Construyendo la Bolivia autonómica y plurinacional

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Katu Arkonada*

A menos de dos semanas para las elecciones en Bolivia, el panorama electoral se va aclarando. Sin ninguna duda de que el MAS ganara las elecciones en primera vuelta y con una amplia mayoría, los puntos de interés están en si se lograran los 2/3 de la Asamblea Plurinacional, en los resultados en la media luna, y en Santa Cruz especialmente y en la convocatoria de referéndums autonómicos.

La Bolivia plebeya se hace con el poder

Las últimas encuestas en Bolivia dan a Evo Morales un apoyo cercano al 55%, mientras que el principal candidato opositor, Manfred Reyes Villa, militar formado en la Escuela de las Américas y ex prefecto de Cochabamba desalojado en referéndum revocatorio, no llega a obtener el 20% con su Plan Progreso para Bolivia (PPB). El tercer candidato en liza, Samuel Doria Medina, el empresario cementero, obtiene en torno al 10% de las estimaciones de voto.

Si ya en 2005 el MAS ganó con el apoyo de las clases populares, y un voto por el cambio (matizado) de la clase media, en esta ocasión parece que el voto popular va a aumentar, producto de la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la ciudadanía boliviana mediante el reparto de la riqueza, principalmente proveniente del IDH (Impuesto Directo de los Hidrocarburos), sin olvidar el aumento del censo electoral mediante la elaboración del padrón biométrico que ha permitido censar prácticamente al 100% las zonas rurales, bastiones del MAS en casi todos los departamentos. Este voto militante, altamente politizado, de los movimientos populares, campesinos, indígenas, sujetos políticos con capacidad de acción en definitiva, se va a ver complementado con un importante número de votos provenientes de las clases medias y urbanas.

Hay que destacar la inteligencia de Evo Morales designando como principales candidatos y candidatas, a personas con un gran tirón entre la clase media urbana y sectores intelectuales, la candidata a primera senadora por La Paz, Ana María Romero, el primer candidato por Cochabamba, Adolfo Mendoza, o la primera por Santa Cruz Gabriela Montaño, parece que están arrastrando un buen número de votantes, gente profesional que va a votar al MAS por primera vez en estas elecciones.

Sin olvidar el manejo de la economía boliviana. En los primeros 6 meses del 2009, la economía boliviana ha crecido un 3.2%, más que cualquier otra economía suramericana, a pesar de la crisis económica mundial y la inflación anual ha bajado al 2% este año. Por otro lado la inversión hidrocarburífera está en niveles pre-nacionalización gracias a nuevos contratos firmados este año con las empresas explotadoras.
 

El MAS rompe la media luna
Después del frustrado golpe de septiembre de 2008 y la desarticulación de la célula terrorista internacional que operaba en Santa Cruz, la derecha cruceña, impulsora de la oposición política a Evo en toda la media luna (Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando), comenzó a desmoronarse.
Un primer indicador es la presencia secundaria de sus candidatos en las filas de los partidos opositores. El segundo indicador seria la incorporación al Movimiento Al Socialismo de sectores de la clase media críticos del autonomismo de los terratenientes, su ejemplo más claro es Santa Cruz Somos Todos y la postulación de su representante Betty Tejada como candidata del MAS.

Los retos que vienen a partir del 6 de diciembre no son pequeños. Por un lado la articulación del Estado, basándose en el principio de la descolonización de las estructuras del poder, y una vez obtenida una mayoría amplia y el control de la Asamblea Plurinacional, la puesta en marcha más de 100 leyes que desarrollen la nueva Constitución Política del Estado.

De manera paralela y complementaria, el desarrollo autonómico, principalmente a nivel departamental y a nivel de las autonomías indígenas, no es trivial. Proceso autonómico que en el Estado Español ha fracasado precisamente por no tomar en cuenta los pueblos y nacionalidades que alberga en su interior, y que en el caso boliviano no puede quedarse en un simple traspaso de competencias. La autonomía indígena originaria y campesina puede ser un buen referente, un paradigma en el que asentar nuevas culturas políticas ante la crisis de civilización que vive Occidente.

Por otro lado, en un movimiento sin una cohesión ideológica fuerte como es el MAS, nacido como Instrumento Político, hay un gran riesgo de PRIización con la incorporación de nuevos sectores de clase media en muchos casos provenientes de las estructuras de los viejos partidos neoliberales, absolutamente  desconectados de la lucha de los movimientos sociales y pueblos indígenas. Por eso los próximos 5 años de gobierno de MAS son los que van a definir el futuro de Bolivia, el futuro de la Bolivia plebeya que ansia conquistar verdaderamente el poder para desterrar definitivamente las viejas estructuras de gobierno y construir otra Bolivia que sirva de ejemplo y espejo en la construcción de nuevos paradigmas.

*Iinvestigador y analista de la Agencia Intercultural de Noticias Indígenas (AINI)

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