Mentira

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Mentira es la afirmación de algo que no es verdad, mentiroso el que dice a sabiendas, algo falso con intención de engañar al prójimo. Todas las madres han vivido el día en que sus hijos comienzan a mentir y se han dado cuenta que cuando eran niñas, también ellas contaban cuentos e incluso todavía lo hacen. Se diría que mentir es una “cualidad” humana.

Curiosamente, porque la política es la más alta expresión de la vida social, la paradoja consiste en que quienes más mienten son ….los políticos.

La mentira no solamente pasa por ver las cosas desde otra perspectiva, significa también, simular, infringir o fingir.

Por cortesía, cobardía, presunción, comodidad y no en último lugar por pura necedad inventamos, para salirnos de situaciones incomodas, en las que la verdad podría ocasionar casi siempre más daño que el valor de la cuestión en sí.

Cuando uno se remonta al Nuevo Testamento encuentra que Pedro, negó tres veces desconociendo a Jesús, porque sintió miedo y para que no lo involucraran con alguien que predicando una nueva religión subvertía el orden de la época. Desde entonces lo ha hecho toda la gente en apuros.

Uno se plantea si los personajes de la inquisición tergiversando sus opiniones, hubieran salvado sus vidas y de alguna manera cambiado la historia.

En el fondo estas pequeñas argucias no se diferencian de la fabula, sólo se trata de un argumento de cualidad: la relación de patraña y falacia, es la misma que entre defensa propia y agresión.

Muchos tipos de mentira. Esta la bola: embustes y mentiras de gran tamaño, por lo que resultan fáciles de descubrir. El cuento, que es todo enredo o chisme, que se dice de una persona con deseo de engañarla o de ponerla a mal con otra, por tanto, es una mentira de pura invención, donde juega un papel importante la malicia humana. El embuste es una mentira burda y grande pero artificiosamente disfrazada de realidad. Mientras que la fabula es un relato falso o ficción con visos de verdad, que se emplea para encubrir la realidad.

Falsedad es todo lo que carece de verdad y autenticidad. Infundio es un término que se utiliza en cualquier noticia falsa. Invención, es toda ficción, engaño o cosa labrada en la propia imaginación, y patraña es una mentira fantástica, difícil de creermentira1

A pesar de todo no quiero hacer una justificación de esas falsedades que no tienen porque tener lugar, que, no deberían ser necesarias. No decir la verdad puede ser cómodo en un momento determinado, pero lleva al mentiroso a situaciones críticas, que, bajo ciertas circunstancias terminan por descubrirse, creando una confusión cuando no se tiene certeza de que es mentira y que es verdad. Existe además ese tipo de trampa caritativa, amistosa, que quiere ahorrarle a una persona algo desagradable. Resulta incomodo decirle a alguien que está pasado de peso, que es aburrido, o algo parecido, eso hace daño y para evitarlo preferimos mentir.

Vivimos una época en que la mentira se ha vuelto una institución, donde, además, cualquiera tiene derecho a que se dé publicidad a sus mentiras; donde son pocos los que osan cuestionar a quienes mienten y mucho menos los que se atreven a denunciar el permanente engaño de que nos hacen víctimas; pocos piensan que a veces, peor que decir mentiras es callar verdades, donde mucho que quienes mienten, son quienes temen decir la verdad; donde el silencio de los mejores hace que solo se escuchen las voces de los mediocres, donde quienes dicen verdades que lesionen el juego político son tildados de oposición, imperialistas de fascistas o golpistas.

Cuando uno piensa en la verdad y en la mentira es posible que vivamos más en la mentira que en la verdad. Incluso si nos vana solicitar un dinero para algo determinado hermanos y amigos comienzan contadote algo dramático para que el pedido resulte infalible. Si tienes la suma requerida lo agradecen con emoción. Pero es cuando te lo devuelven que nos informan que necesitaban ese dinero para algo muy distinto, pero que si lo hubieran manifestado creen no haberlo conseguido. Esto indica que mentimos porque no sólo desconfiamos de los demás sino de nosotros mismos.

La mayoría de las personas inventan porque lo necesitan, por salir de un apuro, otros para alardear algo que no son o para desacreditar a alguien con sus mentiras, y no se debería ser demasiado indulgentes con ellas, ya que cada embuste exige otro y otro, de una patraña se puede producir una autentica avalancha de superchería. Además el embaucador necesita de un aprendizaje: tiene que poseer buena memoria.

Aquellas mentiras que en un inicio pueden parecer “inocentes” y el hecho de que se digan con frecuencia o como parte de un cálculo deliberado, indican que algo serio está ocurriendo con esa persona. La elucubración permanente de historias falsas haciéndolas pasar como verdaderas, y creyéndolas como tal puede ser el inicio de una enfermedad.

La mitomanía, es un trastorno psicológico que consiste en mentir de manera compulsiva y patológica. El mitómano falsea la realidad para hacerla más soportable e incluso puede tener una imagen distorsionada de sí mismo, generalmente con delirio de grandeza. Miente para ganar prestigio, manipular a los demás o hacer daño.

Asimismo, muchas veces el mitómano llega a creerse sus propias historias, y a confundirlas con su vida real y puede generar serias consecuencias en su familia y entorno social.

Esta patología se da en diversos escenarios: el alumno que miente porque no hizo la tarea; el empleado que inventa una historia en su centro laboral para faltar; aquella persona que busca impresionar con algo que no tiene o no es; aquel que intenta desprestigiar a un tercero para hacerle quedar mal; el que roba y culpa a otro, entre otras cosas.

La verdad te hace grande pero a menudo te limita y te frustra. Un jugador pudiéramos considerarlo un mentiroso profesional, no en los casinos sino en esos juegos de garito clandestino; apuesta hasta aterrorizar a los demás, cuando en realidad no tiene ningún juego. Eso también lo vemos a cada rato en política, sobre todo en las campañas electorales.

Es importante que antes de decir algo, juzgar a alguien o suponer un hecho, se investigue bien para no caer en la mentira y con ello evitar perjudicar a otra persona.

Las personas de la tercera edad, la vida les ha enseñado a mostrarse tal y como son a través de la experiencia han comprendido que las charlatanerías salen rápidamente a la luz. Sin embargo, ellas también, en ocasiones mienten.

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