalmente la Corte Suprema aplicó impunidad por “demencia subcortical”.
En el fallo consta que “a fs. 542, 858, 971, 2.498 y 2.901 –de ese expediente– declara doña Paulina Veloso Valenzuela, quien expresa que su cónyuge Alexei Vladimir Jaccard Siegler fue detenido por personal del ejército en Concepción, con posterioridad al golpe militar, siendo dejado en libertad incondicional el 21 de diciembre de 1973, trasladándose ambos a Suiza debido a la doble nacionalidad de su marido, quien el 14 de mayo de 1977 viajó a Chile vía aérea haciendo escala en la Ciudad de Buenos Aires, donde llegó el 15 de mayo del mismo año, hospedándose en el Hotel Bristol.

“Sin embargo, al día siguiente fue secuestrado junto con otros militantes del Partido Comunista por agentes de seguridad argentinos y chilenos, presentándose en el hotel el día 17 de mayo agentes policiales argentinos a retirar las pertenencias de Jaccard. Expresa que por información por ella recopilada tomó conocimiento que el gobierno argentino en un primer momento afirmó que su marido se había embarcado en un avión Varig con destino a Brasil, bajo otra identidad, lo que resultó falso, para posteriormente expresar que se habría embarcado con pasaporte argentino a la ciudad de Santiago con fecha 26 de mayo de 1977, lo que fue ratificado por aparecer su nombre en la lista de pasajeros.

“No obstante, revisada la tarjeta de embarque relativa a ese viaje, la letra que allí aparece no corresponde a él y su nombre está mal escrito, siendo imposible que haya viajado con pasaporte argentino a Chile, ya que éste viajaba con pasaporte suizo debido a su doble nacionalidad. Como consecuencia de su detención dedujo un recurso de amparo en junio de 1977 ante la Corte de Apelaciones de Santiago, informándose por Investigaciones que su cónyuge ingresó a Chile como turista el 26 de mayo procedente de Argentina, con domicilio en un apart hotel ubicado en Américo Vespucio N° 202, donde no aparece registrado como pasajero.

“A raíz de un nuevo recurso, deducido en julio de 1977, Investigaciones informó a la Corte de Apelaciones que Jaccard salió del país el 12 de junio de 1977 ingresando a Uruguay vía Lan Chile, sin dejar rastro sobre su paradero. Sobre el móvil de su viaje a Chile indica que vino en una misión del Partido Comunista para servir de correo financiero entre el Partido Comunista en el exterior con el Partido Comunista interno, situación que ella supo años después, siendo la detención de su cónyuge parte de una operación de mayor entidad, lo que se demuestra con la detención coetánea del banquero Jacobo Stoulman junto a su cónyuge en Buenos Aires, según se infiere de la documentación incautada a Luis Arancibia Clavel, agente de la DINA en Buenos Aires, como consecuencia de su detención por el caso Prats.

“A fs. 858 complementa sus dichos indicando que Jaccard fue detenido probablemente con Ricardo Ramírez Herrera y Héctor Velásquez Mardones, hecho también acaecido en Buenos Aires el 16 de mayo de 1977”.
(Más información sobre el caso en:
http://www.derechos.org/nizkor/chile/doc/desafpin8.html).

II – ¿Quién es quien?

DE MANHATTAN A HACIENDA

 …O CÓMO SE TEJEN LAS REDES DEL PODER

El gabinete de la presidenta electa trasluce un nuevo entramado en el tejido de las redes de poder, a costa de un aparente desmedro de la fuerza de gravedad que suele atribuirse a los partidos políticos. Mientras los futuros ministros y ministras efectúan los contactos propios de la transición de un gobierno a otro, crece el interés por saber quién es quien en un entorno presidencial atravesado por la paridad del cuoteo de género y también por la influencia inédita de instancias privadas como las Fundaciones Chile 21 y Expansiva, entre otros factores de poder.

El arribo de Andrés Velasco Brañes al ministerio de Hacienda fortalece la influencia de la Fundación Expansiva, entidad de la que es presidente. La fundación, que celebra reuniones de su cúpula tanto en Chile como en EEUU, se perfila como un partido político, con tres miembros en el futuro gabinete. El nuevo administrador de la hacienda pública, a quien El Mercurio inscribe en “el sector más liberal del bacheletismo”, pertenece a una vertiente de “independientes” integrados al comando de campaña por el socialista Ricardo Solari, ex ministro del Trabajo, quien curiosamente quedó fuera del juego.

La cartera de Hacienda no ofrece grandes misterios, porque su papel es uno de los más pre-definidos en el esquema de consolidación y solidificación del modelo económico, sin perjuicio de los cambios imposibles de soslayar que “amenazan” al sistema privado de pensiones (AFP) y a otros aspectos hiper criticados del paradigma. Hacienda, por lo demás, tiene a su favor la bonanza fiscal que genera el alto precio del cobre. Se trata de administrar una bonanza relativa, sin necesidad de inventar nada.

Hacienda se convirtió en la cartera más importante después de Interior y RREE, asignados al partido Demócrata Cristiano (PDC), la tienda más favorecida en el gabinete. Velasco no tiene partido, ni parece necesitarlo, a diferencia de los demás ministros o ministras que exhiben algún vínculo real o simbólico. Por ser hijo de Eugenio Velasco Letelier, figura del PRSD ya fallecido, fue señalado proclive a esa tienda, pero los radicales aseguran que todavía conservan sus concepciones clásicas sobre un Estado docente, regulador y con responsabilidad social.

Las cúpulas de la Concertación de Partidos por la Democracia están dolidas porque la presidenta electa les bajó el perfil en el gabinete. El Partido por la Democracia (PPD) “perdió” a tres candidatos que se daban por ministros seguros, Sergio Bitar, Jorge Schaulson y Víctor Barrueto, quien hasta preparó una fiesta de hotel para celebrar una designación que no se produjo. El PRSD esperaba dos ministerios, incluso uno del área política, pero sólo recibió Justicia.

El PPD aclaró que sólo se siente representado por Romy Schmidt Crnosija, ministra de Bienes Nacionales y esposa del diputado Antonio Leal, del mismo partido, desconociendo explícitamente la militancia de los otros cuatro ministros PPD, Ricardo Lagos Weber (Secretaría General de Gobierno), Viviane Blanlot Soza (Defensa), Ingrid Antonijevic (Economía) y Eduardo Bitrán (Obras Públicas).

Para El Mercurio, emergió un “nuevo establisment” o “Concertación IV”, un entorno que presenta como una mezcla heteróclita de izquierdistas, (neo)liberales, postgraduados de universidades tipo Harvard y algunas figuras carentes de estudios superiores que serían los futuros protagonistas de la televisión, que es donde más se hace hoy la política en Chile.

Perfil del “bacheletismo”

Según el ácido comentario de Ximena Pérez y Paula Coddou en la revista Sábado del diario de Agustín Edwards del 21 de enero, en el bacheletismo hay quienes “representan a la vieja izquierda, otros a los liberales de la Concertación. Son agnósticos, meritócratas y poco reverenciales frente al poder. Aspiran no sólo a ser la Concertación IV sino a marcar una diferencia. Son los hombres y mujeres de Michelle Bachelet, los que darán el espíritu al nuevo gobierno”.

Pérez y Coddou ven peyorativamente, en el entorno de Bachelet, gente con «aspecto de tarotistas, tecnócratas sin corbata, actores de televisión y socialistas cincuentones de la generación más golpeada (…) un grupo heterogéneo en cuanto a edades, estudios y origen social”. Todavía no sabían  que varios o varias de “aspecto de tarotistas” serían ministros o ministras.

Las cronistas mercuriales aludieron a “los más jóvenes como el cientista político Francisco Javier Díaz y Oscar Landerretche hijo –economista de la U. de Chile y doctor del MIT–, que están entre los 30 y 35 años”, sin dejar de añadir a “los viejos tercios, sobre los 50 [..] que, o no estudiaron o vieron interrumpidas sus carreras, porque después del golpe de 1973 pasaron a la clandestinidad”, entre quienes mencionan a Camilo Escalona y Ricardo Solari, entre otros. La intención peyorativa de El Mercurio presenta el paso “a la clandestinidad” como una suerte de capricho personal, o un pretexto para no terminar los estudios, desconociendo que fue la única salida para no ingresar la legión de 3.000 asesinados o desaparecidos más 30.000 torturados, todo esto obviando el detalle del apoyo entusiasta del dueño del diario al sanguinario régimen militar, sin escatimar noticias falsas para encubrir desapariciones del tipo Operación Colombo.

Entre los emigrantes “integrados a la campaña” el diario citó al ”experto en comunicaciones Pablo Halpern y el economista Andrés Velasco, ambos miembros de Expansiva, el grupo más liberal que se reúne hasta en Harvard, y que conocieron a Michelle cuando Solari los invitó a trabajar desde el comienzo en el comando” (Pérez y Coddou).

Expansiva expande… poder

 
El futuro ministro de Hacienda, de 45 años, casado con la conductora de televisión Consuelo Saavedra, tiene una trayectoria en organismos económico financieros internacionales similar a la de Nicolás Eyzaguirre y otros antecesores en la cartera. Por lo tanto reúne el requisito clásico de alguna pasantía por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), entre otros grandes controladores de la economía global.

Velasco preside la Fundación Expansiva, una suerte de centro académico creado –en afinidad ideológica con la Concertación– para influir en las políticas públicas. Expansiva tiene a otros dos de sus cuadros convertidos en ministros, Eduardo Bitrán Colodro (PPD) en Obras Públicas y Viviane Blanlot Soza (PPD), ministra de Defensa. Y hay quienes temen que se expanda como partido político bacheletiano. De momento posee más ministros que el PRSD, que al fin de cuentas tiene 7 diputados y 3 senadores.

La designación causó desazón en el partido Socialista, que daba por seguro ministro de Hacienda a Mario Marcel, director del Presupuesto durante los seis años de Eyzaguirre-Lagos. Incluso lo anunciaron por la prensa. Un comentario del economista socialista Ricardo Salcedo afirmó que Velasco “ganó su nominación con el apoyo del círculo más íntimo de Bachelet, principalmente de Pablo Halpern, quien usó de toda su artillería comunicacional para aserrucharle el piso a Mario Marcel: aquí existió una confabulación (bien montada, tanto que dio resultado positivo) para nombrar a Velasco. Lo hecho por Halpern revela que Expansiva funciona como una  organización política que posiciona a sus militantes, tal cual un partido más”.

Velasco fue jefe de gabinete y coordinador de Finanzas Internacionales del ministro de Hacienda Alejandro Foxley (1990-1994), ahora designado canciller. Licenciado en economía y en filosofía en Yale, master en relaciones internacionales (también en Yale), ex asesor de los gobiernos de El Salvador, Ecuador y México (1995-2003), consultor del BID, BM, FMI, Cepal y Banco Central de Chile, fue profesor de las universidades de Columbia (1988-89) y Nueva York (1995-2000).

La revista Time lo designó en 1994 uno de los «100 líderes mundiales para el próximo milenio», en tanto el vespertino La Segunda tituló Un neoyorquino a La Moneda. Enseña en Harvard University, pero pidió año sabático para trabajar en la campaña, “donde pasó de ser un simple ayudante a casi brazo derecho de Bachelet”, según fuentes del comando citadas por el vespertino. Ahora deberá pedir un permiso más largo en su empleo en EEUU.

“El modelo (neoliberal) ha funcionado muy bien, permitiendo crecimientos sostenidos y bajas en la pobreza”, expresó en sus primeras declaraciones como ministro designado. “Es un modelo que concita el gran apoyo de la ciudadanía y por eso la Concertación ha sido reelecta”, dijo. “El compromiso es profundizar esas políticas”. Añadió que “la vara está alta y creemos que la mantendremos igual de alta”.

Anunció que el superávit estructural presupuestario de uno por ciento “se mantendrá si se conservan algunas condiciones como el déficit del Banco Central y la denominación en dólares de la deuda chilena”. Se mostró contrario a la devaluación del peso en favor de los exportadores, que alegan haber perdido US$ 2.100 millones es en dos años a causa del deterioro del dólar, según un estudio de la Cámara de Comercio. Dijo que “es importante que Chile tenga un tipo de cambio competitivo y ésa es labor del Banco Central”, postura distinta a la que sostiene en los medios el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, su ex jefe y futuro canciller Foxley, quien abandona la Cámara Alta en marzo.

Glamour in New York

La Segunda describió a Velasco como amante de la literatura y en particular de Borges, “por lo cual no era extraño presenciar largas discusiones con Sebastián Edwards”, otro notable chileno que reside en EEUU. “Edwards forma parte del gran círculo de amigos que tiene, donde el centro está ocupado por su partner de sangre, Pablo Halpern, encargado de las comunicaciones en el comando de Bachelet”, añadió el diario. Halpern, otro “think tank” de Expansiva, también fue responsable de la imagen pública de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000), desde la Secretaría de Comunicación y Cultura, y decano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo, casa de estudios superiores muy cercana a la Unión Demócrata Independiente (UDI), formadora de cuadros para el capitalismo salvaje.

Para el El Mercurio, “los integrados a la campaña” –Halpern y Velasco– “son los más liberales económicamente hablando, los más pro mercado y, aunque algunos lo encuentren frívolo, los más glamorosos, y que viven entre Estados Unidos y Chile. Además, no militan en ningún partido”. Pero hasta hoy no se sabe qué cargo ocupará Halpern.

El Mercurio describió a Velasco como seguidor de Eduardo Engel, economista y profesor titular de Yale. Engel “es de los pocos, si no el único referente de este grupo que no reconoce gurúes ni mentores”, afirmó el diario de Edwards. «Una de las cosas que les gusta de Engel es que habla de dónde puede intervenir el Estado de forma inteligente y de cómo el Estado puede generar más competencia», dijo el cientista político Patricio Navia, cercano a algunos bacheletistas.

Para El Mercurio, “Engel engloba el pensamiento del sector más liberal del bacheletismo, representado por Andrés Velasco, Pablo Halpern, Óscar Landerretche hijo, Francisco Javier Díaz, Ricardo Lagos Weber –hijo del presidente saliente y futuro ministro Secretario General de Gobierno–, y los DC Alberto Etchegaray de la Cerda (abogado e hijo del ex ministro de Vivienda del mismo nombre) y Guillermo Larraín (actual superintendente de AFP)”.

El diario añadió que todos tienen postgrados en universidades extranjeras: Díaz, un abogado formado en la Universidad de Chile, tiene postgrado en ciencias políticas en la London School of Economics y es candidato a doctor en ciencias políticas en Pittsburg; Lagos Weber, en la Universidad de Cambridge; Landerretche, en el MIT; Halpern, un MBA en Kellogg School of Managment; Velasco, en Harvard, donde además es profesor titular; Etchegaray, un master en políticas públicas en Georgetown; y Larraín, un doctorado en Economía en el EHESS de París.

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* Ernesto Carmona es periodista y escritor chileno. La primera parte de este artículo se publicó en ARGENPRESS, agencia de noticias argentina.

Nota

El autor da cuenta de las siguientes designaciones ministeriales:

– Interior, Andrés Zaldivar Larraín (Partido Demócrata Cristiano, PDC);
– Hacienda, Andrés Velasco Broñes (Independiente);
– Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley Rioseco (PDC);
– Secretaría General de Gobierno, Ricardo Lagos Wéber (Partido por la Democracia, PPD);
– Secretaría General de la Presidencia, Paulina Veloso Valenzuela (Partido Socialista, PS);
– Defensa, Vivianne Blanlot Soza (PPD);
– Economía, Ingrid Antonijevic Hahn (PPD);
– Minería, Karen Poniachik (Independiente);
– Trabajo, Osvaldo Andrade Lara (PS);
– Agricultura, Alvaro Rojas Marín (PDC);
– Salud, María Soledad Barría (PS);
– Educación, Martín Zilic Hepic (PDC);
– Obras Públicas, Eduardo Bitrán Colodro (PPD);
– Transportes y Telecomunicaciones, Sergio Espejo Jaksick (PDC);
– Vivienda y Urbanismo, Patricia Poblete Bennett (PDC);
– Justicia, Isidro Solís Palma (Partido Radical Social Demócrata, PRSD);
– Bienes Nacionales, Romy Schmidt Sroya (PPD);
– Planificación y Cooperación, Clarisa Hardy (PS);
– Consejo de la Cultura, Paulina Urrutia Fernández (Independiente);
– Servicio Nacional de la Mujer, SERNAM, Laura Albornoz Pollman (PDC).

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