Chile: DDHH, los puntos sobre las íes

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Manuel Guerrero Antequera*

Hubiese querido escribir para anunciar que pronto, luego de muchos años, al fin, realizaremos el lanzamiento del libro testimonial de mi padre, Desde el túnel. Diario de vida de un detenido desaparecido. Pero todo esto pierde importancia en contraste con lo que está ocurriendo hoy, en nuestro país, de manera aberrante, en materia de Derechos Humanos.
Es lo que nos está ocurriendo en Chile, ¡a casi veinte años de reconquistada la Democracia!

Parece increíble que cuando muchas sensibilidades en nuestro país se conmueven por el caso de la expulsión de José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, de Venezuela, y con razón o sin ella se movilicen a su favor, incluyendo a nuestra propia Cancillería, lo que pasa delante de nuestras propias narices y territorio no genera la misma conmoción, desconcierto y acción.

Es fácil mirar la paja en el ojo ajeno, pero no observar la viga en el propio, dijo un personaje bastante sabio y justo hace un tiempo atrás.

El punto es que hoy los delitos de lesa humanidad ya no están siendo castigados, pues se les aplica sistemáticamente una atenuante que se llama Media Prescripción, que es un fraude para engañar a la Comunidad Internacional: se deja a los condenados en libertad y se indemniza a las familias. Así no se evita que el Terrorismo de Estado no vuelva a ocurrir en Chile, pues sus responsables, una vez demostrada jurídicamente su culpabilidad, gozan de libertad inmediata, y estamos hablando de casos de ejecución, detención forzada y desaparición de personas, de tortura.

Los familiares de las víctimas, de este modo, son nuevamente ultrajados en lugar de obtener justicia, ¡que es para lo cual las mayorías derrotamos a la dictadura de Pinochet!

El jueves 25 recién pasado, ocurrió lo mismo en el caso de Liquiñe: el empresario hotelero Luis García y otros no irán a la cárcel por su autoría en la masacre de 15 campesinos de octubre de 1973, a pesar que la sentencia de primera instancia dictada por el ministro Alejandro Solís, refrendada luego por la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, los sentenció a 18 años y cinco años y un día. La Sala Penal de la Corte Suprema les rebajó las penas a cinco y tres años y les concedió el beneficio de libertad vigilada.

Salvador Allende salió elegido, por la votación de millones de personas, como el personaje más importante de la Historia de Chile. Revuélvete en tu tumba amigo presidente, que los chilenos y chilenas de hoy aún no somos capaces de revertir la impunidad, que se instala día a día como una realidad cotidiana, a cargo de las propias instituciones que debieran resguardar la Justicia y el Estado de Derecho.

No permitamos que esto siga ocurriendo. Aunque ya estemos afónicos de tanto decirlo, movilicémonos, hagámonos parte del derecho a la justicia que les asiste a miles de personas. Que los Derechos Humanos no solo existen y deben ser respetados en Venezuela, sino aquí, en nuestro espacio cotidiano de vida.

P.D.: Y como dice Amnistía Internacional: ¡Infórmate, indígnate, actúa!

* Sociólogo, candidato a concejal en la comuna metropolitana de Ñuñoa.
El libro a que hace referencia el autor será publicado y distribuido por LOM Ediciones.

 

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