Un paso en una larga lucha por la independencia verdadera

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Concluida la cumbre de la CELAC, no hace falta insistir en su trascendencia e importancia histórica, los propios mandatarios abundaron en este asunto. Por supuesto, no sería objetivo hacernos exageradas expectativas en cuanto al futuro inmediato de la nueva instancia integradora. Ya en la cumbre se notaron las importantes diferencias que hay entre los gobernantes de los países suscribientes, por ejemplo en temas como la evaluación de lo atinente al narcotráfico y el terrorismo. | NÉSTOR FRANCIA.*

En cuanto al primer asunto, Santos y Piñera pusieron el acento en la producción y el tráfico, que coloca el centro del problema en América Latina, mientras Daniel Ortega lo ubicó en el consumo, en el cual el principal indiciado es Estados Unidos.

Ambas posiciones reflejan realmente profundas diferencias políticas, más que simples visiones sobre un tema. Pero estas consideraciones no desdicen de la mencionada importancia de la CELAC. En un artículo que nos publicara Aporrea.org, señalamos que la contradicción principal presente en la sociedad humana contemporánea es aquella que enfrenta al imperialismo y a los pueblos.

También dijimos que a esta lucha han de supeditarse todas las demás. Agreguemos, para hacerlo más claro: todo lo que favorezca la lucha contra el imperialismo es positivo, todo lo que la desfavorezca es negativo. Por supuesto, a veces la línea que separa ambas posibilidades es tenue, pero es nuestro deber tratar de discernirla en cada acontecimiento.

La CELAC es sin duda un avance en la lucha antiimperialista, aunque esto no esté declarado ni sea nítidamente visible. Todo paso hacia la integración independiente del Sur lo es. Sobre todo si concordamos en que la lucha antiimperialista no se ha dado nunca ni se dará jamás a los saltos, sino que siempre será paso a paso, logro a logro, avance por avance. La fundación de la CELAC es un paso positivo en el sentido correcto, y además un logro innegable de la diplomacia integracionista que han venido impulsando Chávez y el gobierno Bolivariano.

Por cierto que la CELAC tiene, además de sus dificultades intrínsecas, unos cuantos poderosos enemigos que apuntarán a la descalificación, y al ejercicio de la intriga y la conspiración. Ya esos enemigos han asomado el hocico al apenas despuntar el nuevo instrumento.

En el caso de Venezuela, la actuación de la derecha ha sido realmente penosa. Tratando de mostrar algún músculo ante los visitantes extranjeros (aunque también con otras dos intenciones: arrimar agua al molino mediático internacional contra nuestro país y mantener en alto la moral de las bases fascistas), la derecha realizó algunas acciones minoritarias, focalizadas, sin mayor impacto que aquel que genera la canalla mediática, que se especializa en maximizar la visibilidad de operaciones aisladas sin apoyo real de la población.

Dos de esas acciones fueron adelantadas por grupos de militantes derechistas. Grupúsculos de jóvenes de los movimientos fascistas Primero Justicia, Movimiento 13 y Voluntad Popular colgaron pancartas en un par de arterias viales de la capital, con el supuesto propósito de llamar la atención de los mandatarios que visitan el país por instalación de la Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

En otra actuación desesperada, fingieron pretendidos cacerolazos en unas pocas urbanizaciones de clase media alta de Caracas, con escaso éxito a pesar del entorno que los cobijaba. Lo que lograron más bien fue poner en evidencia su aislamiento y su proverbial debilidad e incapacidad para la movilización de masas. Todos los mandatarios agradecieron al pueblo venezolano por la calidez y generosidad del recibimiento que los acogió, a despecho de los comandos fascistas.

Los activistas opositores radicales quedaron como lo que son, pequeños grupos resentidos, sin brújula, encerrados en una obcecación que les impide actuar con sensatez y realismo. Estos grupos no tienen ya ni siquiera el apoyo de quienes votan contra Chávez. Los medios de la derecha, por supuesto, hicieron todo lo posible por destacar estos minúsculos alborotos y tratar de convertirlos en importantes eventos, pero lo que está a la vista no necesita anteojos

¡Qué diferencia cuando las cumbres concitan movilizaciones reales, como la marcha que emprendieron ayer organizaciones ecologistas y sociales hacia el Centro Internacional de Conferencias de Durban (Sudáfrica), sede de la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático! Miles de manifestantes partieron de la Universidad Tecnológica de Durban, donde se celebra una cumbre alternativa, a unos tres kilómetros de las conversaciones oficiales.

Por otro lado, a medida en que se desarrolló con éxito la cumbre de la CELAC, los voceros de la derecha y la canalla mediática, tantos nacionales como internacionales, fueron explayando sus planes de ocultamiento, ataques, descalificaciones y manipulaciones.

Al minimizar la cumbre en sus titulares y tratar de destacar lo presuntamente negativo del hecho y descalificarlo, los canallas intentan matar o al menos malherir a la criatura al nacer. Un ejemplo es el editorial de El Nacional, de Caracas, el día sábado, donde se asienta:“El día de ayer pasará a la historia de Venezuela como una jornada durante la cual la mediocridad oficial y el ridículo se dieron la mano, pero también será recordada como la primera vez que, en estos últimos y oscuros años, la población hizo saber con eficiencia y entusiasmo su protesta pública no sólo contra el gobierno y las cumbres de cartón que, falsamente, son proclamadas como nuevas instancias de unidad latinoamericana y caribeña, sino contra este tipo de fastuosas reuniones que poco aportan a la solución de los graves problemas que sufren nuestros pueblos”.

Además de querer trasladar al gobierno venezolano el ridículo que hicieron los grupúsculos fascistas, se ve claramente la calculada descalificación contra la CELAC.

La torpeza política y la desesperación de los fascistas venezolanos se dejó ver en el contenido de las pocas pancartas que se exhibieron solo durante pocos minutos, gracias a la Policía Nacional Bolivariana, que pronto sacó del camino los balbuceos mal escritos por estos estólidos. Las mismas rezaban “Fidel Castro devuelve los 22 millones de $ a los venezolanos”. Estos insultos a los mandatarios invitados tuvieron eco en opinadores contrarrevolucionarios.

La conocida agente derechista Rocío San Miguel escribió lo siguiente, dirigiéndose a los presidentes: “No esperamos, los críticos, disidentes u opositores del actual Gobierno venezolano, solidaridades automáticas a la causa de la democracia y respecto a los derechos humanos que día a día incansablemente exigimos a este gobierno. Es más, estamos conscientes que algún negocito vendrán muchos de ustedes en el fondo a realizar utilizando la plataforma de la cumbre del Celac”.

El mencionado editorial de El Nacional se sumó igualmente a esa matriz con un texto de este tenor: “En momentos en que las naciones industrializadas luchan por reducir sus déficits y controlar sus gravísimos problemas de deuda, a unos presidentes latinoamericanos y algunos aprovechadores caribeños se les ocurre reunirse para constituir la Celac”.

Por su parte, otro articulista de la derecha, Gustavo Coronel, escribió: “Pienso que este liderazgo moralmente invertebrado que ustedes representan está basado en razones que no tienen nada que ver con el bienestar y progreso de nuestros pueblos. Tiene que ver con la obtención de ventajas materiales o de estrategias políticas para satisfacer agendas personales o tribales, de espaldas a los habitantes de nuestro hemisferio. Esta es otra “fiesta” de egos, de deseos de figuración, del mundo de los discursos sin sustancia, lienzos mal pintados y elogios mutuos… Regresen ustedes a sus países. Habrán dejado en Caracas algunos jirones de su ya maltrecha dignidad. No representan ustedes la solución para nuestros pueblos, son gran parte del problema”.

Otro de estos cagatintas, Román José Sandia (Noticiero Digital) asentó que “Estas reuniones de Caracas, con todo el gasto superfluo que suponen, no son otra cosa que un pequeño obsequio para quien ha sido tan útil a las siempre frágiles finanzas de los Kirchner (las públicas porque las privadas están rebosantes de salud), a la omnipresente Odebrecht brasileña, a los pequeños países favorecidos por Petrocaribe, al indigenismo fraudulento de Evo, a la resucitada dictadura nicaragüense y a la ya más que cincuentenaria tiranía castrista…Para los ilustres visitantes (con sus excepciones, que alguna habrá) lo importante es ver cómo le sacan una tajada más de petrodólares a la exhausta chequera que maneja el cínico Chávez”.

Mientras, el movimiento virtual fascista 2D publicó un remitido en el cual se asienta que “La propaganda oficialista la presenta (a la CELAC) como una ‘OEA sin Estados Unidos ni Canadá’. Países serios no comparten esta tontería y no pocos observadores se preguntan por qué los propulsores de la idea no se retiran de la OEA y sinceran sus posiciones. Hay una gran simulación e hipocresía en estas maromas de ambigüedad y doble lenguaje. La Celac no es una OEA porque la mayoría responsable de países latinoamericanos y caribeños no se ha propuesto crear un verdadero organismo sino un foro como tantos otros que se han malgastado si pena ni gloria”.

Es evidente el odio, la frustración, la impotencia ante el éxito de la cumbre que resuman estas opiniones, todas vertidas desde la abyecta posición de quienes se supeditan a los intereses imperiales y abjuran tanto de la soberanía de las naciones como de la integración latinoamericana, así como del Gobierno que impulsa ambas realidades con tanta energía, el Gobierno de Chávez.

La sombra libia

Entretanto la Mesa de Unidad Democrática, que funge una vez más como clon del Consejo Nacional de transición libio, y cuyos voceros dieron unas primeras declaraciones un tanto marcadas por cierta anonadada confusión, se quitó del todo la careta y arremetió de frente en un comunicado oficial evidentemente redactado a la carrera. Es de destacar que la MUD se identifica a sí misma plenamente, por primera vez, como vocera de los gobiernos del pasado:

“Lo primero que hay que decir en esta materia es que Venezuela tiene vocación integracionista y que éste fue uno de los principios fundamentales de la actuación internacional de los gobiernos democráticos durante muchas décadas. Con ese espíritu impulsamos la creación de la ALDI; la Comunidad Andina de Naciones; promovimos la creación del SELA y del G-3  como oportunidades para impulsar una integración en su más amplio sentido pero también para defender los valores y principios de nuestras democracias”.

Y luego añade las descalificaciones: “… las fuerzas políticas de la Alternativa Democrática venezolana nos preguntamos: ¿cuál es el sentido de crear una nueva instancia que se traducirá en más reuniones, más burocracia, más gastos en detrimento de las necesidades básicas de nuestras poblaciones?”

Y de nuevo pretende que se pongan sus hipócritas y mezquinos intereses políticos por encima del interés de toda América Latina: “¿Seguirá incrementándose esa gran sopa de letras que constituye la integración latinoamericana? ¿Será este nuevo mecanismo una coartada para pretender escapar de la vigilancia de los mecanismos interamericanos sobre los derechos humanos?”

Es notable que la oposición venezolana movió sus estrategias ante la CELAC en sentido contrario a como lo hizo el propio imperio, después del evidente éxito de la cumbre. La MUD se derechizó por torpeza, Estados Unidos se “des-derechizó” por conveniencia. Las primeras declaraciones imperiales durante el evento se dieron el viernes, por boca del portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, quien sentenció que la Organización de Estados Americanos (OEA) es “la organización multilateral preeminente que habla por el hemisferio”.

Un día después, el portavoz yanqui para América Latina, William Ostick, expresó que Estados Unidos ve como a un socio potencial en la región a la CELAC y agregó: “Los grupos subregionales son potencialmente importantes representantes del hemisferio y pueden ser útiles socios para Estados Unidos…Estados Unidos interactúa con grupos subregionales multilaterales para ayudar a resolver problemas de forma constructiva”. Este giro hacia una evaluación supuestamente positiva del papel de la CELAC se da después de que China emitiera un efusivo saludo a la nueva organización, lo cual tal vez fue un factor influyente en el movimiento de la diplomacia imperial.

Ahora bien, mención especial merecen las tácticas asumidas por la canalla mediática internacional y nacional. Los medios de comunicación estadounidenses han omitido casi por completo la realización de la «cumbre» de la CELAC y las pocas informaciones que han difundido han sido básicamente para subestimar los objetivos de esta  iniciativa. El diario estadounidense The Washington Post y el sitio web The Huffinton Post solo publicaron una nota de la agencia Associated Press en torno a la Cumbre, titulada: “La Venezuela de Chávez promociona un bloque de alianz

El escrito critica la ausencia del imperio en el evento, al cuestionar “¿Qué pasaría si lanzan una fiesta  para las Américas y no invitan a EE. UU y Canadá? Eso es lo que el presidente venezolano, Hugo Chávez,  está haciendo con una «cumbre» de dos días que comienza este viernes, dándole la bienvenida a 33 países que van desde Brasil hasta Jamaica, en lo que se espera será una gran alianza para contrarrestar la influencia de EE.UU”.
Por su parte, el diario The New York Times difundió, en su versión digital, un artículo del  comentarista político Ray Waiser,  quien reconoció que la creación de la CELAC pondrá “una daga en el corazón de la OEA”, pero cuestionó el hecho de que ésta no vaya a estar tutelada por los organismos internacionales con sede en Washington, ni regida por sus mecanismos de coerción: “Chávez y compañía finalmente triunfarán en poner una daga en el corazón de la OEA. En resumen, es probablemente seguro asumir que, el dos de diciembre, la anti-OEA será fundada, una organización que se iniciará sin una Carta Democrática Interamericana y sin una Corte Interamericana de Derechos Humanos”.

Un reportaje aparecido ayer en Ultimas Noticias, con la firma de Ana Carolina Griffin, señala: “Si un extraterrestre llegara hoy a América Latina y leyera los principales periódicos de la región, difícilmente se enteraría de que este fin de semana se creó en Caracas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños…Para la mayoría de los principales rotativos regionales, la noticia que algunos mandatarios de América Latina calificaron como la más importante en los últimos 200 años a nivel regional, no fue considerada de relevancia para ocupar un espacio en sus primeras páginas”. En el reportaje se ponen como ejemplos algunos diarios como La Razón (Bolivia), El Clarín y Página 12 (Argentina), Folha de Sao Paulo y O Globo (Brasil).

Asuntos no diplomáticos

Un tema anexo nos vemos obligados a abordar colateralmente, por su importancia. Las FARC y el ELN enviaron comunicaciones a la CELAC saludando el evento. Es su derecho. Sin embargo, ello dio pie a Juan Manuel Santos para plantear la situación de violencia en Colombia desde la perspectiva de la derecha de ese país, y el presidente colombiano recibió el entusiasta apoyo de Sebastián Piñera.

Tácitamente, los demás países debieron reconocer el presunto derecho del gobierno colombiano de tratar el asunto a su real saber y entender. Esto nos lleva a un tema que hemos tratado en estos análisis más de una vez: la situación de las fuerzas guerrilleras en Colombia y la necesidad de una evaluación profundamente autocrítica de sus políticas y ejecutorias.

Mientras más pasa el tiempo y más se prolonga el conflicto armado, más se extiende el aislamiento internacional de las FARC y el ELN. A lo interno, vienen sufriendo significativas derrotas unas tras otras, y ya se sabe que su capacidad de combate está notablemente mermada desde hace años.

Las FARC son todavía muy fuertes, se habla de alrededor de 10.000 combatientes, además de su influencia en regiones y poblaciones colombianas. No están acabadas, pero tampoco están avanzando. Nosotros no tenemos el suficiente conocimiento de la realidad colombiana para señalarles caminos a las FARC. Pero sí creemos que los caminos recorridos deben ser revisados y nuevos caminos deben ser abiertos. Para eso hace falta coraje político y real perspectiva de poder. Están a tiempo de un viraje.

Entretanto, que no haya duda de que las relaciones del Estado venezolano son y serán con el gobierno legítimo de Colombia, a pesar de nuestras diferencias políticas e ideológicas. Y lo mismo puede decirse de todos los gobiernos latinoamericanos y del Caribe, incluida Cuba, por supuesto.

En fin, está claro que la CELAC nace enfrentada a poderosos intereses que no cejarán en su intento de acabarla o minimizar su influencia. Como a todo recién nacido, habrá que cuidarla con celo. El parto ha sido difícil y su crecimiento será problemático por diversas razones. Pero vale la pena el intento.

Finalmente, no podemos dejar de referirnos al rotundo fracaso que vivió la contrarrevolución nicaragüense con su pobre manifestación contra el “fraude”, convocada para el pasado sábado y anunciada con bombos y platillos al interior y al exterior de ese país. Ese descalabro, comentado por Ortega en la CELAC, fue tal que la canalla mediática se ha hecho la vista gorda y ha obviado la noticia.

Que se miren en ese espejo los derechistas de acá, con sus tristes pancarticas y sus cacerolazos virtuales. Si no tienen carne, no tendrán asado.

* Periodista.

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