El cielo de Chicago… visto desde lejos

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Wilson Tapia Villalobos *

Este año, la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago tuvo un invitado de lujo para su ceremonia de graduación. Los seiscientos estudiantes que egresaban eligieron a Eliodoro Matte para que pronunciara el discurso de despedida. Deseaban que les contara la experiencia de un Chicago Boy exitoso, en esta especie de Cielo –Paraíso, si su mirada es religiosa– de las ideas neoliberales en que se ha transformado Chile.

 

Y Matte fue sincero, abierto, persuasivo, estimulante. Esto último provino del personaje mismo. El líder de lo que hoy es uno de los grupos más relevantes de la economía chilena, partió por dibujar lo que él aprendió allí entre 1970 y 1972. Período turbulento en Chile. De pesar y preocupación para Matte que, no obstante, según dijo, jamás pensó en dejar definitivamente su patria querida.

Reconoció que cuando llegó a hacer su MBA iba cargado de pesadumbre, casi de derrota. Pero su humor cambió casi por arte de magia. Chicago le dio otra visión. No todo estaba perdido. Por el contrario. La idea que sacó de las augustas aulas de Chicago era simple:

"El apoyo categórico a la sociedad libre. El establecimiento de una economía abierta y competitiva no sólo impulsa el desarrollo del capital y el empleo, también estimula a la gente a tener la libertad de elegir". Con esa idea volvió a Chile. Y aquí puso en práctica el segundo elemento que había encontrado en Chicago. "No es suficiente debatir. Llegado un punto, todo debate, todo aprendizaje, debe darnos agallas y transformarse en un compromiso con la acción".

Matte cumplió cabalmente con la idea, aunque no fue exactamente riguroso con los postulados. Flamante Chicago Boy, de vuelta al terruño se entregó a la acción con el selecto grupo que ya en ese entonces lideraba Sergio de Castro. Aquí compartió el contenido de El Ladrillo, la Biblia de las ideas económicas aprendidas en Chicago, que pondría en práctica el general Pinochet. Y que hoy, según Eliodoro, todos los partidos políticos relevantes de Chile –obviamente incluidos los de la Concertación gobiernista– han aceptado.

Actualmente Matte se encuentra satisfecho y más convencido que nunca de que las ideas que él aprendió en Chicago salvaron a Chile, y posiblemente al mundo, de la hecatombe comunista. Que haya tenido que establecerse una férrea dictadura para transformar al país en un laboratorio económico, es casi un detalle, que certeramente olvidó en su exposición. Por supuesto, los muertos desparecidos y torturados ni siquiera fueron una cifra en su brillante discurso de clausura.

El exitoso empresario tuvo palabras de reconocimiento para Sergio de Castro. El gurú de la economía dictatorial ejerció como ministro de Economía, en el período 1973-76, y como ministro de Hacienda, desde 1976 a 1982. Este PhD de Chicago "era una figura paterna para nosotros, los Chicago Boys", aseguró casi con ternura. Matte no entró en más detalles políticos. No era necesario. En pocas palabras lo había dicho todo. Y al leerlo, uno puede entender por qué hoy funge de personaje amplio y hasta abierto con la centro izquierda, como él llama a la Concertación.

Cuando fue necesario, en el pasado, entró en acción. Ahora no ha sido necesario. Las cosas se están haciendo como las ideó De Castro. Con seguridad, sobre el tema se escribirá mucho en el futuro. El caso chileno es digno de estudio. Pero ya se han dicho algunas cosas.

En el libro Sergio de Castro, el arquitecto del modelo económico chileno, sus autores, los académicos Patricia Arancibia Clavel y Francisco Balart, hacen aseveraciones certeras. Dicen, por ejemplo, que el plan de "shock" impulsado por de Castro en 1975, habría sido imposible sin dictadura. Y agregan que aquí, al imponer El Ladrillo, sus responsables neoliberales rompieron una regla fundamental del neoliberalismo: la no intervención del Estado.

A propósito de este libro, el profesor Joaquín Fermandois escribió el documento Modernización, desarrollo, dictadura: el papel de Sergio de Castro. En él comienza por describir al padre de los Chicago Boys chilenos. "Hay algo de desenfado y hasta de desparpajo en él, que hace que toda crítica le resbale y pueda calificarla tranquilamente de error".

Hoy, el padre del éxito económico chileno debiera estar viviendo días complejos. Pero, seguramente, la justicia se ha equivocado al dar luz verde a diez juicios ejecutivos en su contra. En la arremetida judicial, que proviene de la inmobiliaria Parque del Sol, varios Bancos y la Tesorería General de la República, hay miles de millones de pesos involucrados.

Técnicamente Sergio de Castro está en la quiebra. Pero buena parte de sus bienes fueron traspasados a familiares. Sin embargo, hay intereses fuertes comprometidos, como los de la familia Sweet, propietaria de la inmobiliaria involucrada. Todo ello hace presumir que el enfrentamiento será duro, aunque la sangre nunca llegue al río.

El abogado de de Castro, Flavio Herrera, sostiene que su cliente está financieramente muy bien. "Tiene bastantes sociedades y está estructurado como holding". Cuando Matte dio la conferencia, aún no se declaraba la quiebra de su mentor. Pero los juicios ya se conocían.

Tranquilos, Chicago también enseña a salir de estos traspiés.

* Periodista.

wtapiav@vtr.net

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