Libia: la carnicería y los carniceros

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Dicho sea de paso: los medios de las grandes empresas denuncian esas matanzas y esas fosas comunes, pero Kadafi colaboraba entonces con el Mossad israelí, con los servicios de inteligencia de Londres, con la CIA y era gran amigo de los gobiernos de París, Londres y Roma, que además sostenían a los dictadores egipcio y tunecino tal como lo hacía él, garantizando la pax israeliana en la región. ¿Es posible que todos esos servicios secretos y todas esas embajadas repletas de espías y hombres de negocio antiárabes no supiesen nada de lo que comentaba horrorizado medio Trípoli? ¿Y es posible que los dirigentes del régimen, como Yalil o Yibril, ignorasen lo que hacían sus subordinados? ¿Sólo Kadafi era un carnicero, un sádico, un sediento de sangre y de dinero? ¿Los "arcángeles" de la OTAN que bombardean a civiles para "salvar las vidas" de otros civiles (de otras tribus) tienen su conciencia tranquila y no saben que estrechan manos manchadas de sangre de militantes islámicos, nacionalistas marxistizantes, comunistas, enemigos del clan o de la familia?

La discusión en la izquierda internacional sobre la lucha en Libia no parte de los hechos, que ignora, sino de posiciones apriorísticas. Toda la historia libia está marcada por el regionalismo, por los conflictos interétnicos y por las diferencias entre las tribus y clanes. El gobierno de Kadafi no unificó el país: simplemente lo cubrió con una capa de plomo mediante la represión y acuerdos variables con los jefes de las tribus. Antes que libios, los bereberes siguen siendo bereberes, los tuaregs, tuaregs, los de Cirenaica no se sienten iguales a los de Trípoli ni a los de Fezzan, y la solidaridad se otorga antes al clan y la tribu que a un programa. En Libia, debido a Kadafi, jamás existieron partidos, sindicatos, mutualidades, organismos de autorganización popular ni medios de información populares independientes. Cuando Kadafi era panarabista nacionalista, los marxistas iban presos o se exiliaban para salvar el pellejo. Cuando fue prosoviético, lo mismo sucedió con los palestinos, los islamistas o todos los que criticaban esa política. Y cuando se hizo socio de los imperialistas, en los años 80, asumió como propios y encarceló a todos los enemigos de éstos. Lo único perdurable en Libia fue el tribalismo y el kadafismo, o sea la utilización del aparato estatal.

Por eso resiste Sirte, sede de la tribu de Kadafi y donde se concentraron sus cuerpos de elite africanos y mercenarios. A diferencia de Túnez, donde siempre hubo vida política y existieron grupos de izquierda marxista, y de Egipto, donde eran reprimidos no sólo los Hermanos Musulmanes sino también comunistas y trotskistas y había una fuerte vida cultural, Kadafi hizo que Libia fuese también un desierto en lo político y lo cultural. Eso explica la resistencia tribal en Sirte y la confusión en el CNT.
 

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