Libertad de expresión. – HOMENAJE A PERIODISTA ASESINADO EN CUBA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El último periodista asesinado en Cuba fue el corresponsal en viaje ecuatoriano Carlos Bastidas Argüello, de 23 años, muerto en La Habana el 13 de mayo de 1958, hace exactamente 50 años, después de permanecer siete semanas en la Sierra Maestra reporteando a las fuerzas rebeldes que lideraba Fidel Castro.

La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) rendirá tributo a la memoria del colega asesinado hace medio siglo –quien utilizaba el seudónimo de Atahualpa Reccioî– con un programa de tres días de actividades. Las jornadas comenzará el lunes 12 de mayo, a partir de las 10 de la mañana, con el coloquio internacional Por el respeto a la vida de los periodistas, fotocon participación del académico estadounidense Peter Phillips, director del Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State de California, y el secretario ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (izq.).

También participarán los periodistas cubanos Eduardo Dimas, de los Servicios Informativos de la TV Cubana (SITVC); Ana Teresa Badia, de Radio Rebelde; Marina Menéndez, de Juventud Rebelde; Bárbara Betancourt, de Radio Habana Cuba; Hugo Ríus Blein, de la Agencia Prensa Latina, y el canadiense Jean Guy Allard, de Granma Internacional.

Una vez concluido este encuentro se develarán placas recordatorias de Bastidas Argüello en la Casa de la Prensa, sede de la UPEC, y en la calle Prado esquina de Virtudes, en La Habana. A las cuatro de la tarde se lanzará un libro del periodista cubano Juan Marrero sobre la vida del reportero ecuatoriano, titulado Andanzas de Atahualpa Reccio. Las actividades de tres días forman parte de la conmemoración local del Día Mundial de la Libertad de Prensa, convocado por la UPEC con el co-auspicio de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO.

En el segundo día de las jornadas, el martes 13 de mayo, a las 10 de la mañana, habrá una peregrinación de periodistas cubanos y visitantes extranjeros al lugar donde están sepultados los restos de Bastidas Argüello, en la Necrópolis de Colón, en tanto a las 4 de la tarde se desarrollará un acto central en memoria del reportero en el Memorial José Martí, ambas locaciones en La Habana..

En la tercera jornada habrá un encuentro de los participantes en el coloquio con estudiantes de periodismo, más ecuatorianos residentes en Cuba, incluidos los jóvenes que estudian medicina, a las 10 de la mañana, en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Y a las siete de la tarde habrá otro encuentro, esta vez con la Presidencia de la UPEC en la residencia estudiantil del Instituto El Costillar de Rocinante.

¿Quién fue Carlos Bastidas Arguello?

Carlos Bastidas Argüello estudió periodismo en Estados Unidos. Cubrió los sucesos de Hungría, en 1956, y asistió a las caídas de las dictaduras de Rojas Pinillas, en Colombia, y de Pérez Jiménez, en Venezuela, como enviado especial de distintos periódicos del Ecuador, según los antecedentes ofrecidos en el libro Andanzas de Atahualpa Recio, de Juan Marrero.

Vinculado a un movimiento político democrático y progresista del Ecuador, sus escritos periodísticos, publicados en medios de Guayaquil y Quito, lo identificaron con los sectores empobrecidos y marginados, particularmente los indígenas. Cuando llegó a La Habana a establecer los vínculos con las fuerzas clandestinas del Movimiento 26 de Julio, que facilitaron su arribo a la Sierra Maestra –donde logró entrevistar a Fidel Castro–, Bastidas recorrió el mismo camino que hicieran otros periodistas latinoamericanos, entre ellos el argentino Jorge Ricardo Masetti. Por esa época, Bastidas trabajaba en un libro sobre la caída de las dictaduras militares en América Latina, en el que aspiraba a incluir a Fulgencio Batista.

El joven periodista colaboró con la incipiente Radio Rebelde, Mientras permaneció en el territorio oriental liberado por las guerrillas su voz llegaba a los oyentes de la emisora identificándose como Atahualpa Recio, el inca que resistió a los colonialistas españoles. Masetti coincidió con Bastidas en la Sierra Maestra. En su libro Los que luchan y los que lloran registró que el reportero ecuatoriano fue cautivado por la magia de la Revolución, incorporándose fuerzas rebeldes como un luchador más.

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Asesinato en La Habana

De regreso en La Habana, fue asesinado por un agente de la dictadura de Batista, que también tuvo participación en el asesinato del dirigente político Dr. Pelayo Cuervo Navarro, el 13 de marzo de 1957. El asesinato de Bastidas fue perpetrado en un bar de la calle Prado esquina con Neptuno, precisamente donde se colocará una de las placas recordatorias, lugar en que el periodista planeaba realizar un contacto con miembros del Movimiento 26 de Julio, en vísperas de su salida de Cuba.

El asesinato quedó impune. Hubo una farsa de juicio militar donde se estableció que el asesino cumplía órdenes de Pilar García, uno de los más sanguinarios jefes militares de la tiranía. El cadáver del reportero permaneció retenido por tres días, hasta que lo reclamó y rescató el Colegio de Periodistas de Cuba, institución ante la que el reportero ecuatoriano acudió en busca de protección apenas regresó a La Habana. Ante la gran repercusión internacional del asesinato, el régimen entregó días después una versión amañada del crimen.

Por gestiones de la UPEC, los restos de Bastidas fueron trasladados en 1997 al Panteón de los Mártires de la Independencia, en la Necrópolis de Colón, donde también reposan los combatientes internacionalistas cubanos caídos en Angola. Bastidas fue el último periodista asesinado en Cuba, pero su muerte nunca fue condenada por Reporteros Sin Fronteras y la SIP, como tampoco ocurre con la desaparición, torturas y asesinatos de casi un millar de periodistas latinoamericanos durante las últimas cuatro décadas. Sólo en los primeros cuatro meses del 2008 fueron asesinados 15 periodistas en América Latina y el Caribe, según informó la Comisión de Atentados a Periodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). Esta estadística fatídica resulta mayor que la mitad de los 27 periodistas ultimados en los 12 meses de 2007.

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El aniversario número 50 del asesinato de Carlos Bastidas coincide con el medio siglo de vida de Radio Rebelde. «La UPEC concibió este programa de actividades inspirada e un profundo respeto a la integridad física y moral de los profesionales del periodismo y que las nuevas generaciones de periodistas conozcan y profundicen en el pensamiento y acción de este hombre latinoamericano que vivió comprometido con la causa a favor de la independencia y la libertad de nuestros pueblos», explicó su presidente, Tubal Páez.

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* Ernesto Carmona es consejero nacional del Colegio de Periodistas de Chile y Secretario Ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas, CIAP-FELAP.
Antonio Moltó es director del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.



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