México: 50 mil muertos y la caravana al corazón de la tiniebla
La eternizada «guerra contra la droga» puesta en marcha casi un siglo atrás por los gobernantes estadounidenses es una guerra curiosa: los muertos están en otra parte y las drogas ilegales siguen donde mismo, convertidas en un estupendo negocio planetario. Y también es curiosa, porque en ocasiones (léase «affaire Contras» en Nicaragua) Estados Unidos ha usado el narcotráfico para sus propios fines político-militares.| ALEJANDRO TESA.
En la actualidad el principal campo de batalla contra la producción de estupefacientes se encuentra en América Latina, con Colombia como el demonio productor número uno, seguido de México y Perú, de plantaciones de coca con ese objeto. El productor tradicional de coca, Bolivia, se vio —dijeron sus autoridades— obligada a expulsar la la sacrosanta DEA por estar metida hasta el cuello en tareas de comercio de cocaína —y labores de desestabilización y espionaje político.
Colombia, y en parte gracias a la estirpe de que forma parte el ex presidente Uribe Vélez, es lo más parecido a un narco-Estado con «factorías» —laboratorios y enclaves de distribución en casi todos los países latinoamericanos; en Chile, por ejemplo, el narco controla literalmente decenas de barriadas populares.
Es en México donde el narco, empero, protagoniza —con el Estado mexicxano como antagonista— la mayor tragedia de nuestra época, como que la cuenta de muertos, varones y mujeres, salvajemente torturados antes de morir, muchos decapitados o desmembrados todavía vivos sube ya a comprobadas 50.000 personas —nadie se atreve a calcular el número total, muchos atribuibles a los «coyotes» que maneja en tráfico fronterizo de migrantes (de América Central a México y de México a Estados Unidos) o a otras formas de delincuencia.
Con un hijo asesinado, el periodista y poeta Javier Sicilia junto a otros luchadores por los derechos humanos formaron el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad para intentar hacer oir la voz de los preteridos y víctimas de la violencia al gobierno mexicano. En caravanas multitudinarias el MPJD ha recorrido el país con un mensaje que si no tiene referencias y referentes políticos nítidos, ha conseguido despertar la conciencia ciudadana.
Y ahora esa organización recorrerá parte del territorio estadounidense con el mismo mensaje: parar la violencia descontrolada y protestar contra la ineficacia de la guerra contra las drogas.No estarán solos en ese país. Un centenar de organismos estadounidenses de derechos humanos apoyan la caravana que desde California tiene planificado llegar hasta Wáshington DC.
“Más de 100 organizaciones ciudadanas de Estados Unidos se unirán al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) de México para emprender la ‘Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad’ a lo largo de Estados Unidos”, indicó el viernes la Drug Policy Alliance (DPA), que aboga por la despenalización de la marihuana y organiza la protesta.
Entre los organismos que acompañarán a Sicilia se cuentan la Alianza de Comunidades Latino Americanas y Caribeñas (NALACC), la Asociación para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), Policías Contra la Prohibición (LEAP) y el organismo internacional de defensa de los derechos humanos Global Exchange: “Esta caravana ampliará, a niveles sin precedentes, la conversación sobre los daños que hace la guerra contra las drogas a las comunidades, tanto a las de México (…) como a las de Estados Unidos”, dijo a la AFP Ted Lewis, portavoz de Global Exchange.
Además de los muertos y desaparecidos en México, la caravana en particular quiere llamar la atención sobre el racismo y la sobrepoblación carcelaria en Estados Unidos —el país con más presos en el mundo—, problemas que -según los manifestantes- se vinculan a la guerra antidrogas iniciada hace 40 años por el entonces presidente Richard Nixon.
“La NAACP se ha unido a esta coalición para pedir el fin de las ineficientes políticas de justicia criminal, como la guerra contra las drogas y el uso de perfiles raciales, porque no logran enfrentar los problemas reales de nuestras comunidades”, declaró el presidente del organismo, Benjamin Todd Jealous.
Por otra parte, la organización hispana NALACC, según dijo su dirigente Oscar Chacón, piensa que la versi´ònj estadounidense de la Caravana por la Paz creará conciencia sobre la guerra contra las drogas, pero además sobre “el enfoque altamente punitivo de la migración humana, las políticas anti inmigrantes que promueven el odio y el encarcelamiento sistemático (…) de las minorías raciales”.
“La caravana, que partió el domingo 12 de este mes de agosto, también llega a Estados Unidos en un momento político clave”, dijo Lewis, de Global Exchange, refiriéndose a la campaña electoral estadounidense de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. “Esto es intencional, pero no para tener impacto electoral, sino para que se involucre este problema en la conversación: ¿qué puede hacer Estados Unidos para cambiar el clima en torno a estos asuntos?”, afirmó.
La caravana partirá de Tijuana desde donde cruzará a California, y recorrerá la frontera con México y la costa este estadounidense para finalizar el 12 de septiembre en Wáshington.
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Fuente: www.lr21.com.uy —y diarios y agencias de México y estadounidenses.
Para mayor abundamiento
— Sobre la organización de la caravana puede leerse la entrevista del poeriodista Mario Casasús a Javier Sicilia aquí.
— Sobre la situación colombiana, puede verse una entrevista al periodista francés Romeo Langlois aquí.
Es un tema interesante, por esto es preciso tratarlo con la máxima rigurosidad, pero lamentablemente el autor de este artículo cae en ambigüedades en la entrega de su información, la que no se caracteriza por tener una redacción un poquito más clara, hay exceso de «coma» y de «oración intercalada» que debilitan mucho la claridad del mensaje. Además, le recomendaría a Alejandro Tesa que antes de mandar el texto para su publicación debe darle unas tres o cuatro lecturas previas, la corrección ha de ser imprescindible permanentemente, y más aún si será de divulgación pública.