Torres Gemelas: La pregunta que nadie contesta

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Dado el sigiloso, sesgado y en ocasiones deshonesto recuento presentado por la Casa Blanca –para no mencionar los engaños iniciales de la comisión oficial sobre el 11-S–, no me sorprende que millones de estadounidenses crean algo de eso, ya no digamos la mayor mentira del gobierno: que Saddam Hussein estuvo detrás de los ataques. Leon Panetta, el recién nombrado autócrata de la CIA, repitió la misma mentira en Bagdad, todavía este año.

También ha habido películas. Vuelo 93 recreaba lo que podría (o no) haber ocurrido a bordo del avión que cayó en un bosque de Filadelfia. Otra contó una historia muy romántica, que por cierto las autoridades de Nueva York extrañamente impidieron casi por completo que se filmara en las calles de la ciudad. Y ahora nos invaden los programas especiales de la televisión, todos los cuales han aceptado la mentira de que el 11-S en verdad cambió al mundo –la repetición de esa peligrosa noción por Bush y Blair permitió a sus esbirros cometer criminales invasiones y torturas–, sin preguntarse por un momento por qué la prensa y la televisión secundaron la idea.

Hasta ahora, ninguno de estos programas ha mencionado la palabra "Israel", y el programa de Brian Lapping del jueves por la noche en ITV mencionó una vez "Irak", sin explicar hasta qué grado el 11 de septiembre de 2001 dio el pretexto para ese crimen de guerra perpetrado en 2003. ¿Cuántos murieron el 11-S? Casi tres mil. ¿Cuántos en la guerra de Irak? A nadie le importa.

La publicación del informe oficial sobre el 11-S –fue en 2004, pero lean la nueva edición 2011– es digna de estudio, aunque sea sólo por las realidades que sí presenta, aunque sus frases iniciales parezcan más de una novela que de una investigación gubernamental: “Martes… amaneció templado y casi sin nubes en el este de Estados Unidos… Para quienes se dirigían al aeropuerto, las condiciones del tiempo no podían ser mejores para un viaje seguro y placentero. Entre los pasajeros estaba Mohamed Atta…” ¿Serían los redactores, me pregunto, graduados que hacían su servicio social en la revista Time?

Me siento atraído ahora hacia Anthony Summers y Robbyn Swan, cuyo The Eleventh Day (El undécimo día) confronta lo que Occidente se negó a encarar en los años posteriores al 11-S. “Toda la evidencia… indica que Palestina fue el factor que unió a los conspiradores en todos los niveles”, escriben. Uno de los organizadores del ataque creía que haría a Estados Unidos concentrarse en "las atrocidades que Washington comete por apoyar a Israel". Palestina, afirman los autores, “fue sin duda el principal agravio político… que impulsó a los jóvenes árabes (que habían vivido) en Hamburgo”. La motivación de los ataques fue "esquivada" incluso por el informe oficial de los hechos, sostienen. Los comisionados estuvieron en desacuerdo sobre esta "cuestión" –eufemismo por "problema"– y sus dos oficiales de mayor rango, Thomas Kean y Lee Hamilton, explicaron más tarde: “Era un terreno delicado… los comisionados que sostenían que Al Qaeda estuvo motivada por una ideología religiosa –y no por la oposición a las políticas estadounidenses– rehusaron hacer referencia al conflicto palestino-israelí… En su opinión, mencionar el apoyo a Israel como causa de fondo de la oposición de Al Qaeda a Estados Unidos indicaría que Washington debería revaluar esa política”. Allí tienen ustedes.

¿Qué ocurrió, entonces? Los comisionados, afirman Summers y Swan, "se resolvieron por una redacción vaga que daba la vuelta al asunto". Hay una insinuación en el informe oficial, pero es apenas una nota de pie de página que, desde luego, pocos leyeron. En otras palabras, aún no nos dicen la verdad sobre el crimen que, según quieren que creamos, "cambió el mundo para siempre". Vaya, después de ver a Obama ponerse de rodillas ante Netanyahu en mayo pasado, en realidad no me sorprende.

Cuando el primer ministro israelí logra que hasta el Congreso estadounidense se humille ante él, es claro que al pueblo de Estados Unidos no le dirán la respuesta a la pregunta más importante y "delicada" sobre el 11-S: ¿por qué?

*Analista de The Independent de Gran Bretaña
 

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