¿Podrá la derecha fascista contener a los pueblos?

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Alberto Maldonado S.

La respuesta es sí. Si nos descuidamos, si seguimos considerando que los pelucones de todos nuestros países “son unos tontos”; Si seguimos exigiendo a nuestros gobiernos que hagan la revolución “marxista” que nosotros nunca pudimos ni siquiera empezar. Y, sobre todo, si dejamos de comprender que la derecha es un ser vivo, que tiene muchos recursos y muchas maneras de seguir confundiéndonos, agrediéndonos, dominándonos.

La respuesta es un sí rotundo si los medios sipianos siguen repartiendo mentiras, odios, manipulaciones, sin ruborizarse; y sobre todo sin que haya una respuesta oportuna, eficaz y contundente, como debe ser.

El problema está en que, mientras los pueblos están probando y encontrando nuevos caminos de superación y progreso, nuevas formas para salir del subdesarrollo y la inequidad, se enfrentan a una cerrada y articulada oposición no solo de la derecha cavernaria y mediática sino de grupos políticos que, definiéndose como revolucionarios o progresistas; sin embargo, le hacen el juego a la ultra oposición derechista y ensayan  un frente de violenta oposición, como si fueran sus peores enemigos.

Esta historia tiene larga data. La revolución bolchevique de 1917, desde su nacimiento hasta su extinción (1990) tuvo al frente una derecha cavernaria que la combatió desde el primer instante; y una izquierda (supuesta y/o real) que, poco a poco,  le condujeron a su extinción. En la parte final, se valieron de un borracho empedernido (Boris Yeltsin) y de un veleidoso “comunista” (Gorbachov) para darle la puntillada final, sin pena ni gloria; más bien dicho, con más pena que gloria.

En América Latina, esta conspiración permanente qué no ha hecho y qué no seguirá haciendo por acabar con la revolución cubana; solo que en este país, una dirigencia revolucionaria de primerísimo nivel (Fidel, el Che, Raúl, entre los más conocidos y recordados) más un pueblo revolucionario hasta la médula, han sido capaces de sacar adelante ese proyecto revolucionario, contra viento y marea.

Y cuando todos pensaban (y algunos hasta apostaban) que si se hundía la antigua URSS, se irían a pique los demás países socialistas, veinte años después de esta estrepitosa caída, Cuba sigue resistiendo y dando ejemplo al mundo entero de cómo debe ser un pueblo y una dirigencia verdaderamente revolucionarios.

Fue precisamente la Revolución Cubana la que despertó al monstruo en América Latina. La CIA-SIP, los gobiernos demócratas y republicanos USA (que a la final son lo mismo) las pequeñas y medianas burguesías de nuestros países, la gran prensa continental, la USAID y muchos organismos retardatarios más, decidieron, hace décadas, que, mientras se atacaba a ese “país infiel” (el bloqueo genocida y despiadado, el terrorismo más cruel, la marginación internacional, etc.) no se permitiría a ningún otro país latinoamericano que intente, por cualquier vía, seguir por el camino de Cuba.

Es abultadísima la agenda de crímenes de lesa humanidad, asesinatos, persecuciones, desplazamientos que registra la ultra derecha, cuando desplaza a un gobierno o un movimiento político, que en un momento determinado pone en riesgo las mil y una prebendas de que gozan los dueños de la democracia y la libertad.

El propio pueblo estadounidense debe poner las barbas en remojo sobre esta “cumbre ultrista”  ahora que deambula por ahí, ganando, el Tea Party; o sea, el nuevo fascismo USA.

* Periodista.

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