Perú, entre el fantasma de un golpe y la consulta para una nueva constitución
Mariana Álvarez Orellana - CLAE
El primer ministro peruano, Aníbal Torres, denunció aprestos de un golpe de Estado, en una jornada en la que militares en retiro hicieron un desaire al presidente Pedro Castillo y éste anunció que enviará un proyecto al Congreso para consultar a los ciudadanos en las elecciones locales de octubre si quieren una nueva Constitución.
Mientras se esperaba que Castillo convocara al Acuerdo Nacional para afrontar la crisis política que atraviesa el país, el mandatario sorprendió con un proyecto de ley para consultar el cambio de Constitución durante Elecciones Municipales y Regionales.
“Vamos a hacer llegar un proyecto de ley al Congreso de la República, siguiendo el curso constitucional, para que en estas próximas Elecciones Municipales y Regionales, el Congreso de la República apruebe este proyecto de ley para que también, a través de una cédula, se consulte al pueblo peruano si está de acuerdo con una nueva Constitución”, precisó desde Cusco.
El 10 de abril último el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) comunicó que la convocatoria a referéndum para validar una reforma constitucional no puede hacerse por sí sola ya que se necesita la aprobación del Parlamento. Al ser un proyecto de reforma constitucional, esta necesita pasar en primer lugar por la Comisión de Constitución que lidera Patricia Juárez (Fuerza Popular) y de ser aprobado pasar al pleno.
Los analistas se plantean si Castillo logrará que el proyecto tenga luz verde. El camino es complicado, pero tiene dos vías. El primero se basa en que sea aprobado con más de la mitad del número legal de parlamentarios o en su defecto en dos legislaturas con un mínimo de 88 votos.
El oficialismo culpa a la actual Constitución, promulgada en 1993 por el entonces presidente ultraderechista Alberto Fujimori, de ser responsable por las inequidades económicas en Perú, al consagrar un modelo de libre mercado. «Nosotros haremos llegar ese proyecto de ley que vamos a trabajar inmediatamente», agregó Castillo ante el Consejo de Ministros en Cusco, antigua capital del Imperio Inca.
“El Perú no sale adelante, está entrampado, por haber elegido mal, por haber elegido un presidente que es absolutamente un analfabeto”, señaló el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, quien agregó los cuestionamientos de corrupción y mal manejo del gobierno. Sus declaraciones terminaron por despertar críticas contra él mismo, de derecha a izquierda, en otro lamentable episodio que suma a su reciente historial.
El golpe tan anunciado
En un discurso ante dirigentes sociales en la surandina ciudad de Cusco, Torres llamó “a todas las fuerzas políticas y a las autoridades para “que nos pongamos de acuerdo y mantengamos la democracia”. Y atribuyó el golpismo a un sector pequeño pero de gran poder económico que no reconoce la victoria electoral de Castillo. Ese grupo, según dijo, se encamina a un golpe y ha intentado la vacancia (destitución por el Parlamento), un juicio constitucional y la renuncia presidencial, rechazada por el gobernante.
Torres señaló que el plan golpista «va a avanzar hasta lograr que algún o algunos altos miembros de las fuerzas militares se pronuncien también por dar el golpe de Estado” y señaló que en la conjura están involucrados grandes grupos económicos opuestos a los proyectos de ley del Ejecutivo para combatir a los monopolios, el acaparamiento y la especulación de precios. “El pueblo tiene derecho a la autodefensa”, por supuesto dentro del ordenamiento jurídico y manteniendo la estabilidad política, dijo.
Mientras, cinco exoficiales de las fuerzas armadas abandonaron, como rechazo a Castillo, una ceremonia oficial de conmemoración del 25 aniversario del rescate de 72 rehenes. Los protagonistas del incidente integraron el grupo de 140 comandos de élite del Ejército y la Marina que rescataron a los rehenes de la casa del embajador japonés, secuestrados por 13 integrantes de un grupo armado, a los que dieron muerte. Los excomandos asistentes, además, se mantuvieron sentados, sin ponerse de pie cuando llegó el presidente y recibió honores militares.
El ministro de Defensa, José Luis Gavidia, manifestó su rechazo al desaire de los excomandos al presidente y dijo que, si bien son militares en retiro y pueden tener posiciones políticas discrepantes, deben expresarlas en otros espacios y momentos. Negó rotundamente aprestos golpistas de las Fuerzas Armadas y afirmó que estas defienden la constitución y la democracia.
* Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)