Argentina: – LA COSTUMBRE DE MATAR

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Escribió hace unos días el profesor Rafael Urretabizkaya cuando comenzaba el frío de la Patagonia:

«Por las rutas neuquinas la gente los mira pasar y se pregunta quiénes son. Qué hacen esas personas caminando detrás de un camión por el medio de la estepa. La gente se pregunta qué habrán hecho para andar bajo el sol, cortando en tajos la tarde y las madrugadas. Qué cosa extraña los lleva a seguir adelante ahora que llueve y se tapan con una larga lona y lo que es más extraño, ríen.

«Caminan detrás del camión que podría cargarlos, pero en lugar de subir ellos han puesto otras cosas importantes como la música o el agua, y un micrófono desde el que avisarán que el futuro tiene un dulce nombre y que estamos a tiempo.

«Van sobre una delgada capa de desierto que recubre apenas un gigantesco inframundo de petróleo. Recién me doy cuenta: la mayoría de los camiones que cruzan a este otro tan descamionado, son de los que transportan justamente los fluidos del subsuelo.

«Los caminantes son trabajadores de la educación de Neuquén del sindicato Aten, que van sobre un campo de petróleo a pedir que las escuelas puedan funcionar, a exigir escuela pública en condiciones para todos, a pedir
salarios dignos. La gente que conoce a estos gobernantes tiene dudas de que su reclamo sea escuchado, pero comienzan a entender de a poco todo, incluso la risa y la alegría.

«Estos trabajadores van riendo y cantando porque tienen razón». Quizá por eso un maestro fue asesinado.

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Los docentes argentinos comenzaron el lunes nueve de abril de 2007 una jornada de huelga por esa muerte en Neuquén. El paro será por 24 horas bajo el lema «las tizas no se manchan de sangre» y el martes habrá una jornada de reflexión en la que intentarán explicar a los alumnos lo que ocurrió. Por qué se puso el sol sobre una vida humana.

«Sólo queremos justicia, y no vamos a parar hasta tener justicia», dijo una de las alumnas del profesor asesinado mientras se ponía al frente de la protesta.

Fue el miércoles cuatro de abril cuando el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno –dice la versión oficial– disparado por la policía provincial y órdenes del gobernador Jorge Sobisch impactó infortunadamente en la cabeza de Carlos Fuentealba.

Curiosamente en Buenos Aires los bancos, buses, trenes y subterráneos no funcionaron durante el mediodía y los hospitales públicos habían reducido sus servicios este lunes –informa Reuters–. Los profesores se concentron frente a la Casa de Neuquén, en el centro de la Capital Federal.

La policía federal fue prudente y no hubo mayor violencia en la calle.

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