La angustia

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La angustia, es una situación por la que casi todos los seres humanos atravesamos a lo largo de nuestras vidas: es la congoja o aflicción. Es un sentimiento de amenaza, cuya causa es desconocida, pero que  aparece en el momento en que menos lo esperamos, que experimentamos cuando sin motivo alguno,  nos preocupamos en exceso por  la posibilidad, de que en el futuro nos ocurra algo temido sobre lo que no tenemos control, y que, en caso de que sucediera, supondríamos “espeluznante”.

La angustia está  asociada a la incertidumbre o riesgo, no obstante la angustia nos pone en alerta y nos  permite responder mejor a las exigencias del mundo externo e interno. Es un síntoma de la época actual, caracterizada por la incertidumbre y la inestabilidad en los diferentes planos de la naturaleza humana.

Por ser una condición  afectiva muy particular, es tema de estudio de: la psicología y el psicoanálisis.

La palabra angustia etimológicamente, nos remite al vocablo latino “angustus”, que significa estrecho o angosto, referido por ejemplo a un abismo, que se debía saltar.

En otras  épocas, la palabra angustia adoptó diferentes términos: acidia y tristeza, en el Medioevo; melancolía,  en la Modernidad,  y angustia, en el presente…

En la antigua teoría humoral,  la melancolía fue considerada como una enfermedad producida por el humor negro en el tipo humano contemplativo, es decir, en hombres propensos al recogimiento interior y a la contemplación.

En el periodo  medieval la figura del hombre melancólico fue asociada al  religioso, y la representación de la mano sobre la oreja izquierda se interpretó como un  individuo que apoyaba la cabeza en su mano debido al sueño que le provocaba su pereza. Es entonces cuando la melancolía comienza a considerarse un pecado que asolaba a los  místicos recluidos en abadías y los amenazaba con el más letal de los vicios: la muerte del alma.

Resultado de imagen para muerte del almaEl humorismo es la doctrina médica sostenida por Hipócrates (Cos, 460 a. C.-Tesalia, 370 a. C.) y la escuela de Cos según la cual las enfermedades resultaban de la alteración de los cuatro humores cardinales en calidad o en cantidad: sangre, flema, bilis amarilla o bilis negra.

Además hay cuatro tipos de temperamentos, considerados como emanación del alma por la interrelación de los diferentes humores del cuerpo: sanguíneos, las personas con un humor muy variable; melancólicos, personas tristes y soñadoras; coléricos, personas cuyo humor se caracterizaba por una voluntad fuerte y unos sentimientos impulsivos, en las que predominaba la bilis amarilla y blanca, y flemáticos, personas lentas y apáticas.

Santo Tomas de Aquino, teólogo, (1225-1274 d. C.) sostuvo que una de las características fundamentales de la angustia es el ‘recessus’, el retraerse del hombre ante Dios por la tristeza que le adviene al conocer el más grande de los bienes y al darse cuenta después de la insondable distancia que lo separa de Él.

El filósofo danés, Soren Kierkeggard,  (1813-1855), en su libro “El concepto de la angustia”,  relaciona la Resultado de imagen para Soren Kierkegaardangustia con la inocencia, la ignorancia y el pecado. El ser humano se encuentra, en principio, en un estado de inocencia. Ésta se pierde cuando se toma conciencia de ella y eso sucede porque la inocencia es fundamentalmente ignorancia; es desconocimiento de la diferencia entre el bien y el mal.

El hombre que ha cometido un pecado pierde la inocencia y, sin embargo, esto origina un salto cualitativo en el individuo porque al salir de la inocencia sale de la ignorancia. Aun así, la angustia no nace de la culpa por un pecado concreto porque eso significaría que el que se angustia lo hace por algo en concreto. La angustia, por el contrario, nace de la inocencia, de la ignorancia respecto a todo, respecto de la diferencia entre el bien y el mal.  La angustia es ambigua justamente porque no es acerca de algo en concreto, sino que el hombre se angustia  La angustia  es “el vértigo de la libertad” y al mismo tiempo un medio de salvación que conduce a la fe.

Por otro lado, la angustia es parte fundamental de la analítica del filósofo alemán, Martin Heidegger,  (1889-1976). Ha tratado la angustia como lo que experimenta el hombre ante el final de su existencia, donde éste intenta escapar refugiándose en los valores ficticios y no auténticos  y por lo contrario, lo auténtico estará en que el hombre acepte que es un ser destinado a morir.  En su obra ¿Qué es metafísica? (1929), Heidegger explica que la angustia nace del preguntar del Dasein acerca de la nada.

La ciencia y su conocimiento empírico respaldado por el método científico olvidan algo fundamental: el ser humano se pregunta por los entes que lo rodean, pero también es un tipo de ente capaz de preguntar y, no sólo eso, es un ente capaz de preguntar por sí mismo.

En Ser y Tiempo, Heidegger explica que la angustia es un estado de caída del Dasein, un estado de cerradoResultado de imagen para ser y Tiempo, Heidegger que no es algo negativo, sino todo lo contrario: es su modo inmediato de ser, en el que él se mueve ordinariamente, es un momento necesario en el que la angustia le hará patente su estar vuelto hacia el más propio poder ser, le revela su libertad para escogerse y tomarse a sí mismo entre manos.

Sigmund Freud, -1856-1939- Psiquiatra,  señala que la angustia es una combinación de aprensiones, incertidumbres y miedo, con especial referencia a sus manifestaciones corporales. Puede ser de tipo neurótico, o reacción ante la presencia de una situación externa real, en ambos casos se trata de la reacción del ego ante el peligro.

Sobre la angustia, destacadas personalidades se han referido a ello.

Fiódor Dostoyesvki -1821-1881- escritor ruso, ha señalado: “con un dolor de corazón  es que se mezcla la angustia y la dulzura”.

Por su parte, Thomas Paine -1737-1809 político estadounidense, afirmó: “El verdadero hombre sonríe ante los problemas, recoge la fuerza de la angustia y crece con la reflexión”.

Máximo Gorki, -l868-1936, escritor y político ruso: “En la lucha, las horas de hastío y de angustia pasan Resultado de imagen para gorkirápido, inadvertidas”.

Vivimos en un mundo que cambia en forma vertiginosa y  donde  nada o muy pocas cosas resultan estables. Es común escuchar que muchas personas se quejan de estar angustiadas. Algunas de ellas, lejos de superar esta situación, se dejan hundir en la angustia misma sin poder lograr afrontarla de una manera auténtica,  como una oportunidad de progreso, cambio, crecimiento y mejora. Es angustioso sentir la nada, sentirse nadie o sentirse alguien y volverse nadie.

Hay varios tipos de angustia. Existe  la angustia existencial, la de la muerte,  la de no poder llegar a tiempo, la angustia tributaria, la inflacionaria;  la de perder el tiempo; la de quienes hacen cola en los supermercados para comprar los productos básicos; la de perder el empleo, la angustia de no tener justicia. La angustia de no creer, y la de  seguir creyendo; la de cómo nos creen y la de cuánto nos creen;  la de buscar en qué y en quién creer, la de no saber hasta cuándo se es pobre, la de la austeridad en la escasez, la de cómo se va a manejar nuestra escasez, y que no alcance el sueldo,

Provoca angustia, la falta de comida, de medicinas, la violación, el asalto, el secuestro, la  inseguridad pública, las situaciones que ponen en riesgo la seguridad física.

Produce angustia: ser cuestionado, no ser tomado en cuenta,  ser ignorado, no ser invitado o serlo y no saber si aceptar,  no ser convidado a participar.

Resultado de imagen para angustiaSon motivos de angustia: leer el periódico, escuchar los noticieros, esperar un decreto,  despedir a un empleado ineficiente, los correos electrónicos;  las informaciones de “buena fuente” de los amigos; las bolas y las que resultan ser verdad, llegar tarde al trabajo, poner fin a una relación,  problemas con la pareja, presentarse a un público desconocido.

Existen angustias tradicionales como las de hablar o callar, opinar o silenciar, la de tener que guardar un secreto. La angustia a la angustia. Realizar encuestas y análisis confidenciales revela angustia y produce angustias. Y aquella de verse obligado a oír al que tiene poder… La mayor de las angustias es la de quienes  ignoran o subestiman cuántos angustiados hay.

Por los años de 1950, tuvo un éxito extraordinario el bolero “Angustia” popularizado  por el cantante  Bienvenido Granda, y la Sonora Matancera. Decía así:

“Angustia de no tenerte a ti.Resultado de imagen para sonora matancera

Tormento de no tener tú amor.

Angustia de no besarte más.

Nostalgia de no escuchar tú voz

Nunca podré olvidar, nuestras noches junto al mar.

Contigo se fue toda ilusión.

La angustia lleno mi corazón.”

No existe época en la historia de la humanidad, más proclive a la angustia como la actual. Hoy por hoy en todos los países se viven situaciones conflictivas que generan angustia.

Los dirigentes y  líderes políticos, religiosos y sociales deberían catalizar esos problemas para contribuir en la sociedad, se atenúe o se evite la angustia definitivamente.

Y, en lo personal e inmediato, cómo terminar este artículo. ¡Qué angustia!

 

 

 

 

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