Intermedio con fútbol

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Tenían como un escudo repujado en cobre. Antes de los rayos laser. Me daba la impresión que esos dementes tramaban algo en contra de la contra. Nunca algo tal ingenuo como encandilarlos. Quizás  influir en lo que pasaba por las mentes de los otros, trabarles el pensamiento o algo de esa obtusa calaña. | TITO AEDO.*

A los siete años se iba al estadio a comer jamón-y-palta-jamon-y-palta-jamón-y-palta y a compartir con pelusas neopreneros en una zona tenebrosa, sin tener mucha idea de contra quien se puteaba, quien desbordaba, quien iba de enganche. Nada de eso. No mucho más que jamón, palta, papeles picados y rifas de pelotas que se ganaban otros.

Esa parte del Estadio Nacional, la baja galería del codo norte, era tenebrosa. Objetivamente.

Era el lado frío, donde el griterío a penas era una hueona mímica de la felicidad. La felicidad del «ganamos»… del «eternamente ganamos»… del «somos Chile»… y esas rimas rimaban perfecto en la cabeza de los criminales de «un país ganador»… tristes consignas de la gente de las banderas acromáticas.

Al otro lado casi lo mismo, excepto (nunca esa palabra ha tenido más sentido) que no ganaban y por sobre todo, excepto el apelotonado fervor de esos mutantes. Jornadas dobles en el Nacional. Maní-tostado-maní. Los de enfrente mantenían una dignidad sacada de no sé dónde.

«Pacto con el demonio», le escuché un canuto del bando winner.

Luego no fui más (no me llevaron más). Había un tirano que soportar y agitarle mantelitos blancos al orangután me resultaba al mismo tiempo pelotudo y oprobioso. Una armonía que mi viejo toleraba con entusiasmo.

A Saulo de Tarso le cayó un rayo camino a Damasco. En mi caso debió ser Carcuro en 60 minutos. Universidad de Chile 2, Cobresal 2. Quince de enero de mil novecientos ochenta y nueve.

No mariconearé contando de las lágrimas, porque son el lado wea de las epifanías.
El apelotonado fervor de esos mutantes. Un mantra: «Volveremos – volveremos». El resto es rock and roll, más de 20 años de puro rock&Roll.

Esos «hueones» son mi gente.

¡Vamos la U, conchetumadre!

* Hincha fanático de la U

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