Ecuador: quién dice qué a quién

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El ejemplo no puede ser más práctico: en un choque de vehículos en una esquina, hay por lo menos dos versiones: la de un conductor (chofer) y la del otro. Si por mala suerte, hay un herido, una tercera versión; y si por ahí aparece un testigo, hay una cuarta versión.
Preguntaba el profesor a sus alumnos: ¿quién de los cuatro tiene la razón? La estación TeleSur viene ensayando los miércoles de cada semana, una suerte de periodismo de ocasión: ¿quién dice qué a quién? | ALBERTO MALDONADO S.*

 

En el caso del choque los alumnos daban la razón al chofer que conducía el carro, que estaba en vía preferencial y que se pasaba en luz verde el semáforo de la esquina. Ese tenía la razón y por lo tanto el otro chofer tenía que pagar la hospitalización del herido y los daños causados en los dos vehículos.

 

Pero ahí venía la versión del herido: “Yo le dije al chofer que venía otro carro a toda velocidad, que era la una de la madrugada y que fuera más despacio ya que la policía de tránsito del Quito permitía que pasadas las 10 de la noche, hasta las cinco de la madrugada del siguiente día, podía pasarse el semáforo en rojo para evitar sorpresas», etc.

 

El testigo decía que el culpable era el que se pasó en verde el semáforo ya que vio al otro coche que venía a toda velocidad y que se pasaba en rojo el semáforo porque posiblemente advirtió que podía ser atracado por un grupo de personas (3 o 4) en la misma esquina; grupo que desapareció como por encanto de la esquina en donde se produjo el choque.

 

Cuando había alguna ética en los medios de comunicación, se exigía que el periodista estaba obligado a dejar constancia de que había por lo menos cuatro versiones sobre el accidente. Esta era una exigencia periodística en los años 50 a 70 del siglo 20; es decir hace no menos de 40 años.

 

Hoy día la “gran prensa local” se da modos para destacar lo que ella estima es la verdad e ignora las otras versiones. Más; da como cierta la versión que le conviene e ignora las demás a título de “hace tal tiempo que se ha pedido la versión oficial” o que el periodista hizo lo “imposible” por conseguir y consignar las otras versiones, pero que no le fue posible.

 

Todo para disimular lo que todo el mundo sabe o se está enterando: que desde que la vieja oligarquía se fundió como partidos políticos, la gran prensa, que se autotitula independiente, ha asumido ese papel. Y no es que uno sea un antiprensa desde hace medio siglo sino que en lugar de la vieja aristocracia política ha asumido esa tarea, tal prensa.

 

De manera especial, hay algo (o mucho) si a criterio de los dueños (de los que mandan) se pone en peligro, o por lo menos entredicho, la actitud gubernamental como es el caso de Venezuela, del Ecuador, de Bolivia, de Nicaragua, etc.

 

Claro que esa actitud les dio sus frutos, hasta los años 90 del siglo XX. Cuando existía la ex URSS, la gran prensa mentía descaradamente.
Como no había cerca una réplica, o se la ignoraba olímpicamente, pues
el común de las personas se tragaba tales infundios; tal como sucede
actualmente con Cuba. Y contra Venezuela, la “gran prensa mundial”, ¿no dijo que el “majunche” venezolano ya le había superado al comandante Chávez?
(Pregunto: ¿cuál fue el resultado electoral?).

 

Lo mismo se espera hacer con Ecuador, y sus elecciones generales previstas para el 17 de febrero de 2013. Que se miente, solo que nadie (o muy pocos) les creen.
Por ejemplo, hay un cantón cubano en donde la muerte de niños se ha reducido a 0.0 por mil nacidos vivos; pero aquello (para los medios que se dicen independientes) no es noticia. Noticia fue que más de 13.000 niños cubanos fueron sacados de Cuba al inicio del triunfo revolucionario, porque “dizqué” les iban a sus padres (que eran reaccionarios) a quitar la “patria
potestad”.

 

Pasaron los tiempos y aquellos niños y niñas fueron creciendo en una patria que no era la suya y demandaron al gobierno cubano que les reciba, a lo que se dio el nombre de “marielitos”. Muchos se quedaron a vivir en su país. Otros pocos regresaron a Miami donde viven a sus anchas el archi criminal de Luis Posada Carriles, los ladrones de los hermanos Isaias; y Emilio Palacio. El primero fugado de Cuba; y los otros, de Ecuador.

 

Hay que leer el Proyecto Censurado, que editaba el señor Phillips, de la Universidad de Sonoma,California (que traduce todos los años el periodista chileno Ernesto Carmona). A él, unos cuantos profesores y
estudiantes de esa universidad para el año 2011 les faltó espacio ya que eran muchas más las noticias censuradas en EEUU por las 10 grandes transnacionales que controlan a la “gran prensa” norteamericana

 

Lo mismo pasó el año 2012. Y, por si esto fuera poco, hay que solo revisar los porcentajes de los que podían votar en ese país-imperio. El señor Bush hijo fue designado por menos del 20% de los votos (en la segunda elección) y el señor Obama no llega ni al 30% de los votos, de los cuales la mitad es de dicho señor. Y así por el estilo.

 

En la corta vida de las Naciones Unidas (cuya sede principal radica en el país del norte) va para las 21 veces que la Asamblea de ese foro, que se lo supone el más alto del mundo, pide a los Estados Unidos de
Norteamérica que el bloqueo a Cuba cese por inútil y porque así lo dispone la propia carta de las NNUU (188 votos a favor). Pero ni caso que le hace.

Eso sí, para invadir Irak y Libia no necesitó de permiso alguno. Igual que Israel mata y hiere a palestinos las veces que le da la gana; y el Presidente de la Corte Penal de Justicia de la Haya no hace nada. En cambio, dictó órdenes de captura inmediata contra el coronel Kadaffi, sin saber que lo iban a matar en el camino, las tropas que invadieron Libia. Y que, según la propia “prensa
internacional” fueron, vulgares mercenarios (asesinos a sueldo).

 

Pero Cuba sigue existiendo, a pesar de todo. Igual, el pueblo de Libia; lo mismo Siria. Pero, ¿quién dice qué a quién?

 

Según TELESur, a pesar del huracán Sandy, Cuba sigue existiendo y solucionando sus problemas que son muchos. Según una fuente de Santiago de Cuba (por donde pasó el huracán) una anciana dijo, mientras trataba de arreglar su vivienda destruida por el fenómeno, “gracias revolución” porque permite reducir al mínimo la muerte de seres humanos y porque permite una distribución equitativa de la ayuda que comenzó a llegar.
Esto no lo entendía un joven, presente en el comentario. No lo entendía, entre otras razones, porque era muy joven y pensaba que siempre se defendía así.

 

Lo que todo el mundo conoce y sabe es que los grandes medios de comunicación tienen una política empresarial, les guste o no a sus servidores. Si su misión es ganar dinero (la publicidad, en primer lugar) y su calidad de empresa destinada a ganar lo que sea y lo que pueda, según un elemental designio de la gran empresa liberal. Es decir, un periodista que se precie o debe renunciar e irse; o le echan a la desocupación de la gran prensa sipiana.

 

Razón tenía la dueña y directora del diario sipiano El Comercio de Quito, en reunir a sus “muchachos” y decirles que El Comercio está contra Rafael Correa y su “revolución ciudadana” y que el periodista que quiera hablar bien de él o destacar sus avances, puede comenzar a irse del diario. ¿O eso no es contra la libertad de expresión? Pregunto ingenuamente.

 

Vuelvo a lo mío. Antiguamente, la gran presa, por lo menos en los asuntos internos, no tomaba partido, como hoy. Presumía de independiente (frente a los gobiernos de turno) para poder opinar; pero de un tiempo a esta parte, han asumido la defensa irrestricta del sistema. Es para ellos su enemigo natural todo aquel que no esté de acuerdo con semejante posición. Y para ellos es una “verdad verdadera” lo que diga o haga el contrario a los que atacan. Y así por el estilo.

 

Decía un compadre (de esos que esperan otra actitud de los medios “independientes”) que para enterarse de lo que dice y opina el “contrario” solo basta con hojear un diario independiente o ver un informativo en la televisión sipiana. Uno queda enterado de qué es lo que opina la gran prensa o qué es lo que dice la oposición. En esto difieren del único código de ética dictado en 1988 en el Ecuador, según el cual un periodista profesional no puede estar contra los intereses y las luchas del pueblo ecuatoriano.
——
* Periodidsta.

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