La Ponerología

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El mal o la maldad es una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de moral, bondad, caridad o afecto natural por su entorno y quienes le rodean, actuar con maldad también implica contravenir deliberadamente usando la astucia, los códigos de conducta, moral o comportamientos  correctos en un grupo social.

Algunas definiciones indican que la maldad es el término que señala la falta de benevolencia que debe tener un ser según su naturaleza o destino. De esta manera, el mal sería la característica de quien tiene una carencia, o de quien actúa fuera de un orden ético, convirtiéndose, en consecuencia, en alguien o algo malo.Teoría del mal: La ponerología (XIV): El papel de la religión

La Ponerología, es la rama de la teología que se ocupa y se  centra en el “estudio del mal”. El término proviene del griego poneros (el mal) El psiquiatra polaco Andrzej Łobaczewski, -1921-2007-  adoptó el término Ponerología, a una investigación interdisciplinaria de las causas de períodos de injusticia social. Esta disciplina hace uso de datos de la psicología, la psicopatología, la sociología, la filosofía y la historia para explicar tales fenómenos como la guerra de agresión, la limpieza étnica, el genocidio y los estados policiales. La teoría e investigación original fueron realizadas por psicólogos y psiquiatras que trabajaban en Polonia, Checoslovaquia y Hungría durante los años antes de la institución del comunismo como Kazimierz Dąbrowski y Stefan Blachowski.​

Según Łobaczewski, todas las sociedades oscilan entre «épocas felices» o épocas de prosperidad, durante las cuales el conocimiento psicológico avanzado de la influencia de la psicopatología en las esferas de poder es suprimido, y «épocas infelices». Durante las épocas infelices, la inteligencia y sociedad en su conjunto pueden recuperar este conocimiento especializado para instaurar el orden social hacia una línea de sanidad mental. Hay que hacer notar que épocas felices no implican tiempos moralmente avanzados, pues Łobaczewski deja claro que esta felicidad o prosperidad puede suponer la opresión de un grupo localizado.

En última instancia, cada patocracia es un destino porque la raíz de la moral social saludable, según Łobaczewski, está contenida en la infraestructura instintiva congénita en la inmensa mayoría de la población. Afirma que el mal tiende a disfrazarse e instalarse en el poder (patocracia).

Se llama mal a todo lo que es contrario al bien, a todo lo que se aparta de lo lícito y honesto y de aquí se derivan una serie de significados, tanto en las cosas en si como en el modo de hacerlas, tal como  explican los adverbios incorrectamente,  malamente refiriéndose a las cosas hechas de una manera no correcta, indebida y contraria a la que debía hacerse.

Algo sobre la maldad | Cinco NoticiasEl mal para la ética es una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de principios morales, bondad, caridad o afecto natural por el entorno y los entes que figuran en él. Actuar con maldad, para la sociología implica contravenir deliberadamente los códigos de conducta, moral o comportamientos oficialmente correctos u ortodoxos en un grupo social.

La cuestión filosófica sobre la naturaleza del mal depende de si la moralidad es absoluta, relativa o ilusoria. Entre los problemas que la existencia del mal ha planteado todos los tiempos. Uno es de mayor importancia: la cuestión de lo que es el mal o la maldad y por qué existe así como su concepto antagónico, el bien o bondad. Sócrates, -470-399 a C- en su estudio del intelectualismo moral, identifica el mal con la ignorancia.

En la teoría platónica, el mal es aquello en lo que no participa de ninguna manera la idea del Bien. Platón -427-348 a.C- entiende que como las ideas son perfectas y positivas, todo lo malo es  imperfecto y exclusivo del mundo sensible.

Jean Jacques  Rousseau, escritor, pedagogo y filósofo,  – 1712-1778- afirmaba que “el hombre es bueno por naturaleza, no hacer el bien ya es un mal muy grande”.

Friedrich Nietzsche, filósofo, -1844-1900- en su  obra: “Más allá del bien y el Mal”,  publicada en 1886, sostiene que hay que superar la moral judeocristiana y los filósofos del futuro deben transmitir sus valores creándose otros más propios y fundados en la voluntad de poder, el vitalismo dionisiaco, la imaginación y la autoafirmación, negando una moral universal y por tanto un mal único para todos los seres humanos.Imagen 1 de 1 de Mas Alla Del Bien Y Del Mal- Benitez Luis, Nietzsche- Lea

Tomas de Aquino, -1225-1274, llamado el Doctor Angélico, señaló: “Puesto que todo ser, en cuanto tal, es bueno, en la medida que exista, pertenece al no-ser”.

Enfrentando las utopías políticas del renacimiento, el político, Nicolás Maquiavelo, -1469-1527-,   presupone que la malignidad humana es ineludible y no pueda ser erradicada: lo único que se  puede hacer es cultivar una virtú que permita una audaz política del mal menor por medio de la llamada razón de Estado.

Para algunas religiones, la maldad es un misterio. Se cree que la vida y sus reglas son gobernadas por benevolencia innata y el comportamiento que contradice directamente la bondad natural no es comprensible en términos morales y racionales. La maldad caracteriza y describe aspectos del ser humano desviados de la naturaleza del amor, la justicia y lo social.

Todas las culturas poseen una serie de “creencias naturales” sobre qué cosas son malvadas. Las maldades naturales generalmente incluyen la muerte accidental, las enfermedades y otras desgracias. Mientras que las maldades morales circunscriben la violencia, la traición y otros comportamientos destructivos hacia otros.

Tiene la maldad diferentes grados, que van desde la ociosidad hasta la perversidad. La gente que tiene pretensiones de destacarse está dispuesta a mal poner a otros, porque se coloca en una situación de desigualdad y a toda costa quiere evitar a un posible contendor. Es difícil saber qué motiva a algunas personas a caer en esto.

No óbstante muchas personas pasan la vida haciendo zancadillas verbales para deshacerse del objeto de su animadversión. También hay otros pequeños seres –de espíritu, no de tamaño-, que para sobrevivir dedican buena parte de su tiempo a hacer maldades.

Esto se da en todos los estratos, desde las más altas esferas del gobierno, partidos políticos, ambientes sociales, oficinas y hasta los niveles más elementales.

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