Populismo, ¿otra vez?

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Todas las señales empiezan a mostrar el inicio de una ola populista  que se extiende desde Europa al continente Americano y que señala la crisis de la hegemonía neoliberal que se inaugura en los 70’s con el asesinato del presidente Allende en Chile. Hasta ese momento el modelo socio económico dominante  en el capitalismo era el sistema de Bien Estar basado en el keynesianismo que el neoliberalismo reemplaza por la imposición  de nuevas reglas en el mercado:  desregulación, privatización, austeridad fiscal y un Estado reducido solo a la protección de los derechos de la propiedad privada, el libre mercado y el libre comercio.

El resultado ha sido una sociedad  basada completamente en el egoísmo y la posesión individual. El modelo funcionó sin grandes desafíos hasta la crisis financiera del  2008 que puso en evidencia sus límites al desencadenar la recesión económica y la pauperización de la clase media, de la cual el mundo occidental todavía no se recupera totalmente.Resultado de imagen para Chantal Mouffe

 Según la politóloga belga Chantal Mouffe todavía no se avizora la solución de la crisis y el populismo es la expresión de una variedad de resistencias  a las transformaciones económicas y políticas ocurridas durante el neoliberalismo que inaugura la etapa de la pos democracia definida por el desbalance entre el interés de las corporaciones y todos los otros grupos integrantes de la sociedad. Esta entropía inevitable de la democracia concentra  masivamente el poder en una elite cerrada, no diferente a los tiempos de la pre-democracia, en donde las disputas y contradicciones sociales se resuelven solamente a través de los mecanismos estatales y  la interacción de los intereses corporativos.

Con la desaparición de los valores democráticos de la igualdad y la soberanía popular  los espacios para la confrontación de diferentes proyectos desaparecen y los ciudadanos pierden la posibilidad de ejercer los derechos democráticos. Todavía hablamos de democracia, pero esta ha quedado reducida a elecciones electorales en donde los políticos pasan por un complejo proceso de selección que le asegura al verdadero poder que ellos no constituyen una amenaza  a su dominio.

Resultado de imagen para SOCIALDEMOCRATASLos partidos socialistas y socialdemócratas  han sido incapaces de defender lo derechos de los trabajadores, lo que los ha condenado a un rápido proceso de declinación. Por otra parte, los que se oponen al consenso neoliberal se presentan como extremistas o  populistas y cualquiera expresión política  o protesta que puedan  llevar a cabo en las calles del mundo se reprime con toda la brutalidad de las fuerzas del orden, como lo vemos en Francia en contra de los chalecos amarillos o en EU en contra de los indígenas y ambientalistas que se oponen a la construcción de oleoductos.

  Es en este contexto pos democrático donde habría que ubicar el populismo. De acuerdo con Mouffe el eje central del conflicto político será entre el populismo de derecha y el populismo de izquierda. Según Laclau, populismo es la estrategia de construir fronteras políticas que dividen a la sociedad en dos campos y llama a la movilización  de los desposeídos en contra de la elite dirigente. No es una ideología y no se le puede atribuir un contenido programático específico. Es una forma de hacer política que puede adoptar diferentes formas ideológicas según el lugar y el momento  y puede ser compatible con una variedad de marcos institucionales.

La privatización y la desregulación han contribuido drásticamente a la deterioración de las condiciones de vida de los trabajadores. Es esta situación de marginalización económica la que trae el “momento populista”.  Al comienzo, la mayor parte de la resistencia en contra del orden político-económico  vino de la derecha… Frente Nacional en Francia o el FPO en Austria, por ejemplo, que trazaron la frontera entre el pueblo y el establishment político expresando  las demandas de los sectores populares en un lenguaje racista y ultra nacionalista.

Signos de populismo de izquierda aparecen en el 2011 con la variedad de movimientos anti globalización en el occidente, seguidos por el movimiento 15-M y Resultado de imagen para populismoPodemos en España y Occupy Wall Street en EU, entre otros. Según Mouffe,  para contrarrestar el auge del populismo de derecha es necesaria una respuesta populista de izquierda que articule la lucha democrática en contra de la pos democracia.

El populismo de derecha quiere recuperar la soberanía nacional y restaurar la democracia, pero la soberanía nacional de la que habla, no incluye las demandas de igualdad y, el pueblo al que se refiere excluye numerosas categorías, como los inmigrantes y otros grupos étnicos, que califican de amenaza a la identidad y prosperidad de la nación, argumento que ya usaba el nazismo. Además no se refiere al actual sistema económico como adversario del pueblo y su victoria solo conducirá  a un neoliberalismo más autoritario y nacionalista. El populismo de izquierda, en cambio, busca una alianza popular capaz de confrontar el dominio oligárquico y la creación de una nueva hegemonía que permita la radicalización de la democracia.

¿Cómo se construye un pueblo? Según Laclau y Mouffe las identidades políticas no son una expresión directa de la posición objetiva que ocupan en el orden social y no hay nada natural  o inevitable en la lucha contra las relaciones de poder o en la forma que ellas puedan adoptar. No hay razón para reducir la política a la contradicción entre capital y trabajo o presumir  que el proletariado tiene un papel privilegiado a priori  en la lucha anticapitalista. Hay muchos otros puntos de antagonismo entre el capitalismo y otros sectores de la población  que indican que habrá una variedad de luchas anti capitalistas distintas del conflicto de clases.

La cadena de equivalencias, la unión política  de diferentes grupos a través de la cual el pueblo se va a constituir, dependerá de las circunstancias históricas y las tradiciones nacionales.  El “pueblo” no es un referente empírico, sino una construcción política. Como colectividad creada a través de una cadena de equivalencias el pueblo no es un sujeto homogéneo en donde todas las diferencias son reducidas a una unidad. En una relación de equivalencia las diferencias no desaparecen. Si así fuera  tendríamos  identidad en lugar de equivalencia. Es solo en la medida en que las diferencias  democráticas son negadas por la fuerza o el discurso imperante cuando estas diferencias  pueden ser sustituidas unas por otras.

Resultado de imagen para populismo afroamericanoEs por eso que la creación de una voluntad colectiva a través de una cadena de equivalencias exige la definición de un adversario, de una frontera política entre nosotros y ellos, entre el pueblo y la oligarquía, entre el 90% y el 10%.  Esta confrontación necesaria es algo que el neoliberalismo trata de evitar debido a la forma inadecuada de concebir el pluralismo. Reconoce que vivimos en un mundo en donde la multiplicidad de perspectivas y valores coexisten, pero cree que es posible constituirlos en un ensamblaje armónico. Este tipo de pensamiento, dice Mouffe, es incapaz de dar cuenta de la naturaleza necesariamente conflictual del pluralismo y de la imposibilidad de reconciliar todos los puntos de vista.

No es necesario negar la existencia del antagonismo para visualizar un orden democrático. Su mero reconocimiento es la condición de la democracia. Por supuesto, sin alguna forma de consenso no podría  sobrevivir, pero este consenso tendría que permitir la expresión agonística del conflicto a través de la elección de alternativas reales.

 La lucha en contra de la subordinación no es el  resultado directo de la subordinación, sino de la presencia de un discurso externo desde el cual la subordinación pueda ser interrumpida. Esto es lo que el discurso democrático de la igualdad y la libertad hizo posible en las últimas dos centurias, a pesar de los crímenes cometidos por el occidente. El objetivo del populismo de izquierda es la desarticulación del proyecto neoliberal y la instauración de una nueva formación social.Resultado de imagen para populismo

Una democracia con igualdad de derechos, apropiación social de los medios de producción, soberanía popular y una clara respuesta al desafío de la crisis ecológica que es lo que debe estar al centro de la agenda, bien diferente del discurso del libre mercado, la propiedad privada y el individualismo extremo. El proceso de radicalización de las instituciones democráticas lleva necesariamente a la confrontación con los intereses económicos  dominantes, pero no necesariamente al abandono de la legitimidad de los principios democráticos liberales. Lo que está en cuestión no es la extinción del Estado, sino la transformación de sus instituciones para ponerlas al servicio de un proceso de radicalización democrática, de ruptura con el orden hegemónico. La actual articulación entre capitalismo y democracia liberal es contingente y la democracia liberal puede articularse con un modo de producción diferente.

¿Es esto suficiente?  Desde que el neoliberalismo se transformo en el modelo hegemónico en la mayor parte del mundo conceptos como clase capitalista, clase trabajadora y lucha de clases  prácticamente han desaparecido del lenguaje político y los dirigentes de izquierda han dejado de usarlos. Ahora hablamos de una estratificación social en donde los ricos están arriba, los pobres abajo y el resto, la clase media, en el medio. Muchos teóricos de la izquierda, incluyendo Chantal Mouffe, consideran este hecho positivo… el análisis de clase ha sido un error cuyo resultado ha llevado a la subestimación  de otros conflictos.

Resultado de imagen para afroamericanos y obama Tratar la categoría de clases como algo irrelevante o ignorarla completamente hace difícil entender otras formas de protestas porque las clases intersectan con todas las otras categorías sociales… feminismo, raza, etnicidad, religión, nacionalismo, entre otros, afectando la conducta de los miembros de todo tipo de movimientos políticos. El feminismo, por ejemplo, esta definido y determinado, en gran parte, por la orientación de la clase social a la que sus líderes pertenecen.  En la misma forma la población afronorteamericana

en EU no mejoró su estándar de vida con el presidente Obama porque el era parte del establishment económico y financiero. La transversalidad que mejor une a todos los diferentes grupos antiestablishment sigue siendo la clase social.

Es aquí donde el concepto, aparte de si es esencial o no, adquiere una gran relevancia en el momento en que el proceso de proletarianización abarca a grandes sectores de lo que antes fue la clase media.  En la mayor parte de los países el dueño del capital y sus gerentes son los que  establecen los estándares económicos, políticos e informativos y mientras mayor sea su poder más baja es la cualidad democrática del país, como lo vemos en EU en donde la influencia de la clase corporativa  es prácticamente absoluta, en contraste con la debilidad de la clase proletaria. Es la fuerza o debilidad de la clase trabajadora, sea hombre, mujer, étnico, religioso o nacionalista, la que tiene un papel determinante en los niveles de desigualdad.

 Necesitamos reconocer ciertamente, como dice Chantal Moffe, la diversidad de conflictos sociales que surgen por todos lados, pero este reconocimiento no lo podemos hacer a expensas de las clases sociales, concepto todavía clave en la comprensión de la sociedad capitalista.

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