En Venezuela se aprecia – LA ESQUIZOFRENIA LATINOAMERICANA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

I. EN VENEZUELA «SOCIALISMO O MUERTE» NO CIERRA

IAR Noticias*

Douglas Bravo, un ex comandante guerrillero de orientación marxista que estuvo cerca de Chávez en alguna época, dijo del presidente venezolano en una reciente entrevista con el diario El Universal: »Si ven su discurso y oratoria, este es un gobierno revolucionario». Y agregó: «Pero, si ven lo que ha logrado, este es un gobierno neoliberal».

En una visita a Vietnam, durante una gira que incluyó a Irán y Bielorrusia, Hugo Chávez dijo que »el capitalismo conducirá a la destrucción de la Humanidad». Y agregó: «EEUU es el diablo que representa al capitalismo». Ahora bien, según los números, Venezuela es el principal socio comercial en la región de EEUU.

Realidad

«Estados Unidos representa el 50% de las relaciones comerciales de Venezuela con todo el mundo», destacó en mayo de 2006 el presidente de la Cámara de Comercio Venezuela-EEUU (Venamcham) en declaraciones a a la agencia AFP. «El comercio anda de maravilla. El año pasado nos acercamos a los 40.000 millones de dólares» en la balanza bilateral», dijo, aclarando que la proyección para 2007 era de 50.000 millones de dólares.
Señaló que Venezuela exportó 32.000 millones de dólares, de los cuales unos 800 millones correspondieron a exportaciones no petroleras, e importó por valor de 6.300 millones de dólares.

Precisó que las importaciones desde EEUU «subieron sustancialmente» en 2005, en un 20%, y que 26% de las importaciones totales de Venezuela vienen de EEUU. «Tenemos una dicotomía entre las relaciones generales a nivel político y las relaciones económicas. Las relaciones económicas están muy bien», dijo Saade.

Estados Unidos es el principal inversor extranjero en Venezuela en tanto que que Venezuela posee ocho refinerías y 4.000 estaciones de servicio en ese país. Las exportaciones petroleras de Venezuela representan la gran mayoría de dicha actividad comercial, ya que aún es el cuarto proveedor de petróleo de Estados Unidos.

Impulsado en buena medida por esos crecientes ingresos petroleros, el comercio aumentó en 36 por ciento durante el 2005, quedando en $40.400 millones, lo que representa el crecimiento más acelerado en valor de carga entre los 20 socios principales de comercio de Estados Unidos, según WorldCity, empresa con sede en
Miami que sigue muy de cerca la actividad comercial estadounidense.

Según The Wall Street Journal, el principal diario financiero del imperio, Venezuela también mantiene estrechos vínculos con bancos de Wall Street, al tiempo que las firmas Morgan Stanley y Credit Suisse asesoran a los gobiernos de Venezuela y Argentina con respecto a la eventual venta de US$ 2.000 millones en bonos.

A las cifras del intercambio comercial entre EEUU y Venezuela, los analistas del sistema suelen calificar como «brecha creciente» entre el discurso político y la realidad económica.

General Motors y Ford, registraban en julio de 2006 un aumento de 28 por ciento en sus ventas respecto del año 2005. GM, el mayor fabricante de automóviles en Venezuela, dijo en julio de 2006 que invertiría US$ 20 millones para expandir la producción en 30 por ciento, sumando 600 nuevos trabajadores. En las calles de Caracas, capital de Venezuela, los afiches con las marcas y publicidad de productos estadounidenses compiten con los coloridos murales que muestran a Chávez y Simón Bolívar, o las propagandas callejeras contra el «Imperio» del «Bush diablo» («Señor Peligro (Mr. Danger), hagamos el amor y no la guerra», decía uno de
ellos). Pero la Venezuela de Chávez no hace el amor con el EEUU del «Bush diablo», hace negocios.

El símbolo multinacional más acabado del «diablo capitalista», la corporación Halliburton, con 10 oficinas y 1,000 empleados en Venezuela, ganó un contrato para asesorar a Petrozuata, empresa conjunta entre la paraestatal del petróleo venezolano y la ConocoPhillips, en la extracción del hidrocarburo de yacimientos en el oriente de Venezuela.

En su expediente de julio ante la Comisión Cambiaria y de Valores (SEC), Halliburton informó que su grupo de servicios de energía, el cual ayuda a empresas que hacen perforaciones en busca de petróleo, había alcanzado un crecimiento en ventas de dígitos dobles en Venezuela durante los primeros seis meses del 2006, neutralizando así su declinación en México.

Entre el 30 de junio y el primero de julio del año de 2005 la cita de negocios «Fortaleciendo los vínculos comerciales entre Estados Unidos y Venezuela» fue considerada por los propios funcionarios como uno de los eventos comerciales más importantes de ambas naciones, y el encuentro fue inaugurado por el Presidente de la República, Hugo Chávez.

Esta realidad de los números del comercio bilateral, a casi siete años de la primera asunción de Chávez a la presidencia de Venezuela, no le impide al presidente venezolano convertirse en el paladín de los críticos del «libre comercio» impulsado por EEUU en América Latina.

Tampoco la realidad del comercio bilateral que convierte a Venezuela en un socio estratégico de EEUU en la región, no le impidió a Chávez erigirse en el líder «antiimperialista» y «anti-EEUU» de América Latina.

Los números (de seis años) no parecen conducir hacia el socialismo por ningún lado. ¿Lo harán en los próximos seis años?

Los que creen en los milagros –los chavistas sinceros del pueblo– dicen que sí.

Douglas Bravo, citado al comienzo del artículo es –a los 74 años– una figura histórica de la izquierda marxista venezolana. El Universal tituló la transcripción de sus dichos Tenemos un socialismo fifty-fifty. La entrevista con Elvia Gómez fue publicada 12 de febrero de 2007 y se puede encontrar aquí.

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* www.iarnoticias.com.

II. DESABASTECIMIENTO DE PRODUCTOS BÁSICOS

Bajo el epígrafe La economía, el «talón de Aquiles» de Chávez, la revista virtual Analítica.com* publicó el 20 de febrero (2007) un artículo atribuido a Agencia Digital de Noticias en el que hace presente un fuerte temor ante los resultados de la polìtica económica del gobierno de Venezuela.

Un artículo publicado por el matutino chileno ‘El Mercurio’ que recoge ‘The New York Times’, analiza las nuevas medidas del bolivariano que buscan frenar la creciente inflación en el país caribeño.

Bajar el IVA, importar alimentos. Escasez artificial o real de alimentos y otros productos de la cesta alimentaria. Amenazas de estatización de frigoríficos y supermercados. Y Mercal, como la solución creada para abastecer de comida a los venezolanos, muy bien gracias.

Según la reseña informativa de El Mercurio de Chile, escrita por el periodista Simón Romero: «Venezuela: La economía se convierte en flanco débil de Chávez».

«El país ostenta en este minuto la inflación anual más alta de América Latina, la que en 2006 llegó al 17%. Una cada vez mayor escasez de productos básicos en los comercios venezolanos y la alta inflación han obligado al presidente Hugo Chávez a anunciar una ley que refuerza el control de precios, lo que muestra cómo la economía se está transformando en el talón de Aquiles del gobierno venezolano.

Productores y analistas citados por el diario «The New York Times» afirman que las medidas anunciadas, que incluyen la eliminación de tres ceros de la denominación de la moneda venezolana, la nacionalización de supermercados e incluso la cárcel para quienes no respeten el control de precios, tendrán efectos contraproducentes, al generar una mayor escasez de productos, lo que terminará elevando más los precios.

Chávez mantiene popularidad

Aunque el país todavía disfruta de los ingresos de los históricamente altos precios del petróleo, economistas que han trabajado en el gobierno de Chávez dicen que el aumento exagerado del gasto social está recalentando la economía de Venezuela, generando desbalances en la distribución de productos».

The New York Times, divulgó la nota escrita por Simón Romero para su edición dominical: “Chávez amenaza incluso con la cárcel a quienes violen el control oficial de precios”. En la mayoría de los supermercados de Caracas es más fácil encontrar productos de lujo importados que alimentos básicos como los porotos negros (caraotas), el pollo o los cortes de carne más populares.

Enfrentado a un creciente aumento en la inflación y a la escasez de alimentos básicos, como la carne, el pollo o la leche, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha amenazado con encarcelar a los dueños de los supermercados y nacionalizar sus negocios si violan la creciente política de control de precios.

Los productores de alimentos y los economistas dicen que las medidas anunciadas, que también incluyen eliminar tres ceros de la denominación de la moneda venezolana, tendrán efectos contraproducentes, al generar una escasez de productos aún más grave, lo que terminará elevando los precios para los consumidores.

En un indicador de la preocupación acerca de las políticas económicas de Chávez, que incluyen la nacionalización de las compañías telefónicas y eléctricas, la inversión extranjera directa fue negativa en los primeros nueve meses de 2006. La última vez que había ocurrido algo similar fue en 1986.

Acaparamiento

La escasez de productos básicos ha sido esporádica desde que el gobierno fortaleció el control de precios en 2003, tras una debilitante huelga de trabajadores petroleros. Pero en las últimas semanas, la falta de productos como carne y pollo ha llevado a una reacción de pánico por parte de las autoridades, que tratan de entender cómo esto puede ocurrir en una economía que parece tan floreciente.

Entrar a un supermercado en Caracas es una experiencia extraña. Los estantes están llenos de whisky escocés, vinos argentinos y quesos importados como brie y camembert, pero artículos básicos de la canasta venezolana, como porotos negros o los cortes de carne más populares, están muchas veces ausentes.

Con los compradores limitados a adquirir un máximo de dos paquetes de azúcar, un mercado negro de este producto se ha empezado a desarrollar entre vendedores callejeros de algunas partes de Caracas. José Vielma Mora, jefe del Seniat, la agencia de impuestos del gobierno, supervisó una redada este mes en una bodega donde los funcionarios requisaron 165 toneladas de azúcar. Vielma dijo que la redada demuestra que los vendedores están acaparando estos productos para no venderlos a los precios oficiales.

Él y otros funcionarios del gobierno han culpado de la escasez a los productores, intermediarios y vendedores.

Por ahora, Venezuela parece estar lejos aún de un quiebre económico. El país todavía disfruta de los altos precios del petróleo, que han servido para financiar los programas de infraestructura y bienestar social del gobierno. Las reservas en el Banco Central llegan a más de US$ 35 mil millones. La economía creció más de 10% en 2006. Pero así y todo, economistas dicen que el gran aumento del gasto social está recalentando la economía. El año pasado el gasto público creció más de 50% y se ha más que doblado desde 2004.

La inflación llegó al 17% en 2006, el índice más alto de América Latina, y muy lejana a la meta oficial de entre 10 y 12%».

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* El artículo completo se encuentra aquí.

La agencia digital de noticias: www.adnmundo.com.

III. ENTRE LO NUBLADO Y EL TEMPORAL

Redacción Piel de Leopardo

Resulta evidente que el aumento del gasto social del Estado –infraestructura vial, transporte público, educación, salud, etc…– puede generar problemas en el corto plazo a la economía; la economía venezolana excluyó tradicionalmente del aparato productivo y de servicios a los sectores urbanos más pobres, al campesinado, pescadores e indígenas mientras procuraba generar lo más rápidamente posible capas medias que a partir del boom petrolero de los años setentas gozaron un estándar de vida inconcebible en otros países de América del Sur.

Lo apuntado en los textos precedentes respecto de la venta de automóviles y artículos suntuarios en los automercados de Caracas es un buen indicativo.

El asunto se tornará grave no por el gasto social –a todas luces el pago de una deuda del Estado con los más pobres– sino en el supuesto de que estas inversiones no tengan como contrapartida la generación de trabajo digno y estable. Y, por cierto, si no se controlan y erradican los focos de corrupción en los aparatos estatales y también en la actividad privada.

Quienes se oponen a la intervención estatal en la economía –básicamente sectores «líderes» de la industria, el agro, el comercio y otras actividades productivas y de servicios– ¿se han expandido y generado empleos en los últimos, digamos, 30 años para absorber el crecimiento vegetativo de la población?

Las llamadas Misiones en salud y educación tienen un costo financiero elevado, pero la experiencia internacional señala que una población con acceso al trabajo, cuyas elites económicas pagan impuestos razonables, con agentes estatales probos y un sistema educativo y de salud eficiente en pocos años devuelve las inversiones realizadas y mantiene los sistemas de seguridad social.

Es curioso. Pero febrero de 2007 finalizará probablemente con acuerdos comerciales y de inversión entre Venezuela y por lo menos Argentina y Ecuador. Una delegación argentina, encabezada por el presidente de ese país, Néstor Kirchner arribó a Caracas el día 20; el gobierno ecuatoriano e apresta a discutir la creación de un Banco latinoamericano y articular redes comerciales estatales supra nacionales –idea a la que se sumaría Bolivia.

No es función de un gobierno atesorar lo producido por la sociedad, sino administrarlo para la mejoría de cada uno de los integrantes de esa sociedad; y si no bueno será mirar el espejo chileno, un Estado aparentemente enriquecido «que hace las cosas bien»: bancos que mes a mes superan las ganancias del mes anterior, pero con un sistema de salud en crisis, la educación en la miseria, sin controles sobre la actividad económica –o sí: ocasionando la miseria de miles de pescadores y agricultores– y laxo a la hora de impedir se deprede el ambiente natural hasta el extremo de que años de denuncias, por ejemplo sobre la utilización de venenos en la cría de salmones cayeron en saco roto hasta que fueron dramáticamente confirmadas desde Europa.

Cuando se nubla, y según la estación, se toman precauciones para que el eventual temporal no cause más daños que los inevitables. Las informaciones alarmistas y los análisis parciales revelan, si algo, incapacidad analítica y desinformación. Los procesos sociales son largos, a menudo contradictorios, y una vez puestos en marcha sólo derramar sangre los detiene. Pero nunca por mucho tiempo.

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