En Caracas las mujeres llaman a concentrarse por la vida

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SurySur.

La cita es para el jueves 29 de abril a las 10.30 de la mañana frente al Tribunal Supremo de Justicia, en la Avenida Baralt. Gatilla la convocatoria —también a hombres— el femicidio de Jennifer Carolina Viera, asesinada por su cónyuge: un número más en la larga lista de mujeres que no debieron morir. El siguiente es el Comunicado feminista a las instituciones y la sociedad venezolana.


Ni un feminicidio más

El feminicidio es el asesinato de mujeres favorecido por el ambiente ideológico y social del machismo; es la expresión extrema del patriarcado que se agudiza en las relaciones del sistema capitalista.

El lamentable feminicidio de Jennifer Carolina Viera, a manos de Edwin “Inca” Valero, su esposo, ha sido sólo uno entre millones en el mundo. Aproximadamente cada cinco días muere una mujer en manos de su pareja, pero no son visibilizados como casos de violencia de género.

La muerte es el final de una espiral de violencia de género que puede ser detectada y detenida a tiempo. Múltiples factores inhiben el proceso de denuncia en las mujeres víctimas de violencia: el temor, los vínculos afectivos, la falta de apoyo, las relaciones de poder que se tejen en el ciclo de la violencia —más si se trata de personajes públicos y reconocidos—  y  la reedición de la violencia en prácticas sexistas prejuiciosas en los organismos competentes —violencia institucional.

Nos preguntamos:
¿Cómo teniendo una de las leyes más avanzadas del mundo para la protección de los derechos de las mujeres, aún ocurren éstos hechos?

¿Quiénes son los funcionarios y las funcionarias que la aplican y cómo la aplican?
La muerte de Jennifer era evitable, de eso no nos queda la menor duda.

Los feminicidios como hecho noticioso son tratados de forma sensacionalista, morbosa y amarillista. A la violencia mortal se suma la violencia mediática: se los llama “crímenes pasionales” y se convierte al agresor en víctima, eximiéndolo de responsabilidad. Se satanizan las ideas feministas, y también, se utilizan los hechos de manera oportunista, banalizando o utilizando políticamente un  gravísimo problema social y de salud pública, sin producir una reflexión social honesta y educativa. El caso “Inca” no ha sido la excepción.

Organizaciones, colectivos y militantes feministas, mujeres y hombres comprometidos contra la injusticia solicitamos:

– Una investigación exhaustiva  del caso, ya que es necesario que los verdaderos responsables sean debidamente sancionados o sancionadas, y así sentar un precedente positivo en la lucha contra el feminicidio en nuestro país, para que estos hechos lamentables no se repitan.

– Mejorar y profundizar la formación, sensibilización y evaluación de los funcionarios que atienden y procesan las denuncias de violencia de género en nuestras instituciones, impulsando y controlando una actuación con justicia oportuna.

– Desarrollar y mejorar los sistemas de atención, procesamiento de denuncias, amparo y apoyo a las mujeres víctimas de violencia con urgencia.

– Realizar una campaña nacional cultural e institucional, de manera permanente a través de todos los medios de comunicación, y en todos los espacios educativos y comunitarios, para prevenir y erradicar la violencia y el machismo. La igualdad de género debe estar presente en la educación desde la niñez.

– Monitoreo y control de los medios y la publicidad machista y sexista en todos sus formatos.

– Generar y divulgar información estadística y cualitativa sobre violencia de género que oriente las políticas públicas y las acciones sociales.

(Firma):
La Araña Feminsta
Caracas, 27 de abril de 2010

(La Araña Feminista es una red que articula diversos colectivos de mujeres  y hombres que luchan por la justicia e igualdad entre los géneros).

Adhieren:
Colectivo Mujer tenía que ser,
Programa de televisión Entrompe de Falopio,
Ávila TV,
Revista Matea,
Momumas,
Colectivo Mujer y Salud,
Colectivo Fs y Ms
y una larga nómina de personalidades, artistas, academicos y ciudadaos y ciudadanas
.
 

(La imagen en el cuerpo de la Convocatora corresponde a un busto de Luisa Cácares Arismendi, heroina de la independencia de Venezuela; mujer que conoció la represión y la cárcel en su época; el busto se encentra en dependencias del Tribnal Supremo de Justicia).

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