Breve cuento casi africano y la educación para elites

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Sucede la historia en un aula de elegante colegio privado de Buenos Aires, aunque bien podría haber ocurrido en dependencias de cualquier colegio —o universidad— chilena, pongamos por caso. La narración contiene un maldadoso sarcasmo. Y ya está usted advertida(o). ⎮EDUARDO PÉRSICO.*   

Ni bien entró al aula del costoso colegio privado de Buenos Aires, el maestro de literatura  leyó en el pizarrón: …y al sorprender de nuevo al  mono grandote encima de Chita, su mona favorita, Tarzán desenfundó de entre sus ropas la nueve milímetros y al gorila ese le aujerió el balero.

El hombre con buena experiencia educativa preguntó quién había escrito eso y una adolescente, tan rebuena como todas esas de corta falda escocesa, le contestó:

—Eso lo escribió José Luis Borges cuando vivía antes de morirse en su novela Cuentos africanos, profe .

Como el tipo ni pensó tirarse del cuarto piso para  caer sobre un taxi y quedar tullido para el resto del viaje, dijo "ahora vuelvo" y se fue a la dirección del instituto.

—¿Y eso que escribieron los chicos es tan equivocado? Mirá vos, yo no lo sabía. Pero si acá buscás todo perfecto, sonaste viejo. Y te digo más, aunque los padres nos traten de hijos de puta y todo lo demás, esto se arregla aumentado la cuota mensual y listo —dijo la directora.

El profesor asintió. Y enseguida también coincidieron en que a esos jóvenes adolescentes hay que entenderlos y no hay más vuelta que darle.

* Escritor.
 

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