Venezuela, materia de debate: el rol de la Iglesia católica

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Néstor Francia.*

El debate que se ha desatado sobre el papel de la jerarquía católica es algo muy positivo, porque ayuda a la clarificación ideológica del pueblo. Los obispos oligarcas tienen rabo de paja y a Urosa le ha salido el tiro por la culata, hasta el punto de que el miércoles, a través del programa “Buenas Noches”, de Globovisión, el troglodita desmintió una información según la cual habría denigrado de la resolución de la AN en su contra y envió el mensaje de que no había vertido ninguna opinión sobre el parlamento (aunque uno de los otros trogloditas, Baltasar Porras, calificó la sesión de la AN de “parodia”).

A la interesante discusión se suma la solicitud que hizo ayer Chávez al canciller Maduro, en el sentido de revisar el convenio suscrito por Rómulo Betancourt con El Vaticano en 1964, donde se le da privilegios a la Iglesia Católica. Siguiendo en el uso de su verbo esclarecedor, Chávez afirmó que el Papa Benedicto XVI “no es ningún embajador de Cristo en la tierra (…) Cristo no necesita embajador, Cristo está en el pueblo y en los que luchamos por la liberación de los humildes”. De esta manera, es involucrado en el debate, por primera vez, el Papa alemán ultraderechista: se está despojando a los santones de sus falsas aureolas.

En otro orden de ideas (aunque la relación entre jerarquía católica y conspiración es clara), el Presidente señaló, aludiendo a la oposición, que “Vienen con todo y con todos los dineros que les da el Departamento de Estado, la mentira, la campaña de miedo, el terrorismo. Son movimientos fascistas de verdad, desestabilizadores. Tenemos que neutralizarlos, pero el 26 de septiembre tenemos que lograr una gran victoria”.

En el campo internacional, no son de extrañar las acciones injerencistas del gobierno ultraderechista de Holanda, que se ha convertido en aliado de primera línea de Estados Unidos en la conformación de la tenaza armada contra Venezuela, de la cual son parte importante las bases militares en islas holandesas en el Caribe. Chávez ratificó ayer la denuncia, afirmando que “Se han incrementado los vuelos de naves de guerra, por Aruba, por Curazao, donde sabemos que el Imperio Yanqui tienen bases. Emitimos una nota de protesta al gobierno de Holanda por violación de nuestro espacio”.

Por supuesto, el gobierno de Holanda desmintió las acusaciones ¿qué otra cosa iba a hacer? De todas formas, es claro el papel agresivo asignado por el Imperio a las colonias del reino de Holanda en estas tierras nuestras: imperialistas y colonialistas actuando en comandita contra nuestra soberanía y nuestra Revolución.

El senado chileno

Por otro lado, y siguiendo con el tema de la campaña internacional contra Venezuela, el Senado chileno aprobó ayer una resolución en la que pide a diversos organismos internacionales (como la ONU y la OEA) velar por la transparencia de las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo 26 de septiembre en el país, como si nuestra elecciones no fueran sido positivamente evaluadas por esos organismo e inclusive consideradas por muchos entre los más modernos, tecnificados y transparentes sistemas eleccionarios del mundo.

La derecha chilena sabe que su llamado no tendrá ningún eco en tales organismos, pero solo pone su grano de arena a la campaña mediática en torno al evento del 26-S, para el cual uno los expedientes que se guarda la oposición criolla es el de desconocer los resultados y tratar de deslegitimar la casi segura victoria revolucionaria. El Senado chileno, dominado por la derecha de ese país, solo sigue las pautas del guión.

El delirio de Petkoff

Hoy nos toca desdecirnos de lo dicho en otra oportunidad sobre que la oposición no había dicho ni pío sobre los terroristas Chávez Abarca y Peña Esclusa, capturados por nuestros cuerpos de seguridad del Estado. Finalmente han piado, y lo han hecho de la única manera que podía esperarse: apoyando a los terroristas, banalizando la captura, tratando de manipular a la opinión pública y definiendo la operación como un trapo rojo del gobierno para “desviar la atención de los problemas del país”.

El colmo es que el irresponsable de Teodoro Petkoff afirmó que Chávez Abarca es un agente del G-2 cubano cumpliendo una tarea asignada ¿Delirio senil? Más bien creemos que se trata de una respuesta concertada, fruto de esas reuniones comunes en restaurantes de Caracas y en casas de la burguesía, donde la canalla mediática y sus efectivos de la oposición montan sus ollas y sus falsas matrices. De todas formas, no le quedaba otra reacción posible, ya que en el fondo no han desechado el llamado “Plan B” insurreccional y golpista.

Por ahora el Plan A ha sido clara y expresamente develado por el mismo Peña Esclusa: copar los espacios institucionales y tirar un golpe tipo Honduras. El primer paso en esa dirección sería la conquista de la mayoría en la Asamblea Nacional. De allí que el 26-S no es un simple evento electoral, sino una batalla que puede ser decisiva en el sentido estratégico.

* Analista de asuntos políticos.

 

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