«¿Dónde estaban del 11 al 23 de septiembre los que ahora trabajan en la Fundación Neruda?”

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tunba1Manuel Araya (1946), chofer y secretario de Neruda, habla de la exhumación del poeta, del secuestro de Neruda cometido por Juan Agustín Figueroa y del reencuentro con Sergio Vuskovic, Gonzalo Martínez Corbalá, María Eugenia Velasco Martner, Enrique Segura y Rodolfo Reyes: “Cómo no voy a estar feliz si los amigos de Neruda y su sobrino me respaldan». | MARIO CASASÚS.*

 

Y agradece:
«A María Eugenia Velasco Martner le agradezco todas sus atenciones; también tengo palabras de agradecimiento para don Sergio Vuskovic, cuando nos reencontramos en Valparaíso fue muy amable, me abrazó, nos emocionamos y recordamos los trámites que hicimos para el traslado de la imprenta que Neruda compró para donarla al periódico El Siglo; y Rodolfo Reyes —sobrino directo de Neruda— me dijo que cumplirá con su palabra: autorizará la exhumación”.

 

El fiel escudero del poeta concluye: “Confío en que todo saldrá bien, por fin se hará justicia”.

 

—Don Manuel, ¿cómo recibió la noticia de la exhumación de Neruda?
Araya—Recibí la noticia con mucha alegría y a la vez con una tristeza enorme, por fin se hará justicia a Pablo Neruda. Esperaba la confirmación oficial, cuando el abogado Eduardo Contreras me habló por teléfono para avisarme que el juez Mario Carroza ordenó la exhumación de Neruda, pensé que había valido la pena tanto esfuerzo; estuve a punto de perder la esperanza, ahora puedo morir tranquilo.

 

—¿La alegría tiene que ver con el reencuentro —después de 40 años— con los amigos de Neruda?, ¿cómo describiría sus conversaciones con Sergio Vuskovic, Gonzalo Martínez Corbalá, María Eugenia Velasco, Enrique Segura y Rodolfo Reyes?
—Cómo no voy a estar feliz si los amigos de Neruda y su sobrino me respaldan; a María Eugenia Velasco Martner le agradezco todas sus atenciones, me regaló dos libros de su padre y nos acompañó en la presentación de nuestro libro: El doble asesinato de Neruda (2012).
«También tengo palabras de agradecimiento para don Sergio Vuskovic, cuando nos reencontramos en Valparaíso fue muy amable, me abrazó, nos emocionamos y recordamos los trámites que hicimos para el traslado de la imprenta que Neruda compró para donarla al periódico El Siglo y nos reímos al recordar que durante la importación del automóvil de Neruda desde Francia, en la cajuela encontramos botellas de vino tinto y whisky. Cuando don Sergio Vuskovic era alcalde de Valparaíso me dio todas las facilidades para trasladar las cosas que necesitaba Neruda para construir su nueva casa en Lo Curro.
«Al embajador Gonzalo Martínez Corbalá le agradezco sus palabras en la conversación telefónica que sostuvimos, fue muy emotivo hablar con el embajador de México casi 40 años después.
«Y a usted, querido amigo Casasús, y a Francisco Marín les agradezco por todo lo que continúan haciendo para recuperar el legado de Neruda. Cada vez estoy más contento y orgulloso de los amigos que me han acompañado en esta historia, ustedes han sido solidarios con mi denuncia y por fin se hará justicia en memoria de Pablo Neruda».

 

—La actitud de los amigos de Neruda contrasta con las descalificaciones de la Fundación Neruda, la directora Aída Figueroa declaró a Chilevisión: “Manuel Araya no tuvo ninguna convivencia con nadie de todos nosotros, yo nunca le di la mano” [20/12/2011].
—La señora Figueroa es una canalla o padece de su memoria, no me quiere reconocer, tengo un libro que ella me dedicó con su puño y letra. ¿Dónde estaban del 11 al 23 de septiembre los que ahora trabajan en la Fundación Neruda?; yo me quedé en Isla Negra para cuidar a Neruda después del golpe de Estado, cumplí con el mandato de mi Partido Comunista.

 

—Neruda le decía “mi secretario” al niño Enrique Segura; también le decía secretario al joven poeta mexicano Hugo Gutiérrez Vega, cuando era su “botones” en un viaje por Europa. Pero, en una actitud déspota y clasista, la Fundación Neruda asegura que usted era un simple chofer, ¿qué saben ellos de las costumbres y afectos del poeta?
—En el directorio de la Fundación Neruda están puros ladrones. ¿Qué podemos esperar de Aída Figueroa, de Juan Agustín Figueroa, o de Fernando Sáez, qué sabían ellos de la amistad que yo tenía con Pablito, qué sabían ellos sobre la forma en que Neruda trataba a su gente de confianza?
«Juan Agustín Figueroa no conocía a Neruda, no era su amigo, de la Aída sí recuerdo haberla visto en Isla Negra junto a su esposo Sergio Insunza.
«El directorio de la Fundación se ha robado el legado de Neruda, la última voluntad del poeta era dejar sus bienes materiales al pueblo de Chile, pero ¿dónde está la plata de los derechos de autor de Neruda y las donaciones que han recibido? La Fundación Neruda debe regresar el legado que han usurpado, deben entregar la herencia del Neruda al pueblo de Chile, deben construir Cantalao, deben respetar los estatutos originales de la Fundación y convocar a los rectores de las universidades, a los escritores, a los sindicatos y a los sobrinos de Neruda para el nuevo Consejo de Administración de la Fundación».

 

—Enrique Segura —el otro “secretario» de Neruda— preside el Sindicato de Trabajadores de la Fundación Neruda. Don Manuel, ¿por qué acompañó a los trabajadores de la Fundación Neruda en la huelga?, ¿por su amistad con Enrique Segura?
—Cómo podría negarle mi apoyo al Sindicato de Trabajadores de Isla Negra, La Sebastiana y La Chascona, yo tengo que cuidar el legado de Neruda, al poeta no le hubiera gustado saber que los trabajadores de las casas museo sobreviven con miserables salarios y maltratos de sus patrones.
libro«Insisto: la Fundación está usurpando los bienes de Neruda, el dinero de la Fundación lo dan los visitantes de las casas, el resto de plata proviene de las ventas de los libros de poesía, los funcionarios del directorio no están aportando nada; es una vergüenza que los trabajadores del Sindicato no recibieran un aumento de salario y tuvieran que irse a huelga.
«Juan Agustín Figueroa fue un miserable con los trabajadores del Sindicato, se cree intocable, pero si se desplomó el intocable asesino de Pinochet, así caerá el dueño del Fundo Neruda».

 

—¿Qué opinión tiene ante las represalias y amenazas en contra del sindicato de la Fundación Neruda después de la huelga?
—Los directores de la Fundación están amenazando a los trabajadores con despidos masivos por la huelga que realizaron del 7 al 16 de enero; hemos conversado con los abogados del ‘caso Neruda’ y con dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para que denuncien las amenazas de los despidos masivos.
«La Presidenta de la CUT acompañó la huelga del sindicato en Santiago y los abogados del caso Neruda están dispuestos a defender a los trabajadores si la fundación cumple sus amenazas de los despidos masivos».

 

—¿Usted no tiene miedo de sufrir alguna represalia de la Fundación Neruda por su denuncia?
—No. Estoy diciendo la verdad sobre el asesinato de Neruda y ahora conozco todas las irregularidades de la Fundación Neruda. ¿De qué podrían acusarme? Ellos mienten, no estuvieron con Neruda en sus últimos días, yo lo acompañé en los momentos más difíciles.
«Yo no le tengo miedo a Juan Agustín Figueroa, ellos están usurpando el legado de Neruda, Matilde Urrutia tomó malas decisiones, se dejó envolver por Juan Agustín, la Matilde debió denunciar que en un barco de Ricardo Claro torturaron al doctor Francisco Velasco, debió denunciar que los milicos torturaron al otro secretario de Neruda, Matilde no dijo ni una palabra sobre el asesinato de Homero Arce, tampoco denunció el asesinato de Neruda».

 

—¿Está seguro de lo que pasó exactamente día a día, del 11 al 23 de septiembre de 1973?
—Sí, en el libro El doble asesinato de Neruda (2012) está documentado cada día, con archivos de prensa y declaraciones de otros libros.

 

—El 17 de septiembre de 1973 usted partió de Isla Negra a Santiago para contratar la ambulancia, ¿cabe la posibilidad que fuera otro día?, tal vez fue el 18 de septiembre y por eso no coincidió con Charo Cofré y Hugo Arévalo…
—Nadie podía entrar a la casa de Neruda, Isla Negra estaba vigilada 24 horas al día por patrullas en tierra y había un buque de guerra anclado frente a la casa de Neruda.
«La mentirosa de Charo Cofré dice que ella y su marido se quedaron a dormir en Isla Negra el 18 y que acompañaron a Neruda detrás de la ambulancia el 19 de septiembre, pero el traslado de Neruda para la clínica fue por seguridad, para protegerlo y preparar su exilio en México».

 

—Matilde Urrutia declaró al vespertino La Segunda y en el reportaje Funeral vigilado que al chofer de Neruda lo arrestaron el 23 de septiembre, pero ella insistió en que ustedes fueron a Isla Negra el 22 de septiembre; sólo en una entrevista a Televisión Española Matilde aceptó que fueron a Isla Negra el 23 de septiembre de 1973…
—¿Cómo pudo estar Matilde el 22 de septiembre en Isla Negra?, si ese día estaba programado el viaje a México, si el Embajador Gonzalo Martínez Corbalá visitó a Neruda en la Clínica la mañana del 22 de septiembre y por la tarde llegó el diplomático sueco Ulf Hjertonsson que también conversó con Matilde.
«El 22 de septiembre se fijó el viaje a México para el 24, así que un día antes fuimos a Isla Negra por los últimos detalles, Neruda me entregó una lista con lo que necesitaba: libros y la parte final de sus memorias inéditas, Matilde preparó el equipaje para el exilio.
«El 23 de septiembre Neruda llamó por teléfono a la Hostería Santa Helena en Isla Negra, para quejarse conmigo de una inyección que le aplicaron en la Clínica, después habló con Matilde y ella me dijo que regresaríamos lo antes posible a Santiago; cuando llegamos Matilde subió corriendo a la habitación 406 de la Clínica Santa María, y yo me quedé en la calle para entregarle al chofer de la Embajada de México los libros y el equipaje de Neruda.

«Al subir a la habitación me llamó la atención el color rojizo en su estómago y le pregunté a don Pablo: “¿Qué le pasa”, él respondió: “Me inyectaron mientras dormía, desperté por el pinchazo y ahora tengo fiebre”. Le pusimos compresas de agua fría para bajarle la fiebre, las enfermeras no llegaban por el cambio de turno, finalmente apareció un doctor y me pidió que saliera a comprar un medicamento, pero en el camino me detuvieron agentes de la dictadura, no volví a ver a don Pablo.
cardenalSH«Me enteré de la muerte de Neruda cuando fue a visitarme el cardenal Raúl Silva al Estadio Nacional, donde permanecí detenido; en el Estadio Nacional me torturaron porque los milicos querían saber quiénes eran los amigos del comunista Neruda. Cómo podría haberme confundido con las fechas, todo ocurrió así de rápido el 23 de septiembre de 1973».

 

—El cardenal Raúl Silva Henríquez lo rescató del campo de concentración, ¿no le contó lo ocurrido en la Clínica Santa María?
—Cuando el cardenal Raúl Silva me dijo en el Estadio Nacional que en la noche del 23 de septiembre falleció don Pablo, yo le respondí: “No murió, lo asesinaron en la clínica mediante una inyección, los doctores me pidieron que fuera a la farmacia, me detuvieron para que no hubiera ningún testigo del crimen”.

 

—¿Por qué el cardenal Raúl Silva no denunció el asesinato de Neruda?
—Porque Matilde nunca ratificó la denuncia ante la Vicaría de la Solidaridad. El cardenal tenía mucho trabajo, protegía a las familias de las víctimas de los crímenes de la dictadura, el cardenal siempre ayudó a los familiares de los desaparecidos y fusilados, pero en el caso de Neruda nunca se presentó la denuncia.
«Por eso yo todavía no perdono a Matilde, como esposa tenía que dar la cara por Neruda y denunciar su asesinato, yo le pedí que denunciara el asesinato de don Pablo Neruda y nunca me hizo caso, quiso darme un automóvil como soborno, la viuda quiso comprar mi silencio».

 

—Sin embargo, Matilde sí denunció sus sospechas sobre la inyección que provocó la muerte de Neruda, se lo dijo a Rosita Núñez (La Nación, 18/09/2005). Usted no es el único que sostiene la teoría del asesinato, sino la enfermera que cuidó a Neruda de 1960 a 1973…
—Matilde estaba sola, los amigos de Neruda partieron al exilio o a la clandestinidad; estoy convencido que Matilde se desahogó con Rosita Núñez porque la culpa no la dejaba en paz, por los remordimientos.
«Yo presioné a Matilde para que dijera la verdad, ella era la persona indicada para denunciar el asesinato de Neruda, pero no lo hizo para proteger sus bienes, al ver que yo no aceptaba su soborno me trató mal y no volvimos a conversar.
«Es probable que Juan Agustín Figueroa la aconsejara de no denunciar el asesinato de Neruda para que llevara la fiesta en paz con Pinochet durante los primeros años de la dictadura.
«Yo acuso a la dictadura de Pinochet por la desaparición de mi hermano Patricio Araya, lo confundieron conmigo, o los milicos querían enviarme un mensaje: no denuncies el asesinato de Neruda que te puede pasar lo mismo que le pasó a tu hermano».

 

—¿No denunció el asesinato de Neruda ante la dirigencia clandestina del Partido Comunista?
—Toqué todas las puertas posibles, después de salir del campo de concentración quedé sin contacto con la dirigencia del PC, busqué a Matilde Urrutia pero no me hizo caso; en dictadura no había libertad de prensa y en democracia nadie quería escuchar mi denuncia, ni el presidente Ricardo Lagos, ni los canales de televisión.
«La primera vez que un periódico publicó mi denuncia fue en 2004: El Líder de San Antonio, pero los medios de comunicación no retomaron la noticia, tampoco la Fundación Neruda quiso escucharme, ahora sé por qué».

 

—Matilde Urrutia difamó a Homero Arce, lo acusó de robarle plata a Neruda en la Clínica Santa María; la viuda intentó difamar a Laura Reyes con el mismo “modus operandi”. Don Manuel, ¿por qué asegura que Matilde era ingrata con la hermana de Neruda?
—La Matilde acusó a Laurita de que le había robado algunas joyas, pero era una mentira de la chascona [despeinada, apelativo afectuoso puesto por Neruda a su compañera al comienzo de la relación]. Llegaron los carabineros porque la Matilde quería que arrestaran a Laura Reyes, pero las joyas estaban en la casa.
PNerud«Don Pablo no supo nada de esto, Laurita no le contó, yo tuve la intención de decirle pero iba a quedar ‘la escoba’ [escándalo]. Algunas cosas no se le contaban a don Pablo para no darle dolores de cabeza».

 

—El sobrino directo de Neruda lo apoya, ¿qué opina al saber que el abogado Rodolfo Reyes autorizará la exhumación de Neruda?
—Ayer hablé por teléfono con don Rodolfo Reyes, le dije que todos los días me comunicaba con usted don Mario; y al tiro [de inmediato] don Rodolfo me dijo: ‘Qué bien, déle mis saludos al periodista Casasús, usted cuenta con mi apoyo, cumpliré mi palabra de autorizar la exhumación, cuando terminen las vacaciones del juez Mario Carroza se realizará la dirigencia en Isla Negra’. Confío en que todo saldrá bien, por fin se hará justicia.

 

—Finalmente, ¿cómo lo pueden contactar los periodistas?, ¿tiene un blog, cuenta de Twitter o página de Facebook?
—Mi página de Facebook es: “Manuel Araya Osorio” y mi blog oficial es: www.choferdeneruda.cl también hay miles de noticias sobre mí en la internet, me han entrevistado periodistas de prácticamente todo el mundo.
——
* Periodista.
Publicado originalmente en www.elclarin.cl —se reproduce aquí por gentileza del autor.

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