Socialismo: Quiero mi auto, mi casa, mi heladera, mi buen sueldo y que todo sea bonito siempre

 Luigino Bracci*
 
 A muchos nos preocupan las decisiones que, desde hace varios meses, ha tomado el gobierno bolivariano. Algunos acusan al Presidente Chávez de dar un giro hacia la derecha. Los más extremistas incluso lo han llamado "traidor". Otros han asumido la actitud de defensa incondicional del Presidente, insultan a los primeros y los llaman "izquierdistas de cafetín", "radicales" y "ultrosos". Los segundos replican llamando a los primeros "focas", "oficialistas" y "jalabolas". 
 
 
Pero pocos nos hemos sentado a pensar que nosotros el pueblo también tenemos buena parte de la culpa de lo que está pasando. Y quienes trabajamos en medios públicos y alternativos también tenemos una parte importante de la culpa, al igual que el propio gobierno.
 
Cuando falló la aprobación de la reforma constitucional en diciembre de 2007, Chávez comprendió que el pueblo no estaba listo para una radicalización de la revolución. Fue el pueblo el que le dijo "No" a un montón de cambios realmente revolucionarios, y Chávez lo dijo aquella vez: había que "bajarle dos" a la revolución. Los famosos 5 motores se apagaron y se tuvo que suspender un montón de cambios socialistas que nos tenían llenos de expectativas. 
 
Perdimos la reforma, y de eso no quisimos hablar más nunca. Pero tal vez en esta coyuntura que estamos viviendo en el proceso, deberíamos volver a pensar en por qué perdimos hace un poco más de 3 años. 
 
Y estemos claros: La mayoría de los venezolanos, por muy chavistas que se digan, han terminado creyendo que el socialismo es que les llegue más dinero en sus quincenas, más tickets de alimentación, que el gobierno les dé una casa, una nevera barata, un carro iraní, un trabajo en el gobierno. Que tengas un médico que te atienda gratuitamente. Que el chamo estudie gratis. Pareciera que socialismo es simplemente pedir y recibir. 
 
Pero cuando ven que el gobierno hace cosas que causan incomodidad, protestas y confrontación en las calles, entonces muchos de estos chavistas acostumbrados a recibir, arrugan las caras. Cuando se sacó a RCTV del aire (decisión que apoyo completamente), muchos chavistas y gente de nuestros barrios se molestó bastante, y esto no lo estoy inventando; lo informaban muchas encuestas de la época, incluso la propia IVAD de Chacón y Merentes, que usamos con tanta frecuencia en el Sistema Nacional de Medios Públicos. 
 
 Y no es que sea malo darle cobertura a los ministros. Lo malo es que tengas 5 canales de TV y 3 cadenas de radio del Estado, todas haciendo prácticamente lo mismo, y el papel importantísimo de concientizar, de formar, de ingeniarse estrategias comunicacionales para concientizar al pueblo, no es hecho por nadie. Uno quisiera ver propagandas, cuñas y campañas creativas de 30 segundos o un minuto, repetidas decenas de veces durante el día, incentivando valores socialistas, explicando cómo funciona el mundo y el capitalismo, por qué los trabajadores somos explotados, cómo podemos revertir eso, pero nadie las hace. 
 
Todo lo contrario, algunas de las personas que intentaron hacer algún esfuerzo en pro de la ideologización, como la profesora Cristina González, han sido destituidas ya en dos ocasiones. Ni hablar de lo que le pasó a La Radio del Sur y a cuatro de sus programas más emblemáticos. 
 
Se intentó crear una escuela de cuadros del PSUV con el supuesto deber de concientizar al pueblo, y la misma falló rotundamente. El PSUV sigue siendo un partido electoral de masas, muy a pesar de las 5 líneas. Total, el pueblo sigue y seguirá sin conciencia, siguiendo a Chávez únicamente porque Chávez es chévere, pero sin ninguna conciencia del cambio económico, político y cultural que hay que lograr en la sociedad.
 
¿Socialismo es tener un Estado que le regala una computadora Canaima a tus hijos, que pone un módulo de Barrio Adentro cerca de tu casa, que te vende neveras y lavadoras chinas baratas, y que te da una casa si se te cae la tuya? Ustedes y nosotros sabemos que eso no es socialismo. Eso, en todo caso, es una consecuencia del socialismo (una consecuencia buena y deseable), pero un gobierno socialdemócrata que tenga algo de corazón también puede regalar computadoras para niños (Zapatero y Pepe Mujica lo hacen), poner hospitales gratuitos (Canadá y muchos países de Europa los tienen) y vender carros baratos (Hitler creó el Volkswagen, y definitivamente no era socialista).
 
El socialismo implica que el pueblo se apodere de los medios de producción y los controle. La construcción del socialismo genera confrontación, crea una lucha de clases que a juro requiere la participación de todas y todos. Si el pueblo no entiende eso, si el pueblo sigue creyendo que socialismo es que te vendan una nevera china a mitad de precio y que no hay que luchar contra los dueños del sistema económico, pues olvídense, que esta vaina se perdió. 
 
Hoy estamos preocupados por la salud del Presidente Chávez, inventando teorías conspiranoicas de que está en La Habana enfermo, o qué se yo. Pues yo creo que Chávez está bien, y que volverá en unos días. Pero tarde o temprano va a llegar el día en que Chávez se nos irá para siempre. Es un ser humano. ¿Estamos preparados para eso? ¿O nos resignamos a que, el día que Chávez se vaya, tendremos que calarnos a algún sucesor supuestamente revolucionario jugando a la conciliación con la derecha hasta que nosotros también nos muramos, viejos y frustrados? 
 
Este artículo puede sonar pesimista, pero todo lo contrario, somos muchos los que planteamos soluciones distintas a pactar con el empresariado y sus representantes políticos. ¡Iniciemos de una vez por todas un cambio profundo y radical en los medios públicos, para llevar conciencia a la gente de una forma distinta! 
 
*Periodista venezolano

 

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