Venezuela: adversarios o enemigos

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Señalamos en otra parte: “El lunes el presentador de un programa de VTV recayó en una definición que ya le criticamos una vez, al afirmar que los contrarrevolucionarios de la oposición son nuestros “adversarios” y no nuestros “enemigos”. Craso error. | NÉSTOR FRANCIA.*

 

«La victoria de Chávez no ha cambiado absolutamente nada, ni tampoco el reconocimiento de su triunfo por parte del ex candidato de la burguesía y la MUD. Claro que esa derecha impenitente es nuestra enemiga histórica, así que mejor nos dejamos de vainas y nos preparamos, porque ya a estos canallas se les está pasando la resaca del lunes y están empezando a enseñar las uñas”.

 

Eso me hace recordar una película, cuyo nombre no recuerdo, en la que uno de los personajes dice: “Odio tener la razón”. Cómo quisiéramos vivir en un oasis de paz y amor, pero cada día de nuestras vidas comprobamos que la realidad no se rige según nuestros deseos. Más, a juzgar por las primeras de cambio después de la gran victoria popular del 7-O, la derecha se va a radicalizar aun más en su empeño de salir de Chávez y acabar con la Revolución Bolivariana.

 

Las señales están a la vista: desconocimiento de la victoria popular de muchas maneras, a pesar del reconocimiento formal de los resultados, nuevos ataques contra el CNE y el proceso electoral, ofensiva mediática internacional retomada, tergiversación del significado del resultado electoral, pronósticos de mal agüero sobre el futuro del país, desprecio clasista contra el pueblo y sus organizaciones revolucionarias, definición de nuestro Gobierno como una nueva especie de dictadura y de Chávez como un tirano, acusación en la SIP de una supuesta conculcación de la libertad de expresión, declaraciones de personeros internacionales de “derechos humanos” contra Venezuela, presiones de Estados Unidos, que no han reconocido expresamente la victoria de Chávez y le pide al presidente “gobernar para todos”, cosa que el gobierno capitalista de ese país nunca ha hecho, y un montón de etcéteras.

 

Basta con ver los títulos de algunos artículos aparecidos en la prensa nacional e internacional para darnos cuenta de que la victoria del pueblo está siendo desconocida:
“Gana el chavismo, pierde Venezuela”, artículo de Mary Anastasia O’Grady, miembro de la directiva del Wall Street Journal; “Ganó Chávez, perdió la democracia”, por María Teresa Romero; “Triunfa Chávez y se consolida Capriles”, por el reconocido agente imperial Carlos Alberto Montaner.

 

Ahora bien, a veces las cosas comienzan a entenderse en la medida en que los acontecimientos despejan el cielo. Más de uno de nosotros creyó que las guarimbas de la Plaza Altamira y las matrices de fraude en el Twitter eran hechos aislados montados por unos loquitos desadaptados. Ahora es claro que eso fue parte de un plan que apuntó más a una imagen internacional que hacia algún éxito a lo interno.

 

Quienes promovieron esos alborotos y mensajes, las mentes grises detrás de los minúsculos disturbios, sabían a ciencia cierta que eso no iba a cambiar lo ocurrido en Venezuela. La intención era contribuir a la deslegitimación internacional del triunfo de Chávez. Por eso las cadenas Univisión y CNN le dieron un desproporcionado protagonismo a las guarimbas.

 

En el caso de Univisión, vimos como hizo tomas cerradas de los idiotas de la Plaza Altamira para exagerar su presencia (claro, no contaban ellos con que estos descerebrados iban a cantarles loas a Hitler). Para reforzar la matriz que se quiso generar afuera con los guarimberos y el Twitter, la canalla mediática hizo lo suyo.

 

Por ejemplo, un artículo de El Nuevo Herald, firmado por nuestro conocido y muy citado agente imperial Antonio María Delgado, quien no da puntada sin dedal, intenta establecer con variados argumentos y declaraciones, que en Venezuela hubo fraude. Para muestra veamos solo el primer párrafo de ese “reporte”:

 

“La derrota que sufrió el opositor Henrique Capriles en los comicios del domingo desempolvó las dudas sobre el sistema electoral utilizado en Venezuela, en medio de denuncias de que está diseñado para favorecer al presidente Hugo Chávez hasta el grado de imposibilitar la realización de elecciones justas en el país…Analistas e integrantes de la oposición consultados por El Nuevo Herald dijeron que Capriles perdió no porque hubiera fracasado en conquistar las preferencias del electorado, sino porque no logró defender la votación de una serie de mecanismos perversos que en conjunto constituyen fraude”.

 

A este tipo de acciones se suman declaraciones de personeros y opinadores de la ultraderecha venezolana, como María Corina Machado:
“Yo tengo una convicción, y es que los resultados del domingo no reflejan la verdadera voluntad del pueblo de Venezuela. Si las elecciones hubiesen sido limpias y libres, otro sería el resultado… El 7 de octubre, lo que aquí se impuso, lo que aquí ganó, fueron el abuso y el atropello del gobierno”.

 

El majunche fascista Henrique Capriles Radonsky emitió una declaración bastante singular, en el empeño de desconocer la victoria popular:

 

“Todas las personas que estaban en la Misión Vivienda, a los que estaban en todas las misiones, los llamaron uno a uno… Yo mandé a ‘chequear’ las colas y todos eran electores del PSUV, ¡todos! Con la operación remate entre las 5 y 7 de la noche fueron puerta por puerta a buscar gente.”

 

¿Qué es esto, una crítica o un elogio? Estamos seguros de que los patrulleros, que ya habían cumplido una buena labor en las horas de la mañana, la remataron en la tarde, para culminar el trabajo del 1×10. Lo que dice el majunche atestigua sobre varias realidades: la mayoría contundente que tiene el chavismo en las zonas populares. No se fueron a tocar las puertas de La Lagunita, sino de los barrios. Detrás de esas puertas había puro chavismo. Otra cosa que demuestra la queja del ex candidato presidencial burgués (ahora es el candidato burgués a la gobernación de Miranda) es la fuerza, convocatoria y capacidad de la organización popular revolucionaria, de la cual forma parte importante el PSUV.

 

Como contraparte ¿por qué la derecha no hizo el mismo remate, que es algo normal en las elecciones venezolanas (los adecos hacían la operación galope, cuando eran fuertes en los barrios)? La respuesta es simple: porque no fueron capaces, y además tienen poca gente entre los pobres.

 

En ese mismo sentido ¿son tan incautos o están tan alienados los votantes opositores que no se dan cuenta de que fueron víctimas, ellos sí, de un gigantesco fraude por parte de su candidato y su comando? ¿Era acaso mentira que los recorridos de Capriles por los lugares donde viven los pobres se alimentaban de asistentes foráneos, para crear una ilusión de fuerza popular? ¿Ignoran que las encuestas piratas sirvieron para convencerlos de la victoria majunche era segura?

 

Un hecho que nos llama mucho la atención es el siguiente. La derecha hizo un gran escándalo con la tragedia de Amuay, la tomó como una parte esencial de su ofensiva electoral final contra la Revolución ¿Cómo reaccionó el pueblo ante esta manipulación?
La respuesta es discernible cuando vemos la votación en Falcón, donde Chávez arrasó con Capriles con 59,84 contra 39,47 ¡veinte puntos de diferencia! Pero más aun cuando nos vamos a los números del municipio Los Taques, donde se ubica la refinería de PDVSA: Chávez 60,96; Capriles 38,41 ¡veintidós puntos por arriba! Como dicen en Barquisimeto… ¡Na guará!

 

En la juramentación de los nuevos ministros, Chávez se refirió de nuevo, críticamente, al tema de nuestras políticas comunicacionales:
“No hemos sido capaces de darle un viraje a la política comunicacional, hacerla más eficiente, en función de los logros. No es que sea mala nuestra política, no es que sean malos nuestros programas de televisión, pero nos concentramos en un tema y no salimos de ahí”.

 

Ernesto Villegas, el nuevo ministro del área, habló también del asunto: “Es probable que estemos hablándole demasiado a los convencidos, tenemos que ir más allá, tenemos que hablarle a toda Venezuela”.
Y también:
“Nos ocupamos de lo urgente y dejamos lo importante a un lado. Perdemos mucho tiempo peleando con la derecha, si no nos defendemos cómo hacer para no callar y otorgar y eso también es una dinámica que hay que atender”.

 

Este es un tema que nos concierne de manera directa, ya que trabajamos en el Sistema Nacional de Medios Públicos, así que no sería responsable dedicarle tan solo unas pocas líneas. Si no ocurre nada extraordinario, le dedicaremos el espacio que creemos merece el asunto.
——
* Periodista.

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