Los «ocupa» en EEUU: sopla una brisa democrática por este país

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Esta ola de protestas, en 21 días, ha obligado a los medios a cubrir cada vez más este fenómeno. Un análisis del New York Times revela que el 17 de septiembre, al iniciarse la acción, sólo hubo 10 reportes en los medios tradicionales (televisión y medios impresos). Cuando la policía realizó una primera represión, una semana después, este número se elevó a 96 reportes, y siete días más tarde se incrementó a 115 notas/reportes en la segunda represión en el puente de Brooklyn, con el arresto de 700 manifestantes. El 2 de octubre llegó a 258; al día siguiente a 391, y a 482 el 6 de octubre, al registrar la marcha masiva de apoyo en Nueva York. El promedio ahora a lo largo de las tres semanas de la existencia de Ocupa Wall Street a nivel nacional es de 144 reportes diarios en los medios tradicionales de noticias.

Pero si bien Ocupa Wall Street ha provocado un debate entre las cúpulas, lo más notable es el diálogo que ha generado en las calles. En la Plaza Libertad de Nueva York hay foros casi a diario en los cuales se presentan figuras como Michael Moore, Naomi Klein, Slavoj Zizek y el extraordinario ambientalista Bill McKibben, quien recientemente impulsó una de las acciones de desobediencia civil más grandes de los tiempos modernos contra un proyecto de oleoducto transcontinental (de Canadá a Texas). También se llevan a cabo foros con la Alianza de Taxistas de Nueva York, representantes del Movimiento de Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, y con la Red de Justicia para Prisioneros.

A la vez, llegan representantes de movimientos en otros países: un par de griegos, unos españoles del 15-M; Mohammed, un egipcio que afirmó que este movimiento ahora abarca "desde la primavera árabe a la caída de Wall Street". Agregó: "muchas cosas nos mantienen separados: fronteras, inseguridades internas, ejércitos, policías y empresas. Ellos tienen sus leyes, pero nosotros tenemos nuestra revolución. Somos el 99 por ciento".

Estos diálogos se realizan y repiten en las decenas, tal vez cientos, de espacios públicos que se van "ocupando" casi a diario a lo largo del país. Pero también se lleva a cabo en el universo cibernético. Según algunos informes, más de 200 cuentas de Facebook y Twitter han sido creadas en ciudades de todo el país para abordar tanto los temas nacionales como los locales relacionados con las protestas, así como para coordinar acciones y mítines.

Aún está por verse si esta expresión disidente se limita a ser una ola de protestas o logra volverse un movimiento. Pero por ahora, desde Wall Street, el sitio más antidemocrático del planeta, ha logrado hacer soplar una brisa democrática por este país. Empieza a brotar lo que siempre hay abajo: cooperación, colectividad, compartir alimentos e ideas, reconocer que nadie por sí solo puede existir. Renace aquí tal vez el elemento más precioso en el mundo: la solidaridad.

Si eso logra florecer, será un triunfo mucho mayor que sólo ser "reconocido" por la cúpula. Por ahora, están muy ocupadas las líneas de un nuevo diálogo en las calles, casas y plazas en este país.

*Corresponsal de La Jornada de México en EEUU

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