Protección infantil contra la violencia-3

2.503

De acuerdo a la definición dada por UNICEF en el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas especialmente Mujeres y Niños,  la trata de niños es la captación,  el transporte,   traslado, la acogida o la recepción de niños con fines de explotación. Es  una violación de los derechos del menor y su bienestar, y les niega  alcanzar todo su potencial.
La estimación de la Organización Internacional del Trabajo, realizada en 2002, indica que 1.2 millones de niños son objeto de trata cada año en el mundo.
Para reducir las vulnerabilidades que hacen que los niños  sean  susceptibles  a la trata de personas, UNICEF ayuda a los gobiernos en el fortalecimiento de las leyes, políticas y servicios que incluyen la revisión y la reforma de la legislación, el establecimiento de normas mínimas de trabajo, y el apoyo al acceso a la educación y trabaja con las comunidades para cambiar las normas y prácticas que agravan la inseguridad de los pequeños.
Proteger a los chiquillos víctimas de la trata requiere identificar a las víctimas a tiempo, ubicándolos en un entorno seguro, brindándole servicios sociales, de salud, de apoyo psicosocial y de reintegración con la familia y la comunidad, si se demuestra que es en su mejor interés.
UNICEF apoya a los países en el establecimiento de normas para abordar la trata de niños, tales como la formación y capacitación de personal  responsable en técnicas de entrevistas adaptadas a los menores.
Los niños privados del cuidado parental
Los niños a veces pierden su primera línea de protección, que son sus progenitores. Las razones de separación incluyen el secuestro, la trata de personas, la migración, la vida en la calle, el desplazamiento o reclutamiento por las fuerzas armadas, en otros casos viven en instituciones de atención alternativa debido a  problemas de salud, razones educativas, a la violencia familiar, la pobreza, la muerte de sus  padres o el estigma.
En 2008 en Europa Central y del Este alrededor de 1.3 millones de  chicos residían en instituciones públicas, algo menos de la mitad de las instalaciones de cuidados residenciales de gran escala e internados. En el Oriente Medio y África, se estima que más de 300.000 niños viven en residencias.
UNICEF, respalda las Directrices para la tutela de los niños, aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, que alientan los esfuerzos para mantenerlos  con sus familias cuando sea posible. Cuando ello no sea contrario al interés superior del niño, el Estado es responsable de proteger los derechos de los menores y de garantizar una atención alternativa adecuada, al cuidado familiar, otras formas de atención  basadas en el hogar  o una atención similar a la que ofrece una parentela, atención residencial o disposiciones de vivienda independiente supervisada.

Solo se debe recurrirá otro tipo de tutela cuando sea necesario, y de una forma apropiada que promueva el bienestar del niño con el objetivo de encontrar una  respuesta estable y segura a largo plazo, incluyendo cuando sea posible, reunir a los niños con su progenie. Las pruebas indican que la calidad de los cuidados alternativos es fundamental para el bienestar del niño. Los pequeños que reciben atención residencial a largo plazo corren el riesgo de que su desarrollo cognitivo, social y emocional se deteriore, sobre todo para los menores de tres años de edad.

La separación de las familiasninos abuso

Toda emergencia, ya sea un desastre natural o un conflicto armado, conduce a menudo a la separación  de los niños de su hogar y de sus cuidadores en medio de la conmoción por la supervivencia y la huida, Cuanto más tiempo quede separado un pequeño de su progenie más difícil es localizarla y mayor el riesgo  frente a la violencia, la explotación económica y sexual, el abuso y la trata potencial.
Durante las emergencias, los niños quieren estar con sus familias y  estas  desean estar unidas. La experiencia ha demostrado que la mayoría de los adolescentes separados tienen progenitores u otros familiares que quieren y pueden hacerse cargo de ellos. UNICEF, trabaja para prestar servicio a los niños aislados y  desamparados, con el objetivo de reunirlos con sus progenitores o cuidadores habituales lo más rápido posible en coordinación con las autoridades gubernamentales…
Si los acuerdos para una coordinación interina son necesarios UNICEF fomenta que estos se ofrezcan con vistas a preservar la unidad familiar, incluidos hermanos, que sean coherentes con el propósito de la reunificación familiar y garanticen la protección y el bienestar de las y los niños. La atención de la comunidad, incluida la acogida de menores, se prefiere generalmente a la atención en una institución, pues da continuidad a la socialización y el desarrollo. Los acuerdos de atención estables y a largo plazo, incluida la adopción, no deberían realizarse durante la fase de emergencia.
UNICEF trabaja activamente para prevenir la separación de las familias a través de medidas para el estado de preparación en países proclives a los desastres, así como durante una situación de emergencia, mediante el apoyo a las familias vulnerables para obtener acceso a los servicios y suministros básicos de socorro, la limitación y restricción del uso de las opciones de la atención en instituciones a menos que sea absolutamente necesario; la garantía de que se efectúan evacuaciones medicas de los niños de manera que brinden a poyo a la reunificación de los niños con sus familias una vez que el niño ha recibido tratamiento, y la concienciación entre las comunidades acerca de los riesgos de la separación familiar.

Mutilación genital/ablación femeninaablacion

La mutilación genital/ablación femenina se refiere a todos los procedimientos que entrañan la amputación parcial o total de los órganos  genitales externos femeninos u otras lesiones  por razones no médicas.
Se  estima que más de 70 millones de niñas y mujeres de 15 a 49 años de edad han sido sometidas a  este procedimiento en 28 países africanos, además del  Yemen y tres millones corren el riesgo de sufrir esta costumbre  cada año sólo en el continente africano. Se han documentado casos de la práctica en el Oriente Medio y también en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos de América, entre las poblaciones de inmigrantes procedentes principalmente de África. La mutilación genital, se lleva incluso a cabo, cuando la niña tiene tan sólo un año de edad.
Un estudio de 2006 de la Organización Mundial de la Salud encontró que la mutilación genital/ablación femenina también es perjudicial para los recién nacidos debido a los resultados obstétricos adversos que provoca y da lugar a uno o dos muertes perinatales que no se deberían haber producido por cada 100 partes, además puede generar hemorragias, infección, infertilidad e incluso la muerte.
Es una violación fundamental de los derechos de las niñas y es una norma social profundamente arraigada. Se trata de una manifestación de la discriminación de género. La práctica es perpetrada por los grupos sin una intención primaria de violencia, pero de hecho tiene una naturaleza violenta. Las comunidades la  realizan bajo la creencia de que garantiza el matrimonio apropiado de la niña, su castidad, su belleza o el honor de las parentelas. Algunos también la asocian con creencias religiosas aunque ningún texto sagrado disponga de una práctica de este tipo. Es una norma con un alcance social tan fuerte que las familias someten a sus hijas a la ablación incluso cuando son conscientes del daño que puede causarles. Si las sociedades dejaran de realizarla  por su cuenta correrían el riesgo de reducir las perspectivas de matrimonio de su hija así como la situación social de la familia.
Si bien la costumbre se ha mantenido durante más de mil años, la evidencia muestra que la mutilación/ablación femenina puede terminar en una generación. El dialogo con la comunidad y los programas de educación sobre los derechos humanos y los valores fundamentales dirigidos a los niños, los adolescentes y los líderes religiosos permiten a los miembros de la comunidad debatir formas alternativas para buscar lo mejor para sus hijas sin tener que someterlas a esta tradición. En varios países este proceso participativo ha llevado a las comunidades a organizar el compromiso público de abandonar esta práctica.

Bibliografía consultada:
-UNICEF: Protección infantil contra la violencia.
-Organización Mundial de la Salud.
-Organización Internacional del Trabajo.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.