Venezuela, control obrero y autogestión

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Josep Cruelles*
En medio de la crisis más profunda que ha vivido jamás el sistema capitalista, cuando este ofrece ya su rostro más cruel. Cuando la rabia y a veces la impotencia cunde entre los que llevamos años luchando y prediciendo sus consecuencias, nos pasan desapercibidas las luces de esperanza que demuestran que otro mundo es posible.

Venezuela no ha tenido demasiados “amantes” entre la izquierda. Para las organizaciones de “izquierda institucional” siempre ha sido un proceso incómodo. No digamos para los “socialistas” que se alinean contra Chávez y a favor de la derecha venezolana en una alianza que ya selló Felipe Gonzalez con el expresidente Carlos Andrés Pérez, artífice de las reformas neoliberales que dieron pie a la insurrección popular llamada “El Caracazo”. De allí arranca el movimiento popular que acabó con el sistema clásico bipartidista en Venezuela y que desembocó en la victoria electoral de Chávez. Doce consultas electorales ganadas desde entonces y un referéndum perdido (el de la reforma constitucional).

¿Y la otra izquierda? Para la Pléyada de grupos guardianes de la ortodoxia, este proceso, con un papel no evidente de los sectores “proletarios”, con un papel determinante jugado por los militares, con heterodoxias y porque no decirlo, muchas incongruencias de Chávez, merece la “excomunión”.

Pero a pesar de todo el “proceso” avanza

“Proceso” es como se llama en Venezuela a ese intento revolucionario donde cabe todo lo que hacen las clases populares: con Chávez, sin Chávez y a pesar de Chávez. Esa es la formula que mejor define la resultante de vectores contradictorios que hoy dan un resultado positivo. Los que quieran hacer una lectura solidaria acrítica, sin más, en realidad tampoco entenderán lo que los mismos protagonistas del proceso venezolano proponen.

Pero en los dos últimos años, y en particular en los últimos meses se están produciendo acontecimientos que dirigen el “proceso” en una dirección esperanzadora. La respuesta del gobierno al acaparamiento de alimentos por parte de las multinacionales de la alimentación ha sido la expropiación y la nacionalización.

Así plantas azucareras, lácticas, arroceras, empresas cafeteras o de producción de “harina pan” (harina de maíz) han sido transformadas en Empresas de Producción Socialista. Dos de las más importantes cadenas de supermercados trasnacionales han sido nacionalizados y puesta bajo controlde los trabajadores. La poderosa cadena colombiana “Éxito” se ha transformado en la cadena “Bicentenario”.

La respuesta a la crisis energética producida por lahistórica sequía de la cuenca del río Gurí (cuya central produce el 70% de la energía venezolana) ha sido la reconducción de la empresa nacional venezolana CORPOELEC poniéndola bajo control obrero, despidiendo a la antigua cúpula burocrática responsable de la ineficiencia en la planificación.

Pero, sobre todo, en una acción sin precedentes el pasado 13 de mayo se decreto el pase a la autogestión bajo control obrero del grueso de toda la industria extractiva y metalúrgica venezolana.

La Constituyente obrera

“Me la juego con la clase obrera”, ha vuelto a decir Chávez dos años después en un acto con trabajadores de las empresas de Guayana. Ha anunciado la estatización de más empresas: Norpro de Venezuela, productora de bauxita, Materiales Siderúrgicos (Matesi), el Complejo Siderúrgico de Guayana (Comsigua), así como también las empresas de transporte de materia prima de las empresas básicas de Guayana. Ha explicadoque no ha sido posible llegar a un acuerdo para la compra de estas empresas (en el caso de MATESI, el grupo propietario hizo una oferta de venta que quintuplicaba su valor real) y por tanto no quedaba otra alternativa que nacionalizarlas.

Avanzar en un modelo sustentable para dejar de ser monoproductor de materia prima…

Es una lucha contra la corrupción el despilfarro y la ineficiencia, es una apuesta por un modelo de gestión donde se apuesta en la experiencia de los trabajadores en el conocimiento de los problemas y en la superioridad de la inteligencia colectiva. Es una apuesta en la dirección socialista.

Pero hay decisiones que escapan al marco de la empresa. La mayor parte de las exportaciones de estas empresas son de materia prima para su transformación en otros países industrializados en diversos artículos que luego son adquiridos a altos precios por la población venezolana. Las Empresas Básicas de Guayana deben ser suministradoras de procesadoras de productos manufacturados, es necesaria una reconversión de la industria venezolana. En este sentido, es urgente la creación de empresas socialistas de producción de todos los productos manufacturados que ahora se importan, para adquirir la soberanía en este terreno y romper con la dependencia. Existe ya un proyecto anunciado por Chávez para realizarlo aguas abajo del Orinoco en relación al hierro, aluminio y acero, entre otros.

“No le quedemos mal al pueblo. Estas empresas hay que levantarlas, ponerlas a producir, acabar con la ineficiencia, la corrupción, el despilfarro, y tienen que dar ganancias… Lo demás daría pena, vergüenza… estamos obligados a demostrar, para darle viabilidad al proyecto socialista, que toda esta actividad da resultados positivos, pero hay que cambiar todo el esquema” (Hugo Chávez Frías)

*Publicado en Kaos en la Red

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