La idea es que, a través de sus gobiernos respectivos, los pueblos y naciones del mundo tengan voz y decidan en una instancia supranacional lo más conveniente para el planeta, cautelando sobre todas las cosas la paz.
No es así. los representantes de poco más de 600 millones de personas (gobiernos de Bosnia, Gabon, Liban, Nigeria, Africa del Sur Colombia y Portugal y titiriteros de EEUU, Francia e Inglaterra) torcieron la mano de casi tres mil millones de almas (el resto del mundo).
O sea: la invasión a Libia va.
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