La cultura, la política y la censura

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Las consecuencias de la censura en una sociedad democrática se contradicen con los principios de libertad de pensamiento, especialmente en el plano cultural; mientras que en lo político obedece a la imposición de un poder mayor que siente afectados sus intereses imponiendo al vasallo su voluntad.

Tres hechos ocurridos en los últimos días muestran la degradación de la política y la calidad de quienes dirigen instituciones del Estado. Los hechos dicen relación con la censura a actividades culturales y el veto a una licitación internacional adjudicada a un consorcio chino-alemán. La acción que ejecuta un censor está basada principalmente en motivos ideológicos o políticos, entre otros. En los casos que veremos son precisamente éstos los que han quedado en evidencia. Las consecuencias de la censura en una sociedad democrática se contradicen con los principios de libertad de pensamiento, especialmente en el plano cultural; mientras que en el político obedece a la imposición de un poder mayor que siente afectados sus intereses imponiendo al vasallo su voluntad.

El primer hecho ocurrió el 12 de noviembre pasado, cuando el concejo municipal de la comuna de Las Condes se negó a otorgar financiamiento a la Fundación Teatro a Mil, la que tradicionalmente ha contado con el apoyo no solo de ésta, si no de todas las municipalidades del país por la labor de extensión cultural que entrega al ofrecer espectáculos nacionales e internacionales de alta calidad, muchos al aire libre dedicados a los niños y adultos y además de entrada gratuita.

En esta ocasión se había solicitado subvención para las obras Rouge, 31 minutos; Don Quijote de la Mancha, y La Dinosauria Pichintún. Todos espectáculos “de alta peligrosidad”, una verdadera bomba oculta, sobre todo el mensaje que nos entrega Cervantes. ¿Por qué fueron censuradas estas obras, dirigidas a los menores principalmente? No hay razón alguna, y obvio, no son las obras las cuestionadas, sino la Fundación Teatro a Mil, por la supuesta “ideologización” de sus obras y espectáculos. La verdad es otra. Lo que representa la Fundación es haber dejado anclado en el imaginario colectivo un “nosotros” cultural.

Un enorme espacio que se ha ganado en la sociedad chilena con sus presentaciones callejeras, sus espectáculos masivos, los grandes artistas de renombre mundial que han venido a Chile a mostrar su arte, por haber llevado el teatro o la ópera a los sectores populares, por ampliar la diversidad en la mirada de los chilenos, por hacer soñar, por entregar momentos de alegría, belleza, conocimiento y poner a Chile en el mapa cultural internacional, dando a conocer a nuestros artistas en el mundo entero.

Esa es la verdadera razón, ideológica, de un minúsculo grupo de conservadores, prisioneros de prejuicios, incapaces de abrir sus mentes a nuevas ideas. Seguramente se sentirán orgullosos y estarán celebrando al creer que le han infringido un gran golpe a lo que llaman con desprecio “el zurderío”, sin darse cuenta de que son ellos los que se auto infligen una herida profunda en sus conciencias.

La segunda sorpresa que nos han deparado las autoridades de la República es la revocación del contrato a las empresas ganadoras de una licitación internacional para la confección de pasaportes que había sido adjudicada a un consorcio chino-alemán, UTP Aisino. En un comunicado público dado a conocer por el Registro Civil -entregado sin filtro al parecer, ya que se citan documentos de carácter reservado del Ministerio de Relaciones Exteriores- remitido también el 12 de noviembre pasado, se señala que existirían “inconsistencias”, las que obviamente no fueron consideradas tales al momento en que la comisión evaluadora adjudicó la licitación por algo más de 200 millones de dólares.

El oficio reservado de la Cancillería que se cita señala que “existiría un alto grado de probabilidad que se ponga término al programa de Visa Waiver con Estados Unidos y probablemente con Canadá, en el evento de celebrarse el contrato con el adjudicatario”.

Ya lo había advertido el ex secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, sin rodeos y de manera brutal, en su visita a Chile en 2019, ocasión en que se entrevistó con el presidente Sebastián Piñera para advertirle de los riesgos para Chile si la empresa Huawei se adjudicara el sistema 5G. En el caso de UTP Aisino, seguramente se hizo presente el mismo mensaje, por los nuevos funcionarios de la administración estadounidense.

Las presiones vendrían, según fuentes de prensa, también de Francia, el Reino Unido y España, quienes habrían advertido al mandatario sobre la inconveniencia de otorgar espacios en áreas sensibles, a China. Forma parte de la política impulsada por Washington y a la que se ha sumado la Unión Europea (UE) para frenar la presencia de China en América Latina. El presidente Piñera no ha tenido la fuerza ni el coraje de enfrentar este agravio a la soberanía del país aceptando el vasallaje.

La situación no ha terminado, puesto que UTP Aisino ya ha hecho presente que recurrirá a los tribunales nacionales e internacionales para impugnar la medida, con el desprestigio que ello implica para Chile. Además, con China el país tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2006 con cuatro capítulos adicionales, incluyendo inversiones, en vigencia desde 2014. Mejor ni pensar qué pasaría con nuestras exportaciones si China tomara algún tipo de medida coercitiva como represalia a esta grave violación de una licitación comunicada y adjudicada de conformidad con la ley. Lo mismo puede ocurrir con Alemania, país con que nos unen, no solo ser socios en el Acuerdo de Asociación con la UE, sino innumerables lazos de todo tipo.

La tercera joya de la semana fue la decisión de la alcaldesa de Viña Mar, informada a través de su jefa de gabinete, de no autorizar la extensión a la ciudad jardín del exitoso festival cultural “Puerto de Ideas”, que desde hace 10 años se efectúa en Valparaíso y Antofagasta. Censura pura y dura, censura basada en prejuicios ideológicos. El motivo explícito entregado por la funcionaria es que el festival estaría “financiado por Israel”.

Aquí al prejuicio ideológico se suma la ignorancia, y la responsabilidad recae directamente en la alcaldesa, quien en dos oportunidades rechazó la entrevista solicitada por los directivos de Puerto de Ideas para explicar las actividades de extensión que se pretendían realizar. Ninguna embajada financia este festival que es cubierto por fondos concursables del Estado chileno y el aporte de empresas privadas. Participan intelectuales de todas las naciones: justamente se trata de conocernos y comprendernos mejor unos a otros, de abrir y no cerrar puertas entre diferentes países y culturas.

El festival se ha consolidado en Chile y en el mundo por la calidad de sus programas que incluye a grandes científicos, escritores consagrados, investigadores, filósofos, premios Nobel y una variada gama de pensadores, del mundo de la ciencia y el arte de diversas vertientes ideológicas, que refrescan el debate y discusión de los grandes temas de actualidad. La actitud de las ilustres municipalidades de Viña del Mar y de Las Condes, pasa a ser un acto odioso de discriminación y censura que recuerda a los años de la dictadura, que priva a sus ciudadanos de actividades culturales de alto nivel que enriquecen y amplían sus conocimientos, es decir educan.

En Viña del Mar, la censura prohíbe al músico chileno Jorge Arriagada, compositor que por más de 30 años compuso la música de las películas de Raúl Ruiz, de presentar una obra creada para Puerto de Ideas. También la censura impide al prestigioso historiador nacional, Rafael Sagredo, efectuar una presentación a los jóvenes viñamarinos sobre una de las primeras constituciones de Chile, de 1828, promulgada en la ciudad de Valparaíso.

¿Es este el Chile que queremos construir? ¿Pasaremos de ser una república respetada en el mundo a una suerte de republiqueta? Los nombres de los grandes personajes de la ciencia y cultura que tanto la Fundación Teatro a Mil como Puerto de Ideas han traído a Chile son un estímulo para miles de jóvenes deseosos de aprender, y de ampliar su mirada hacia el mundo. Y en lo político, no puede ser que el prestigio del país se destruya por la indolencia de organismos del estado que debieran haber advertido previamente de las consecuencias de otorgar una licitación de esas características a un país que enfrenta un creciente antagonismo comercial con Estados Unidos.

Peor aún, no evaluar adecuadamente las consecuencias que traerán a la imagen-país al anular una licitación internacional otorgada a un consorcio chino-alemán. En el mundo internacional y en la diplomacia en particular, la reciprocidad es uno de los pilares de las relaciones entre los estados. Tendremos que atenernos a las consecuencias de decisiones improvisadas de un gobierno que ha demostrado una gran impericia y desconocimiento de las relaciones internacionales.

*Economista de la Universidad de Zagreb en Croacia y Máster en Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. Exembajador, actualmente es Subdirector de Desarrollo Estratégico de la Universidad de Chile. Publicado en La Mirada Semanal.

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