Solo para chilenos: primarias, se abrió temporada de caza; no disparen sobre los precandidatos

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prima1Fue derrotada —en la primaria DC— Ximena Rincón, una pena; resultaba más cálida que el «ungido» Orrego y por cierto no menos inteligente —además parecía más seria, menos «profesional», si entienden lo que quiero decir. Las primarias son el último invento de la política chilena; el penúltimo fue la inscripción automática con voto voluntario, y probablemente constituya, como aquel, un fracaso. | LAGOS NILSSON.

 

De cualquier modo, y como dicen ahora los culteranos que hablan inglés traducido para el chileno medio, «al final del día» —es decir al final de cuentas, que es como siempre se dijo en nuestro a veces atrabiliario castellano—, lo que haya pasado por la mente de los convocantes de esos más de 50.000 ciudadanos que votaron en la primaria y por la de esos mismos ciudadanos carecerá de importancia —al nenos en el caso de los convocados.

 

Si la democracia en Chile vivía una tragicomedia, ahora ya sin tapujos protagoniza una farsa deleznable; las famosas primarias son echarle arena o aserrín a la desvencijada pista donde demasiado orinaron a mansalva para emborrachar la perdiz de los ingenuos que ven en ese ingenio político un simil de transparencia democrática.

 

Las primarias —creatividad yanki para remedar la libertad del ágora— son ajenas a la historia del país, no aseguran más apertura ni transparencia (¡término de moda que todo lo oscurece!) política y, por lo menos en este dramático 2013 que se ríe de sí mismo no significan nada. Se originaron en Estados Unidos hacia 1903 o 1904 por atendibles razones relacionadas con el funcionamiento de los partidos políticos sin juego de ideas internas y además en manos de «caciques» habitualmente corruptos.

 

Pronto vendrán más primarias en Chile: otros «tonies» y payasos, algunos equilibristas nuevos, los mismos viejos elefantes y gorilas; y ladrones sin su Alí Babá, en fin, llaman a votar casi privadamente para que luego los mismos electores voten públicamente por aquellos que ya eligieron sin ninguna responsabilidad; prima-bacheen medio, como preparando el festín, el Festival de Viña del Mar al que le fallta solo repartir muletas sobre el escenario para sus «artistas» —o silabarios para uso alcaldicio.

 

Los sufragantes (militantes, simpatizantes, intrusos, ociosos que en ellas participarán) no eligen nada. O sí: eligen partiquinos. El partiquino es comparsa. Al votar, en el caso por alguno de los «pre» de la Concertación, eligen entre los designados condenados al mutis (no habrá foro) cuando Mamá Oca decida que ya vive el mes de marzo o, si Mamá Oca por esas cosas del destino renuncia al vuelo, a un futuro derrotado que para entonces se habrá convertido en candidato oficial.

 

Es lo que espera al señor Orrego, o al señor Velasco, o al señor que ayer nomás no supo —en un remedo de primaria— responder ni como ciudadano ni como hombre (palabra anticuada) a la andanada de garabatos del que hoy funge como Presidente del Senado. Lo mismo sucederá al otro lado del espectro que muestra la otra cara de la realidad, con menos afeites, con los señores Golborne o Allamand. Chile es ua vergüenza ajena, le falta únicamente utilizar la palabra caucús para vivir su Primer Mundo de mentirillas.

 

Por ahora, primarias comprendidas, todos los primariantes con gozo se dedican a advertir no saben bien qué sobre el Partido Comunista, prolongando la agonia del otrora digno PC, solo que agitar a los fantasmas del antes del muro caído no se comprende ni por putas; queremos decir que a esos oradores se les nota más la hilacha que a la ministra Mathei —sin ofensa, desde luego, por las arrugas estiradas.

 

El drama, la futura tragedia que avanza como río de lava hacia el pueblito dormido, puede nominarse [nominar, para los íngrimos solitarios y abandonados de nuestra lengua, significa nombrar —que ser designado candidato a algo es otra cosa] y su nombre es Michelle Bachelet, alias Mamá Oca; su rechoncha figura, y es innegable, algunas migajas repartió cuando ejerció, poco gloriosamente convengamos la Presidencia, pero lo más importante de su acción es haber hecho lo que ninguna oca que se respete hará nunca; abandonar sus polluelos.

 

El señor Piñera recibió un país-desastre disfrazado de éxito [el no muy lejano antecedente de la palabra éxito significa salida]; eficiente como es lo dejará con más desastre que disfraz —sobre todo hablando de economía. Una eventual nueva presidencia de Mamá Oca, ¿qué será? prima-lex¿Acaso 17 millones de sogas, algunas para atar el equipaje de los que iran a revisar sus cuentas a bancos del exterior y la mayoría para atarse una piedra al cuello y terminar luego al fondo del, supongamos, lago Caburga?

 

No vale la pena perder tiempo con las primarias; más valdría protestar contra la imbecilidad criminal del Dakar 2013 —y los que de seguro vendrán.

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5 Comentarios
  1. Luigi dice

    La realidad cambia cuando cambian las directivas de la política. En la Argentina, donde yo resido, todas las realidades se están cuestionando. Lo principal: los medios de comunicación. También se está avanzando en modificar la cultura panfletaria que dicta moda banal y efectista. Hay un replanteo generoso de las costumbres. Esto se debe a gobernantes que tienen el timón firme y no se dejan impresionar por las presiones internacionales (FMI, Banco Mundial etc.)y hablan de igual para iguales con las grandes potencias. Las noticias que se reciben en Chile pueden ser diferentes porque los medios de comunicación son todos fieles a Washington. Felicitaciones por el artículo a su autor.

  2. Antonio Casalduero Recuero dice

    Pero qué afilada lengua la de este articulista, un sarcasmo y una ironía a «flor de lápiz», sin embargo, comparto su visión. Han sido nuestros propios políticos quienes promueven este profundo rechazo a la política con sus actitudes. En mi opinión, lo que aquí se necesita es hacer un recambio profundo de todo el espectro político chileno. Hay señores parlamentarios que han hecho un arte de la eterna candidatura, se aproximan elecciones y comienzan a buscar cámara de tv. para estar en el tapete. ¿Qué de nuevo podría aportar Bachelet, pues cuando ella gobernaba se dedicaba a cortar cintas en puentes y jardines infantiles, porque quien realmente presidía el país era su ministro Velasco, el que ahora se está candidateando solo. No olvidemos que Bachelet, o mejor dicho este nefasto ex-ministro, le negó la cancelación de la deuda histórica a los profesores, luego de haber sido ya aprobada ésta por la cámara y el senado, faltaba solo la firme de esa señora hoy encumbrada en la ONU. Necesitamaos caras nuevas, rostros ditintos, voces y propuestas diferentes, eliminar el binominal, debatir por la TV, la que hoy se halla dedicada casi completamente a los reality para seguir embruteciendo a la gente. Finalmente, felicito a Lagos Nilsson por el par de verdades dichas con su particular lenguaje, mordaz, cáustico, incisivo, eso hace falta, algo diferente y bien expresado.

  3. mariateresaquintino dice

    muy negativo el comentario sobre las primarias,que propone el que comenta?es bueno tener ideas,sugerir,no solo ese lenguaje que critica,ofende con apodos,se cree dueño de la verdad,la verdad estos textos no aportan nada

  4. Eduardo Minguzzi dice

    Que pena, Chile nuestro pais que generaciones quisieron cambiar a un nosotros hijos de transito de la dictadura empujamos al cambio por las grandes ideas.
    Si las grandes Ideas son:
    Una demogracia, Trabajo y bien remunerado, calidad de vida es decir oportunidades de recreacion, vacaciones, buena agua para beber, canales limpios conservacion de la naturaleja y un futuro digno para nuestros hijos.
    Yo joven Idealista,inquieto y enamorado de mi pais y sus naturaleza, generamos ideas y nos sumamos a otras.
    Hoy me proboca pena con estos comentarios de un chile estupido, 20 anos de izquierda e inorancia.
    Donde estas las Grandes ideas, hoy murieron todos los GURU.
    Chaooo

  5. Mario RF dice

    Muy buen artículo,la verdad que Chile parece a veces un país payaso,y lo cómico es que la mayoría de los chilenos y chilenas en Chile y en el extranjero por lo que parece están orgullosos del éxito de las payasadas.

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