Cultura popular: falleció Ray Tico. – ADIÓS AL MAESTRO DEL BOLERO
Dueño de una voz envidiable y de un talento innato como compositor, desarrolló un estilo personal de ejecutar la guitarra que aún hoy día sigue sorprendiendo a sus colegas y técnicos de grabación. Esa capacidad como ejecutante y su sensibilidad como ser humano lo llevaron a componer canciones que forman parte del sentir costarricense y universal como Eso es imposible, Se quedo callado, Daloguemos, Sólo para recordar y Romance en La Habana, entre muchas otras.
«Mi abuelo habíoa dejado de hablar hacía dos días. Ayer estaba acompañado por su gran amigo Víctor Mirada. En eso levantó su mano derecha, yo pensé que quería agua y Víctor me dijo ‘no, lo que quiere es su guitarra’. Se la dimos y Ray la abrazó como nunca, como despidiéndose». Pocos minutos después falleció, según relató a medios periodísticos Ernesto Castillo, nieto de Ray Tico.
Tras enfrentar un cáncer desde hace varios años, su cuerpo descansó y fue velado en la Funeraria del Recuerdo, en Barrio Don Bosco, donde estuvo acompañado por colegas y amigos.
A la misa de despedida asistieron los ex presidentes Luis Alberto Monge y Abel Pacheco y músicos como Alvaro Esquivel, Dionisio Cabal, Manuel Obregón y el productor Luciano Capelli, representante de Papaya Music,el sello disquero que editó el único disco compacto de Ray.Posteriormente sus restios fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en su natal Limón, en Bajamar, en Playa Los Baños, según los deseos del artista.
«Los cuarenta años que estuvimos juntos Ray fueron algo increíble, lindo, bueno, precioso; siempre que componía algo me llamaba para que lo escuchara. Estuvimos juntos en muchos lugares como Europa, Brasil y España; de él tengo recuerdos maravillosos y dos hijos. Cuando iba a morir yo le dije que se fuera en paz que a donde él iba yo pronto iría, le di un beso y se quedó ahí», relató, por su parte, María Eugenia Castillo, esposa de Ray.
Un hombre con historia
Ramón Jacinto Herrera (nombre verdadero de Ray Tico) creció en la década de los años 30 en Puerto Limón. Trabajó en una barbería en la que escuchaba boleros y diversas canciones. Aprendió a tocar guitarra solo y con ese instrumento, que le acompañaría el resto de sus días, cantaba a los turistas que llegaban en barcos al Caribe.
En la década de los años cuarenta, cuando tenía 14 años, fue a San José a probar suerte en los programas radiofónicos, los cuales comenzaban a programar música latina, especialmente la que triunfaba en el mercado estadounidense con ritmos como el mambo, la música brasileña, el latin jazz y el bolero. Sólo para recordar es el disco con las mejores canciones de Ray Tico que lanzó al mercado recientemente el sello Papaya Music.
Sin embargo, por avatares del destino Ramón Jacinto terminó trabajando en un barco pesquero y se desembarcó en Colombia, donde empezó a trabajar como músico. Viajó a Cuba, en los años cincuentas, donde su talento le permitió posicionarse como un artista de calidad y compartir con grandes de la época como Olga Guillot, Benny Moré, Rolando la Serie, Daniel Santos, La Sonora Matancera, Bienvenido Granda, Pedro Infante y Pedro Vargas, por citar algunos grandes de esa época.
En La Habana, fue en el único extranjero que formó parte del movimiento denominado «filin», que buscaba romper el esquema tradicional del bolero para imprimirle un sentido más dramático. Ray Tico fue uno de los protagonistas principales en esa transformación. Con su amigo Cesar Portillo de la Luz, autor del famoso bolero Delirio, eran los únicos sobrevivientes de aquella generación.
Tiempo después, Ray Tico viajó a Puerto Rico como delegado ad-honorem del presidente José Figueres y cantó allí para Luis Muñoz Marín (gobernador). Luego llegó a Nueva York –en 1957– y actuó en el Waldorf Astoria así como en los principales centros nocturnos de California y Wáshington.
Cantó en dos ocasiones para Lyndon B. Jonson, cuando era presidente de los Estados Unidos; en Panamá lo hizo para el Rey Leopoldo de Bélgica y en La Habana para el Duque de Windsor. Además, todos los presidentes de los países centroamericano lo han escuchado.
En 1969 regresó nuevamente a Costa Rica, donde vivía con su esposa y viajaba esporádicamente fuera del país.
Homenajes: tarde pero seguros
Aunque parezca increíble, hasta el año 1981, Ray Tico no había grabado nunca un disco. De acuerdo con el crítico de cine Alberto Zúñiga ese año, grabó su primero disco en los estudios MarMusic Record, de los hermanos Barahona donde participó el maestro Quincho Prado en la flauta.
La segunda grabación fue realizada por Manuel Obregón y Nano Fernández en el año 2003, en el primer estudio de Papaya Music, donde se registró la voz y la guitarra de este maestro de la música.
Ray tuvo un homenaje el pasado 19 de marzo (2007) en el teatro Melico Salazar, donde compartió el escenario junto a músicos nacionales y fue declarado «Hijo Predilecto» por la Municipalidad de San José. En abril, Ray Tico recibió otro homenaje, en la residencia del presidente Óscar Arias, donde compartió con figuras de la política y la farándula nacional. Luego, el 25 de mayo, se le hizo otro reconocimiento en México.
Pese a su delicado estado de salud, viajó a ese país, donde se reunió con figuras de la música mexicana como Armando Manzanero y su gran amigo Marco Antonio Muñiz, quien le dijo «amigo del alma, pensé que ya no te vería más».
«Dios me dio el don de componer, son inspiraciones que vienen con una fuerza celestial. Esa fuerza se canaliza en el alma, en el sentido y en el corazón; uno le da cuerpo, es como un embarazo musical», aseguró Ray.
Una de sus hijas «se fue a Cuba, se quedó allá para siempre, se trata de Romance a La Habana!, que ya ni es mía, es del pueblo cubano», declaró en una de sus últimas entrevistas.
El lunes 20 de agosto, Día del Artista Nacional, el presidente, Óscar Arias firmó un decreto que establece la canción de Ray Tico Vengo de Costa Rica… saben de ‘onde vengo yo como la canción de presentación oficial del país en el exterior.
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* Periodista..
En www.informa-tico.com,